Entrevista a Bartolomé Pérez, director del título de Especialista Universitario en Patología Dual de la Universidad Miguel Hernández de Elche
«La sustancia que genera mayor prevalencia de patología dual, es obvio que será aquella que sea responsable del mayor número de adictos: el alcohol»
Los nuevos tiempos traen nuevos retos para los y las profesionales de la salud, hecho que requiere una puesta al día por su parte en cuanto a sus conocimientos del contexto social en el que se envuelven así como de las nuevas técnicas terapéuticas existentes. En este
sentido, la patología dual, es decir, la presencia de un trastorno psiquiátrico asociado al consumo de alguna sustancia adictiva, es un fenómeno que cada vez está más presente en las personas que consumen alguna droga, personas que, en muchos casos, acabarán recalando en los servicios sanitarios. De esta manera, la Universidad Miguel Hernández de Elche pone en marcha en este curso académico el título de Especialista Universitario en Patología Dual. Bartolomé Pérez, psiquiatra, director de la Unidad de Alcohología del Hospital universitario de San Juan y director de este título, nos cuenta la incidencia que tiene este trastorno entre las personas que padecen una adicción.
Pregunta: ¿Cómo ha cambiado el perfil de la persona adicta a las drogas para que, en estos momentos, sea necesaria una mayor formación por parte del personal médico en patología dual?
Respuesta: Los estudios epidemiológicos más recientes indican que más de la mitad de los drogodependientes presentan otra patología psiquiátrica comórbida. Por tanto, los pacientes duales son actualmente mayoritarios. En este contexto, ya hemos superado la época en la que se pretendía crear recursos específicos. Si estos pacientes son mayoría, es preciso dotar a los profesionales de los conocimientos y capacidades necesarios para atender esta demanda.
P: ¿Actualmente existe un mayor número de personas adictas a alguna sustancia que padecen otro trastorno psiquiátrico asociado?
R: Como apuntaba anteriormente, en el momento actual son mayoría. Obviamente, no todos corresponden a lo que podemos denominar “patología dual grave” –en la que incluiríamos las psicosis y algunos trastornos de personalidad como el límite o el narcisista-, predominando los casos de patología dual por comorbilidad con un trastorno depresivo o de ansiedad, así como de la personalidad.
P: ¿A qué factores puede deberse este hecho?
R: Existen factores de vulnerabilidad biológica comunes a ambos grupos de patologías y, por otra parte, en muchas ocasiones el consumo de sustancias se realiza como un medio de automedicación ante la existencia de otro trastorno psiquiátrico. Si a ello añadimos que el consumo de alcohol y otras drogas sigue incrementándose, el cóctel está servido.
P: ¿Cuáles son los trastornos psiquiátricos que presentan una mayor comorbilidad con los trastornos por uso de sustancias? ¿Existen sustancias que sean capaces de generar una patología dual en mayor medida que otras?
R: Los trastornos que presentan mayor comorbilidad son los de tipo psicótico, tanto los no afectivos –por ejemplo, las esquizofrenias-, como las psicosis afectivas cuyo ejemplo más conocido es el trastorno bipolar. En este último caso, la probabilidad de padecer una adicción al alcohol u otras drogas es siete veces superior a la que registra la población general. En las esquizofrenias, el riesgo se quintuplica.
En cuanto a la sustancia que genera mayor prevalencia de patología dual, es obvio que será aquella que sea responsable del mayor número de adictos: el alcohol. Obviamente si exceptuamos el tabaco. Pero no hay que olvidar que, por importante que sea el tabaco en términos de daños para la salud, la afectación psiquiátrica que produce es muy limitada.
Los trastornos que presentan mayor comorbilidad son los de tipo psicótico
Los trastornos que presentan mayor comorbilidad son los de tipo psicótico
P: ¿Cómo interfiere el policonsumo en la aparición de una patología dual?
R: El policonsumo no interfiere en la aparición de la patología dual sino en la gravedad de ésta. La patología dual es la conjunción, en un mismo individuo, de un trastorno adictivo a sustancias y otra patología psiquiátrica. Por tanto, para ser considerado un caso como “dual” no influye que la adicción se refiera a una o a diez sustancias. Sin embargo, cuanto mayor sea el número de drogas consumidas, es lógico esperar que el cuadro clínico será más grave y las consecuencias sociales igualmente más nefastas.
P: ¿Existe un tipo de personalidad específico más proclive a padecer patología dual?
R: Efectivamente, hay ciertas diferencias. Uno de los estudios epidemiológicos más recientes, el NESARC-R, indica que un 42% de las personas que padecen un trastorno de la personalidad presentará una dependencia al alcohol a lo largo de su vida, mientras el 19% desarrollará una dependencia a otros tipos de drogas. Los trastornos de tipo histriónico, antisocial y límite aparecen como los que presentan mayor riesgo. Pero si hablamos simplemente de rasgos de personalidad, hay que recordar que una marcada impulsividad es característica de gran parte de las personas adictas al alcohol u otras drogas.
Faltan recursos humanos, así como una debida actualización de conocimientos y competencias profesionales
Faltan recursos humanos, así como una debida actualización de conocimientos y competencias profesionales
P: ¿Cuál es el abordaje terapéutico más eficaz de los empleados hasta el momento a la hora de abordar un paciente que padece una patología dual?
R: Indudablemente, la conjunción de los psicofármacos habitualmente utilizados para la patología psiquiátrica comórbida, añadiendo aquellos específicos para la adicción de la que se trate y, finalmente, los tratamientos psicoterapéuticos adaptados y diseñados para este tipo de pacientes.
P: ¿Cuáles son las principales dificultades que se pueden encontrar al abordar a este tipo de pacientes?
R: ¿Las dificultades? Ni hay recursos con los recursos humanos suficientes para atender dignamente a un enfermo con patología dual grave, ni la formación en técnicas específicas está suficientemente extendida. En la mayoría de los casos, no se va mucho más allá de administrar un fármaco antipsicótico. Y eso no es tratar a un paciente dual con trastorno mental grave.
P: De esta forma, todavía quedan aspectos por mejorar en los servicios de salud para atender a este tipo de pacientes…
R: Faltan recursos humanos, así como una debida actualización de conocimientos y competencias profesionales. Y, por supuesto, que los drogodependientes –duales o no- sean atendidos en el Sistema Nacional de Salud en igual de derechos que otros enfermos. Mientras este principio siga incumpliéndose en la mayoría de las Comunidades Autónomas, todo cuanto hablemos de drogas me parece absolutamente secundario.
P: ¿Cómo puede la familia ayudar a una persona que padezca patología dual?
R: Si hablaba de tratamientos específicos para pacientes con trastorno dual grave, también hay excelentes intervenciones dirigidas a las familias, como el modelo de psicoeducación familiar de Mueser o cualquier otro que puede diseñar un equipo terapéutico. Si una familia no tiene la suficiente información sobre dos patologías muy desconocidas y estigmatizadas como son los trastornos psicóticos y las adicciones, y si no llega a comprender y aceptar los cambios que generan en su vida, difícilmente pueden ayudar correctamente.
P: ¿Cómo debe estar ésta presente durante el tratamiento?
R: Aspectos como disminuir la hostilidad, la sobreimplicación emocional o las críticas –lo que denominamos “emoción expresada”- son fundamentales en el tratamiento. Es preciso actualizar los tratamientos que se ofertan, si de verdad queremos que la familia sea un agente activo en la terapia.
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