Bienestar

Qué es la adicción a la comida

Algunas conductas activan de manera directa la generación de la dopamina en el cerebro, es decir, activan el sistema de recompensa cerebral. Y algunas de estas están relacionadas con el cerebro primitivo, el encargado de la supervivencia, por eso el sexo, la comida, etc activan este sistema de manera natural.  El problema aparece cuando estas mismas conductas se convierten en una compulsión o un impulso que no se puede frenar y empiezan a causar problemas en la vida de la persona. Aquí es cuando pueden aparecer adicción al sexo o adicción a la comida. En esta cuestión puede ayudar un psicólogo online que trabaje mediante la terapia cognitiva.

Se sabe que algunos alimentos son capaces de detener de forma temporal la producción del cortisol, que es la  el que comúnmente se conoce como ‘hormona del estrés’. El placer que produce un exceso de azúcar o alimentos grasos, alteran el normal funcionamiento del sistema de recompensa y aparece la adicción. Además, se ha demostrado que los trastornos alimentarios suelen ir acompañados de trastornos del estado de ánimo.

Muchas personas utilizan la comida para silenciar o apagar estados emocionales como la tristeza, la ansiedad o incluso la ira. Buscan una salida. Sin embargo, después del atracón de comida, tienden a sentir que han perdido el control, sienten vergüenza, culpa y fracaso con uno mismo, etc. Y suele aparecer un compromiso, que no perdurará en el tiempo, de que esa situación no va a volver a ocurrir.

En la adicción a la comida, a diferente de otros trastornos alimentarios, no aparece la conducta compensatoria de intentar eliminar como sea la ingesta de comida realizada. Por ejemplo, en el caso de la anorexia o la bulimia, las personas tienden a vomitar, utilizar laxantes o incluso realizar una actividad física intensa que les lleve a eliminar lo que han tomado.

Otro rasgo característico de la adicción a la comida es que suele consumirse siempre el mismo tipo de alimento: chocolate, patatas fritas, etc., en general alimentos hipercalóricos y muy procesados.  Todo esto va a tener consecuencias graves en la salud, sobre todo a nivel digestivo. También incrementa la posibilidad de aparición de enfermedades como la diabetes, hipertensión, colesterol o enfermedades cardiovasculares; además, de por supuesto, los trastornos mentales.

Comer debe ser un acto que sirva para nutrir al organismo y permita vivir de una manera sana, por este motivo la dieta debe ser variada y estar equilibrada con la realización de ejercicio físico moderado. La prevención en la aparición de este tipo de trastornos se puede hacer desde las primeras edades, no obligar a comer, no chantajear para que coma, limitar los azúcares y alimentos poco saludables y retrasar al máximo su introducción, y por supuesto, respetar siempre a las personas  y evitar hacer comentarios sobre el peso y la talla. De manera que siempre se acompañe para ayudar a elegir una dieta saludable y ejercicio físico.

Hay que recordar que otras causas de la aparición de este trastorno pueden ser: un estado prolongado de estrés, cambios de humor, estados emocionales desagradables y mucha ansiedad. No ayuda la presión social, sobre todo en el caso de las mujeres, de tener cuerpos perfectos, idílicos e irreales.

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