María Dolores Muñoz, psicóloga clínica de la UCA de Elda: «En definitiva, dejar de fumar, al igual que dejar cualquier adicción, es una mejora a nivel personal»
Otro año más te has propuesto dejar de fumar por tu cuenta, pero los días van pasando y tu motivación va decayendo hasta que finalmente das la primera calada que te conduce de nuevo a volver a tus antiguos hábitos de fumador. Puede que sea el momento de consultar con algún experto que te dé unas pautas para conseguir tu propósito. Así, en la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) de Elda (C/Maestro Granados, 22) la psicóloga clínica María Dolores Muñoz imparte un taller para dejar de fumar que consiste en ocho sesiones (una sesión semanal durante dos meses) basadas en terapia de grupo de una duración aproximada de una hora u hora y media. Ocho sesiones que te conducirán a dejar de fumar y conseguir una mejora a nivel personal.
Pregunta: ¿Qué aspectos se tratan en el taller de la UCA de Elda para dejar de fumar?
Respuesta: La primera sesión más que nada es de explicación. Es para que se conozca el grupo, para explicar en qué va a consistir el programa. Además, los pacientes firman un contrato en el cual se ponen las condiciones, se ponen las fechas, etc. y se les da también un autorregistro porque el método se basa sobre todo en que ellos vayan registrando todos los días en cada momento en que fuman cada cigarrillo, a qué hora lo fuman, con qué grado de placer y en qué situación. En las siguientes sesiones se va trabajando sobre todo en los antecedentes, los consecuentes de la conducta de fumar. Se trata de que ellos vayan identificando cómo la adicción al tabaco tiene unos antecedentes y unos consecuentes que realmente están condicionando esa conducta de fumar, aparte de las características farmacológicas de la nicotina. Luego lo que va dando el método sesión a sesión son cada vez más normas. Por ejemplo, la norma básica es el autorregistro y luego tienen que ir semana tras semana cambiando de marca de cigarrillos para ir rebajando en un 30% la cantidad de nicotina y también van cambiando los antecedentes, las situaciones en las cuales fuman.
P: ¿Cuál es el propósito de estas normas?
R: El hábito de fumar es un hábito automático, compulsivo: se trata de que cada vez los pacientes lo hagan más consciente y cada vez lo hagan en condiciones o en situaciones en las cuales no tenían costumbre de fumar. Cada vez en cada sesión esas normas van a más por así decirlo. Al principio se les dice: “Tienes que retrasar el cigarrillo de después de desayunar 15 minutos”. En la siguiente sesión, a la semana siguiente, se les dice que en vez de 15 minutos tiene que ser 30 y que tienen que dejar de fumar en determinadas situaciones. Se les van poniendo normas para que vayan cambiando el hábito de fumar, cada vez fumen menos, fumen menos nicotina y en situaciones más dispares a lo que era su hábito de fumar. Llega un momento en que la persona fuma una cantidad de nicotina tan pequeña y en situaciones tan diferentes en las cuales ya no obtiene ningún placer al fumar que finalmente la persona dice: “Mira, voy a dejar de fumar porque entre que tengo que apuntarlo, que tiene que ser esta situación, que el cigarro ya no me entero porque le doy una calada y es todo aire y que yo ya quiero dejarme de fumar me dejo de fumar”. Y sobre la cuarta o la quinta sesión dependiendo de cada persona se deja de fumar. Las siguientes sesiones son de seguimiento, para reforzar y afianzar la abstinencia o por si existen dificultades sobre todo al principio de haberlo dejado.
P: ¿Cómo se trabaja la motivación para que no decaiga pasadas las primeras sesiones?
R: Desde el primer momento se va trabajando la motivación. ¿Cómo? En primer lugar lo que se da es información sobre el tabaco, sobre componentes del tabaco, historia del tabaco y razones por las cuales una persona quiera dejar de fumar. Esto es importante: que las personas sepan por qué deben dejar de fumar. Se enfoca por hacer un balance entre los pros y los contras de fumar y esto se va trabajando en el balance desicional y en la entrevista motivacional. Se va trabajado día a día la motivación para que el propio paciente sea el que más que decir “tengo que” diga “quiero dejar de fumar” que es muy diferente porque se trata de que la persona decida día a día. Yo es lo que les digo: “bueno, a día de hoy que es lo que te planteas. Plantéate objetivos que puedas alcanzar en ese día” porque si no, si nos planteamos metas muy a largo plazo evidentemente la motivación decae, uno es más fácil que tenga ansiedad, que se agobie, que vea que no puede alcanzar aquello que se ha propuesto. Por eso va todo en sesiones: para que se vayan planteando objetivos que van a ir alcanzando semana a semana. No tan a largo plazo porque eso produce mucho estrés.
Se trata de que cada vez los pacientes hagan más consciente el acto de fumar y lo hagan en condiciones o en situaciones en las cuales no tenían costumbre de fumar
P: En definitiva dejar de fumar implica aprender un nuevo estilo de vida…
R: A los pacientes se le dan pautas de nuevos hábitos, de relajación, de resolución de problemas, de afrontamiento de situaciones de estrés, de conflictos: todas las dificultades que vayan apareciendo se van comentando y se van dando pautas. Se dan pautas generales, pero luego también a cada uno se le aplica a su caso en particular.
