Expertos

Red de recursos especializados en drogodependencias. Parte VI

Las comunidades terapéuticas: Un recurso residencial tradicional con una vigencia de más de 40 años (Parte I)
Félix Rueda |Psicólogo experto en adicciones.  Fundación Noray Proyecto Hombre Alicante

Históricamente la Comunidad Terapéutica quizá es el recurso más conocido de intervención en drogodependencias, y, por extensión en lo referente al tratamiento de los trastornos adictivos.

 Parece que el ingreso en un recurso residencial era la opción más plausible cuando alguien se encontraba con un problema de manejo de su adicción, o cuando la familia decidía que la persona tenía que ingresar.

 Pero el concepto de Comunidad Terapéutica va más allá de esa visión parcial.

Definición y funciones

Se trata de un recurso que oferta a la persona con problemas adictivos la posibilidad de efectuar un “paréntesis” en su vida diaria, abstrayéndose de quehaceres y obligaciones cotidianas, libre de cargas, para tratar globalmente su problema, esto es, recibiendo atención psico-educativa, psico-terapéutica, sanitaria y social.

Así mismo, la familia recibe soporte y formación frente al problema que presenta quien ingresa en la Comunidad Terapéutica.

Las áreas de intervención abarcan un amplio abanico de acciones y actividades que ayudan a conseguir los objetivos marcados.

En lo que respecta a la faceta psico-educativa, encontramos básicamente dos tipos de actividad:

–          Por un lado los talleres formativo-laborales, esto es, actividades formativas orientadas a dotar a la persona de ciertos conocimientos en relación a un ámbito profesional/ laboral (jardinería, mantenimiento, cocina…), y aquellos dirigidos a educar en relación a capacidades que contribuyan en la recuperación de la persona: entrenamiento en habilidades sociales, manejo del estrés, prevención de recaídas, y otros de similar índole.

Es un recurso que oferta a la persona con problemas adictivos la posibilidad de efectuar un “paréntesis” en su vida diaria

La frecuencia de los mismos suele oscilar entre semanal y diaria, depende del área a trabajar, la necesidad de intervención, y el plan de tratamiento.

–          Por otro lado los sectores de trabajo, también conocidos como talleres ocupacionales, en los que quienes conviven en la Comunidad Terapéutica reparten tareas relacionadas con las actividades diarias de una casa: limpieza, lavandería, cocina…

Estos sectores tratan de fomentar comportamientos saludables y responsables,  que fomenten hábitos y actitudes que contribuyan en la consecución de valores acordes con un estilo de vida sano e incompatible con el trastorno adictivo. A esto hay que sumar que adquieren conocimientos básicos para una vida independiente, ya que muchas de las personas que ingresan no han realizado tareas domésticas previamente al ingreso.

Así mismo, el hecho de que cada sector de trabajo realice funciones de las que se beneficien las demás personas residentes en la Comunidad terapéutica, fomenta actitudes familiar y socialmente responsables, y la adquisición y consolidación de valores como la solidaridad, la corresponsabilidad, y el sentido comunitario y de pertenencia.

Además poseen otras funciones:

Otras funciones de los sectores de trabajo

Podemos por tanto entender que la función de los sectores va más allá de lo puramente laboral, siendo esenciales en el trabajo terapéutico que se realiza en la Comunidad, en integran procesos psicológicos básicos que ayudan en el proceso de rehabilitación.

Sector de Huertos y Jardines (Proyecto Hombre Alicante)

Sector de Huertos y Jardines / PH Alicante

Además, podemos encontrar que las personas beneficiarias de la Comunidad Terapéutica, se distribuyen en los sectores en función de roles diferenciados, con mayor capacidad operativa, ejecutiva o directiva según proceda en función del momento del proceso terapéutico, a fin de que se sitúen en diferentes posiciones existenciales (jefe-empleado, padre/madre-hijo/hija, etc.) desarrollando habilidades tales como: la toma de decisiones, la gestión del tiempo, la planificación, la comunicación eficaz y asertiva, el trabajo en equipo, el manejo de una estructura jerárquica y una cadena de trabajo, en definitiva, habilidades que tengan que ver con un futuro desarrollo de facetas familiares, laborales y sociales, cuya mejora es uno de los principales objetivos de las Comunidades Terapéuticas.

