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La Prevención Comunitaria: Objetivos, Equipos Técnicos y otras cuestiones vinculadas

Félix Rueda | Psicólogo experto en adicciones.  Fundación Noray Proyecto Hombre Alicante

Desde que las competencias sobre materia de drogas fueran trasferidas a las autonomías, los recursos destinados a Prevención, y en especial a Prevención Comunitaria, se han diversificado, normalmente en función de la aplicación de la normativa en cada comunidad autónoma. A esto hay que sumarle que, los recursos se crean según el número de habitantes de los diferentes municipios, y que la situación económica de las administraciones determina el funcionamiento de los recursos destinados a este ámbito preventivo, que es, si cabe, el más sensible de los tres a las minoras presupuestarias y reasignación de recursos.

Porque una cosa es prevenir a nivel comunitario, y otra es informar a la población de modo general; existe evidencia de que la mera información no es preventiva, sino más bien al contrario.

Una prevención eficaz, pasa, necesariamente, por la implicación de la comunidad que se beneficiará de la misma.  De este modo se define en el “Llibre blanc de la prevenció a Catalunya: consums de drogues i problemes associats.”, y que en la web de la Generalitat de Catalunya se menciona (en relación a una Guía de Prevención Comunitaria que, hasta la fecha, no se encuentra accesible a través de la Red) cuando afirma que:

[…] la prevención del consumo de drogas y de los problemas asociados cuenta con los profesionales de los ámbitos social, educativo y sanitario como mediadores habituales. La finalidad de esta actividad es la transformación de situaciones colectivas mediante la organización y la acción asociativa de uno o varios grupos encargados de elaborar y aplicar proyectos de desarrollo social. Esta tarea incorpora tres dimensiones: concienciación, organización y movilización.

En cuanto al soporte físico para la prevención comunitaria, las administraciones establecen la puesta en marcha de diversos programas y acciones preventivas. Ya hablamos de ellos en el último artículo de esta serie. La cuestión es “¿quién desarrolla esas acciones?”

Podemos hablar, de forma genérica, de “equipos técnicos de prevención comunitaria”; esto es, un conjunto de profesionales titulados (trabajador@s Sociales, psicólog@s, pedagog@s, técnic@s en integración social…) expertos en prevención de fenómenos adictivos, que llevan a cabo los programas de prevención comunitaria, y funcionan como “mediadores sociales”.

El principio básico para estos profesionales es ser agentes de salud, que formen a otr@s agentes de salud, y promuevan estilos de vida saludables incompatibles con el uso de drogas.

Los agentes de salud promueven estilos de vida saludables incompatibles con el uso de drogas

Ya se ha mencionado que la dotación de recursos depende del número de habitantes, de manera que municipios con un número de habitantes elevado (por ejemplo, más de 8.000 habitantes para Euskadi, y más de 20.000 para la Comunitat Valenciana), podrán desarrollar su propio plan de drogodependencias, y crear su propio equipo o recurso, que puede denominarse de diferente forma, también según la Comunidad Autónoma: Unidades de Prevención Comunitaria en Conductas Adictivas (UPCCA), Equipos de Prevención, Servicio de Prevención Comunitaria, y otros. En caso de no contar con el mínimo de habitantes, pueden asignar a una parte de los recursos propios del ayuntamiento del municipio en cuestión, a tareas relacionadas con la Prevención comunitaria.

La cuestión no depende tanto de cómo se denominan los servicios integrados por los equipos de profesionales con diferentes titulaciones (“multidisciplinares”), sino más bien las funciones y tareas que tienen asignadas.

Para empezar, y teniendo en cuenta los objetivos de los programas de Prevención indiciada y Selectiva que mencionábamos en el artículo anterior, las acciones de los equipos de Prevención Comunitarias, irán encaminadas a reducir y/o evitar el uso de drogas y los problemas que se derivan del mismo, promoviendo una cultura saludable que resulte incompatible con el uso de drogas.

Revisando las tareas concretas que realizan dichos servicios en la Comunidad de Madrid, la Comunidad Andaluza, la Comunitat Valenciana, Euskadi, la Comunidad Aragonesa, la Comunidad Asturiana y la Comunidad Autónoma de la región de Murcia, encontramos que coinciden las detalladas en la siguiente tabla:

tabla 1   tabla 2

tabla 3

tabla 4

Prácticamente, de todos los recursos mencionados en la tabla contamos en muchas de las comunidades autónomas con soporte digital además del físico.

Volviendo a los equipos técnicos, estos pueden depender del propio ayuntamiento, de entidades profesionales o asociaciones de afectad@s que presentan al ayuntamiento un proyecto de intervención comunitaria en drogas y son subcontratadas por el consistorio. También es posible que sean las propias entidades y/o asociaciones quienes desarrollen el programa, o las acciones de Prevención Comunitaria de manera auto-gestionada, acogiéndose normalmente a lo que se dicta desde el Plan autonómico y la normativa vigente en materia de Prevención de Drogodependencias.

Para acceder a los Equipos Técnicos de Prevención Comunitaria, se pueden consultar los Documentos Marco y Libros Blancos sobre prevención, que diferentes comunidades autónomas han puesto en marcha, y donde normalmente aparece una relación de recursos, con los datos de contacto necesarios. Bastará con contactar (telefónicamente, por correo o personalmente) con los mismos, a fin de conocer las actuaciones, concertar cita y/o contratar los servicios (que pueden ser o no gratuitos, dependiendo de la entidad, el programa, etc.).