P: ¿Cuáles son los beneficios de dejar de fumar que se van a obtener tanto a corto como a largo plazo?
R: Por ejemplo, a los 20 minutos después de haber fumado ya el último cigarrillo uno nota que la presión arterial baja, se sitúa ya en cifras normales, la frecuencia cardiaca se va recuperando, las temperaturas de las manos y los pies aumentan. Después de 8 horas de dejar de fumar el monóxido de carbono de la sangre se normaliza, el oxígeno también; 24 horas después disminuye el riesgo de un ataque al corazón; 48 horas después las terminaciones nerviosas se acostumbran a la ausencia de nicotina y mejora el gusto y el olfato. Conforme se va ampliando el tiempo los bronquios se van relajando, aumenta la capacidad respiratoria y pulmonar, mejora la circulación, es más fácil caminar y recuperarse de los esfuerzos, disminuye la tos, la congestión nasal, etc. Sobre todo el riesgo de morir de una enfermedad cardiaca o de cáncer cada vez va disminuyendo conforme aumenta el tiempo de abstinencia de consumo.
P: ¿Cuándo desaparece la dependencia física y psicológica?
R: Esto es muy personal aunque, por regla general después de 48 horas, las terminaciones nerviosas ya se van acostumbrando a la ausencia de nicotina. Es decir, que dos días después ya la nicotina desaparece del organismo. La dependencia psicológica no. El periodo de deshabituación del tabaco puede durar de uno a tres meses, es decir, que de uno a tres meses la persona todavía nota bastante impulso por fumar, nota deseo de fumar. Conforme va aumentando el tiempo que la persona está abstinente y cambian sus hábitos de vida, va notando que un buen día llega y dice: “Si hoy es que no me he acordado ya del tabaco. Me acuerdo precisamente porque no me acuerdo”. Pero esto cuesta. Es lo que más cuesta porque verdaderamente eso es algo que va a perdurar ahí al igual que la huella física. Ésta se queda en el sistema nervioso en remisión pero no se produce una curación por así decirlo.
Se va trabajado día a día la motivación para que el propio paciente sea el que más que decir “tengo que” diga “quiero dejar de fumar” porque se trata de que la persona decida día a día
P: ¿En este taller se emplean fármacos, tratamientos sustitutivos de nicotina, etc. para dejar de fumar?
R: Nosotros por regla general lo aplicamos todo. Es decir, que nos adaptamos a la persona. No intentamos que la persona entre con un calzador a lo que nosotros ofrecemos: intentamos dar un tratamiento individualizado. La terapia grupal es una terapia que no tiene fármacos. Sí que a veces les puedo recomendar infusiones, valerianas, cosas naturales. Pero luego a nivel individual sí que hay personas que dicen: “No, no me viene bien venir al grupo, tampoco me convence el sistema. Yo prefiero o me inclino por x”. Por las características que nosotros también vemos en el paciente o en la paciente también observamos si es mejor que tome una medicación o que tome la terapia sustitutiva de nicotina, etc. Es decir, se hace una valoración individualiza de cada caso. Hay casos que necesitan terapia sustitutiva, hay casos que necesitan medicación, hay casos que quieren probar primero sin medicación.
P: ¿Los pacientes les preguntas sobre la conveniencia de usar cigarrillos electrónicos para dejar de fumar?
R: Los pacientes más que preguntar se van directamente al kiosco o al negocio donde los venden, se lo compran y luego vienen aquí y te dicen que se están dejando de fumar. Sí que hay gente que evidentemente consigue pasar al cigarrillo electrónico y ya no fuma tabaco, pero es que hay mucha gente que en ese periodo se vuelve a enganchar otra vez al tabaco porque esto es seguir prácticamente con el mismo hábito, además de que no se sabe muy qué es lo que lleva. Puesto que no es un método que esté estudiado ni que se sepa el efecto ni lo que contiene ni nada, nosotros evidentemente no lo recomendamos. Simplemente les hablamos a los pacientes de los pros y los contras que puede tener pero en definitiva verdaderamente lo que importa es que la persona deje de fumar.
P: ¿Cuáles son los problemas con los que se enfrentan los pacientes a la hora de dejar de fumar?
R: Ellos normalmente tienen mayor ansiedad, tienen mayor inestabilidad emocional y tienen miedo a engordar porque se engorda. El tabaco produce que el organismo tenga un gasto metabólico mayor y cuando quitas el tabaco evidentemente el cuerpo hace menos esfuerzo, no lo tiene que eliminar. Hay que aumentar la actividad física y a la par controlar la manera de comer porque uno por regla general si se queda en casa viendo la televisión y antes se fumaba diez cigarros viendo una película, que eso quita el apetito, y ahora se come un paquete de palomitas, de galletas, de pipas, de caramelos… evidentemente va a engordar. Tiene que cambiar de hábitos sobre todo al principio. Favorecer aquellos hábitos que impliquen una mayor actividad física, mayor contacto con el aire libre para que la persona vaya sustituyendo y vaya adquiriendo hábitos de una mayor actividad física con mayor gasto calórico. También tiene que controlar la comida. En definitiva, dejar de fumar, al igual que dejar cualquier adicción, es una mejora a nivel personal.
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