En cuanto a la actividad psico-terapéutica, el grupo es el principal elemento para el desarrollo del tratamiento en este sentido. Bien puede tratarse de grupos de auto-ayuda, esto un grupo de personas que comparten unas ideas, unas situaciones de vida o una enfermedades, que mediante el grupo se ofrecen apoyo, a través de la observación de las situaciones de los demás miembros, intercambio de experiencias, situándose en el momento actual (se habla del “aquí” y el “ahora”) a fin de superar un pasado que ya no se puede cambiar, y prever un futuro que se construye en el presente, emocional y otros tipos de apoyo a través de la acción de compartir sus experiencias personales vividas y de intercambiar otros recursos».

Hay dos autores que son “clásicos” en cuanto a la definición de grupo de auto-ayuda, estos son Katz y Bender, que ya en 1976 definían estos grupos como “estructuras grupales voluntarias y pequeñas de ayuda mutua que tienen como fin conseguir un determinado objetivo”. Ese objetivo puede ser:

autoayuda

Para saber más de los grupos de auto-ayuda podemos dirigirnos a:

Intervención psicosocial 1

Intervención psicosocial 2

Grupo de psicoterapia en Proyecto Hombre Alicante / PH Alicante

Grupo de psicoterapia en Proyecto Hombre Alicante / PH Alicante

Otro tipo de grupos son aquellos que tienen un funcionamiento relacionado con: gestión y expresión emocional, reinterpretación del pasado en base a claves lógicas presentes (a veces hay quien se queda anclad@ en episodios traumáticos que favorecen el mantenimiento de la adicción), reuniones de sectores (a fin de que el desarrollo de la faceta psico-educativa posea un sentido dentro del marco psicoterapéutico), y otros de similar índole.

También dentro de lo psico-terapéutico se cuenta con entrevistas individualizadas, y con actividades para y junto a las familias, pero tanto en los grupos diferentes de los de auto-ayuda, como en dichas entrevistas, las actividades con familias, la intervención médico-sanitaria y el trabajo en el área social, ahondaremos en la segunda parte del presente artículo.

¿Se reside en ellas?

Si bien inicialmente las Comunidades terapéuticas se definían como residenciales, actualmente, y aunque en su mayoría lo son, podemos encontrar Comunidades Terapéuticas abiertas, actualmente se trabaja tanto en la línea residencial (en un mayor número de casos), como en la línea ambulatoria. Si bien la línea residencial es percibida por las personas en tratamiento como más eficaz, a veces objetivos de no desvinculación socio-familiar, mantenimiento de la red primaria de apoyo, de un empleo compatible con el tratamiento, o, simplemente, ciertas limitaciones en lo que se refiere a plazas para el ingreso, hacen que se trabaje con personas que residen en sus domicilios o en otros recursos de apoyo y que asisten a diario a la Comunidad Terapéutica.

¿Cómo se accede a ellas?

El acceso puede ser directo o a través de la red de servicios sociales o de salud, ello va a depender de la normativa vigente en cada Comunidad Autónoma, así de como si la Comunidad terapéutica se encuentra integrada o no en la red de recursos públicos o privados. De ello también de penderá el coste del tratamiento.

A veces existe lista de espera, y entre tanto se ofertan alternativas terapéuticas: entrevistas, centros de día…

Si se desconoce la vía de acceso, lo mejor es ponerse en contacto directo con alguna de las Comunidades Terapéuticas del entorno, la mayoría ya cuentan con páginas web, o figuran en los directorios y guías de los servicios de atención a personas con problemas de adicciones.

Comunidad Terapéutica de Proyecto Hombre Málaga / F.R.

Comunidad Terapéutica de Proyecto Hombre Málaga / F.R.

¿Qué profesionales forman sus equipos?

Si bien tradicionalmente se han dado dos situaciones diferenciadas, una en la que los equipos estaban compuestos esencialmente por ex -beneficiar@s de la comunidad terapéutica, y otra en la que los equipos estaban totalmente integrados por profesionales, actualmente podemos encontrar una tendencia a que los equipos estén integrados por profesionales, si bien, en algunas entidades también cuentan con alguna persona que ha realizado el proceso de tratamiento.

Lo que sí está claro, es que la intervención en una Comunidad terapéutica está fundamentada en teorías y disciplinas científicas, y han de tener unos objetivos, unos resultados esperados, y un plan de tratamiento, es decir, en una intervención profesional. De no ser así, estaríamos hablando de otro tipo de centros.

Entre la formación de quienes integran los equipos técnicos encontramos: Trabajador@s Sociales, Médic@s, Psicólog@s, Terapeutas Ocupacionales, Educador@s Sociales, Pedagog@s, Sociólog@s, y otras titulaciones afines a las profesiones de índole socio-sanitarias.

