Bienestar

El riesgo del consumo de medicamentos sin prescripción

Los medicamentos no son inocuos, tienen potencial curativo, pero también tienen riesgos para la salud si su administración no se produce bajo prescripción médica.
 
De hecho, uno de lso mayores problemas de adicción que hay en España, se relaciona con el consumo de hipnosedantes. Este se produce en su mayoría por parte de mujeres.
¿Por qué?
Evitamos el sufrimiento. Vivimos en una sociedad que quiere evitar a toda costa sufrir o transitar estados emocionales que nos son incomodos. Este, es de hecho, uno de los origenes principales de muchas adicciones, huir, evadir o evitar el malestar emocional que generan ciertas situaciones. Y se basa, casi siempre, en que no sabemos acompañar nuestras propias emociones, porque no se le ha dado la importancia que merece a la cuestión emocional. Hay afirmaciones que nos anulan desde bien pequeños esta expresión: ‘no llores’, ‘no te enfades’. En cambio a nadie se le dice: ‘no estés contento’. 
 
Esto ha hecho que socialmente se haya hecho una clara clasificación de las emociones, y hayamos interpretados que algunas son buenas y malas. Estas últimas, las que consideramos como ‘malas’ son las que no queremos sentir.
Pero es que además, el género es una carga añadida a esta experiencia. Las mujeres son cuidadoras, son más emocionales, son las que tienen que soportar todo por los demás, si hace falta a costa de su propio bienestar. Esto son los roles de género que se establecen culturalmente. Sin embargo, llega un punto en el que ellas mismas no pueden soportar tanto peso y acaban por acallar su malestar con fármacos.
 
El desconocimiento de que estos son un riesgo para la salud hace que con cierta frecuencia y normalidad se consuman sin miedo. Los servicios farmacéuticos  de proximidad pueden ayudar a conocer y concienciar sobre estos riesgos adictivos a ciertos medicamentos.
 
La farmacia  es un lugar de confianza y cercano donde se adquieren estos medicamentos y donde hay profesionales que saben sobre la afectación de ciertos medicamentos sobre el organismo. Ellos y ellas van a poder orientar y en caso necesario, invitar a que se consulte con un/a médico/a.
 
La automedicación implica que no haya ningún médico que hay hecho un diagnóstico de enfermedad ni una prescripción o supervisión del tratamiento. Hay medicamentos, como los antobióticos que pueden generar resistencias y provocar problemas muy graves en el futuro. Cada patología requiere de un tratamiento distinto y en ocasiones se deben combinar con otros hábitos de salud, por lo que es recomendable siempre consultar con el farmacéutico si no ha sido prescrito por un/a médico/a.

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