Los recursos son múltiples y los objetivos y las actuaciones se encuentran consensuados

Podemos encontrar un ejemplo, aunque algo desactualizado en cuanto a fecha (2009), de descripción detallada de los recursos en prevención de la Comunidad de Aragón, aquí, que abarca todos los ámbitos mencionados en el presente artículo y en el anterior, algo parecido tenemos aquí  respecto a la comunidad de Madrid, y aquí en cuanto a Euskadi, así como aquí en lo referente a Andalucía.

Queda patente que los recursos son múltiples, los objetivos y actuaciones se encuentran consensuados, y el acceso a los mismos más sencillo de lo que parece, no obstante, y por último, es preciso incidir en la necesidad de coordinación que existe entre los diferentes recursos destinados a la Prevención Comunitaria, ya que, a pesar del enorme bagaje con que se cuenta en el ámbito de las drogodependencias, en relación a otros problemas sociales, que existen programas evaluados de forma científica y sistemática (ya lo mencionábamos en el artículo anterior) y de la red especializada que se ha establecido, la aplicación y desarrollo de las líneas de acción en prevención, se realiza, en muchas ocasiones de forma no coordinada,  llegando a duplicar recursos, intervenciones y programas, y, a veces, pareciendo que es más importante el “recuento” del número de acciones y de participantes en las mismas, que el impacto y la eficacia real de las acciones de prevención, todo ello sin quitar importancia a la necesidad de que existan programas y equipos plurales y diversos, centrados en las necesidades de la población destinataria.

    Este artículo forma parte de la serie ‘Red de recursos especializados en drogodependencias’. Para leer las partes anteriores: Parte I  Parte II

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Hace 13 años inició su andadura profesional en el ámbito de la prevención e intervención en trastornos adictivos, siempre en el contexto de Proyecto Hombre.Es Licenciado en Psicología por la Universidad de Málaga, Máster en Psicología de la Salud por la Universidad Miguel Hernández, Experto en Drogodependencias por la Universidad Complutense de Madrid, y Técnico en Logopedia por la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. Así mismo, ha cursado estudios de Filosofía durante 3 años. Actualmente desempeña las funciones de Coordinador de los programas Terapéuticos para adultos, Responsable de Calidad, y a su vez supervisa y coordina uno de los programas de intervención dirigido a personas activas laboralmente que presentan problemas de adicción a Cocaína y/o Alcohol, principalmente, y el programa de reinserción socio-laboral para aquellas personas que han completado un proceso de tratamiento en una Comunidad Terapéutica. Así mismo, es miembro del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil del drogodependiente, que desarrolla su actividad a nivel nacional. Es profesor invitado (en representación de Proyecto Hombre Alicante) de la Escuela de Formación de la Asociación Proyecto Hombre (Impartiendo la materia: Perfil profesional en Proyecto Hombre, Trabajo y Gestión de Equipos, Potencial Humano del profesional de Proyecto Hombre). Ha participado en numerosas publicaciones, ha sido miembro de la Comisión Nacional de Evaluación de Proyecto Hombre (un Proyecto del Ministerio Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), hasta su disolución el pasado 2013, y ha intervenido en múltiples foros relacionados con ámbitos afines a los trastornos adictivos. Durante 4 años fue responsable de los programas de prevención indicada para adolescentes y sus familias en Proyecto Hombre Málaga.

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Félix Rueda
Hace 13 años inició su andadura profesional en el ámbito de la prevención e intervención en trastornos adictivos, siempre en el contexto de Proyecto Hombre.Es Licenciado en Psicología por la Universidad de Málaga, Máster en Psicología de la Salud por la Universidad Miguel Hernández, Experto en Drogodependencias por la Universidad Complutense de Madrid, y Técnico en Logopedia por la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. Así mismo, ha cursado estudios de Filosofía durante 3 años. Actualmente desempeña las funciones de Coordinador de los programas Terapéuticos para adultos, Responsable de Calidad, y a su vez supervisa y coordina uno de los programas de intervención dirigido a personas activas laboralmente que presentan problemas de adicción a Cocaína y/o Alcohol, principalmente, y el programa de reinserción socio-laboral para aquellas personas que han completado un proceso de tratamiento en una Comunidad Terapéutica. Así mismo, es miembro del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil del drogodependiente, que desarrolla su actividad a nivel nacional. Es profesor invitado (en representación de Proyecto Hombre Alicante) de la Escuela de Formación de la Asociación Proyecto Hombre (Impartiendo la materia: Perfil profesional en Proyecto Hombre, Trabajo y Gestión de Equipos, Potencial Humano del profesional de Proyecto Hombre). Ha participado en numerosas publicaciones, ha sido miembro de la Comisión Nacional de Evaluación de Proyecto Hombre (un Proyecto del Ministerio Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), hasta su disolución el pasado 2013, y ha intervenido en múltiples foros relacionados con ámbitos afines a los trastornos adictivos. Durante 4 años fue responsable de los programas de prevención indicada para adolescentes y sus familias en Proyecto Hombre Málaga.
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