¿Cuánto dura?

La duración suele depender de la evolución de la persona en tratamiento, si bien, en análisis y estudios efectuados (uno de ellos por profesionales de la Fundación Atenea), podemos encontrar promedios de entre 6 y 10 meses. Sabemos, por la evidencia en la práctica diaria, que al menos son necesarios 9 meses para efectuar un buen diagnóstico, establecer un buen plan de tratamiento, adquirir o reforzar habilidades, entrenarlas y

Para finalizar, por el momento, y en palabras de Antonio J. Molina, podemos decir que:

La CT para drogodependientes es como una MICROSOCIEDAD donde cada uno de sus miembros puede y debe ir evolucionando y creciendo, tanto en participación activa como en aprendizaje reflexivo: “no solo tengo que aprender a resolver mis problemas dentro del colectivo sino que debo ayudar a crear menos problemas al grupo social”. El aprendizaje consiste en pasar de ser parte del problema a convertirse en parte de la solución, en pasar de ser “un individuo frente al colectivo” a “un individuo dentro del colectivo”

 Se pueden ampliar conocimientos en: Adicción y ciencia

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Hace 13 años inició su andadura profesional en el ámbito de la prevención e intervención en trastornos adictivos, siempre en el contexto de Proyecto Hombre.Es Licenciado en Psicología por la Universidad de Málaga, Máster en Psicología de la Salud por la Universidad Miguel Hernández, Experto en Drogodependencias por la Universidad Complutense de Madrid, y Técnico en Logopedia por la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. Así mismo, ha cursado estudios de Filosofía durante 3 años. Actualmente desempeña las funciones de Coordinador de los programas Terapéuticos para adultos, Responsable de Calidad, y a su vez supervisa y coordina uno de los programas de intervención dirigido a personas activas laboralmente que presentan problemas de adicción a Cocaína y/o Alcohol, principalmente, y el programa de reinserción socio-laboral para aquellas personas que han completado un proceso de tratamiento en una Comunidad Terapéutica. Así mismo, es miembro del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil del drogodependiente, que desarrolla su actividad a nivel nacional. Es profesor invitado (en representación de Proyecto Hombre Alicante) de la Escuela de Formación de la Asociación Proyecto Hombre (Impartiendo la materia: Perfil profesional en Proyecto Hombre, Trabajo y Gestión de Equipos, Potencial Humano del profesional de Proyecto Hombre). Ha participado en numerosas publicaciones, ha sido miembro de la Comisión Nacional de Evaluación de Proyecto Hombre (un Proyecto del Ministerio Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), hasta su disolución el pasado 2013, y ha intervenido en múltiples foros relacionados con ámbitos afines a los trastornos adictivos. Durante 4 años fue responsable de los programas de prevención indicada para adolescentes y sus familias en Proyecto Hombre Málaga.

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Félix Rueda
Hace 13 años inició su andadura profesional en el ámbito de la prevención e intervención en trastornos adictivos, siempre en el contexto de Proyecto Hombre.Es Licenciado en Psicología por la Universidad de Málaga, Máster en Psicología de la Salud por la Universidad Miguel Hernández, Experto en Drogodependencias por la Universidad Complutense de Madrid, y Técnico en Logopedia por la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. Así mismo, ha cursado estudios de Filosofía durante 3 años. Actualmente desempeña las funciones de Coordinador de los programas Terapéuticos para adultos, Responsable de Calidad, y a su vez supervisa y coordina uno de los programas de intervención dirigido a personas activas laboralmente que presentan problemas de adicción a Cocaína y/o Alcohol, principalmente, y el programa de reinserción socio-laboral para aquellas personas que han completado un proceso de tratamiento en una Comunidad Terapéutica. Así mismo, es miembro del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil del drogodependiente, que desarrolla su actividad a nivel nacional. Es profesor invitado (en representación de Proyecto Hombre Alicante) de la Escuela de Formación de la Asociación Proyecto Hombre (Impartiendo la materia: Perfil profesional en Proyecto Hombre, Trabajo y Gestión de Equipos, Potencial Humano del profesional de Proyecto Hombre). Ha participado en numerosas publicaciones, ha sido miembro de la Comisión Nacional de Evaluación de Proyecto Hombre (un Proyecto del Ministerio Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), hasta su disolución el pasado 2013, y ha intervenido en múltiples foros relacionados con ámbitos afines a los trastornos adictivos. Durante 4 años fue responsable de los programas de prevención indicada para adolescentes y sus familias en Proyecto Hombre Málaga.
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