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Muchas mujeres consumen psicofármacos y alcohol para afrontar el día a día

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer y en este marco la Asociación Proyecto Hombre presenta su nueva campaña de sensibilización #MujeresConProyecto. La campaña tiene como objetivo concienciar a aquellas mujeres que dependen del alcohol y psicofármacos para afrontar su vida, así como dar a conocer los programas específicos que tiene la entidad para atenderlas.  

Por qué #MujeresConProyecto

Proyecto Hombre ha identificado que existe un perfil específico que está formado por mujeres de mediana edad, con una vida estructurada, un trabajo (o no), y un estatus socioeconómico medio que abusan del alcohol y/o de los psicofármacos y lo hacen de manera “normalizada”, sin ser conscientes del riesgo que supone, ya que son sustancias legales y aceptadas socialmente.

De acuerdo con el Plan Nacional Sobre Drogas, el consumo de hipnosedantes es el único consumo de drogas en el que la prevalencia en mujeres es mayor que en hombres, cerca del doble. 

“Muchas comienzan este consumo tras el abandono del hogar de sus hijos e hijas y, cuando aparecen sentimientos de soledad, de no sentirse útiles o necesarias… Otras para hacer frente a sus malestares, a sus preocupaciones o exigencias laborales… y deriva en relaciones de dependencia y abuso. La culpa, el estrés, el cansancio físico y mental se convierten en factores de riesgo que pueden derivar en el consumo problemático y de riesgo de alcohol, psicofármacos y otras drogas como forma mal entendida de evasión”, cuenta Ana Macías, directora técnica de programas de prevención y tratamiento en Fundación Aldaba – Proyecto Hombre Valladolid.

Se trata de un consumo oculto, ligado al desconocimiento y a la consideración de su consumo como algo “normal”, especialmente entre las mujeres. A ello se añade el hecho de que no existen campañas generalizadas de prevención y sensibilización, como sí ocurre con otras sustancias y otros consumos de riesgo. 

De acuerdo con la Encuesta sobre alcohol y drogas en la población general en España (EDADES, 2022), el consumo de hipnosedantes con o sin receta se ha incrementado de nuevo, continuando con la tendencia creciente iniciada en 2018 (3%) hasta un 23,5%. 

En 2022 el 13,1% de las personas de 15 a 64 años los ha consumido en los últimos 12 meses, y la proporción es mayor entre las mujeres (16,0%) que en los hombres (10,3%).

“Son estas mujeres, cuyo consumo está normalizado y que no se considera como un riesgo, a las que queremos llegar con nuestra campaña #MujeresConProyecto, para 

que sean conscientes del problema y busquen ayuda y apoyo en nuestros centros. Allí encontrarán un espacio de confianza y confidencialidad, un espacio seguro, donde no se las juzga y donde, a través de una intervención terapéutica-educativa integral, se les acompañará a conseguir un estilo de vida autónomo y saludable”, afirma Manuel Muiños, presidente nacional de la Asociación Proyecto Hombre.

Para estas mujeres, Proyecto Hombre ofrece intervenciones y respuestas individualizadas. Un espacio donde ayudarlas, acompañarlas y orientarlas.

La campaña #MujeresConProyecto ha sido financiada por el Plan Nacional Sobre Drogas (Ministerio de Salud) y se puede ver aquí

Intervención en adicciones desde la perspectiva de género

“La mirada de género no es una moda, es una necesidad, es una cuestión de derechos y de efectivad de las intervenciones”, afirma Elena Presencio, directora general de la Asociación Proyecto Hombre.

De acuerdo con los datos del Observatorio 2022 de Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción en tratamiento, el número de mujeres que acuden a los programas de Proyecto Hombre es mucho menor que el de los varones (18,6% de mujeres, frente a un 81,4% de hombres).

“En general, las mujeres tienden a silenciar o a ocultar su consumo, por lo que tardan más en pedir ayuda (una media de 15 años desde el inicio del consumo). La falta de apoyo socio familiar, el temor al estigma y priorizar el cuidado de los demás, suelen ser los motivos para retrasar el tratamiento. En muchos casos tienen miedo a perder la custodia de sus hijos e hijas al hacer pública su adicción y suelen contar con menor apoyo familiar, económico y social. Por eso, cuando por fin deciden acudir, lo hacen física y psicológicamente más afectadas”, afirma Presencio.

Desde Proyecto Hombre explican que es esencial trasmitir que la cuestión de género no es una cuestión exclusiva de la mujer, incluye al hombre (y a la sociedad en su conjunto) que ha de participar para cambiar los estereotipos, expectativas y comportamientos y así construir juntos un nuevo modelo social más igualitario.

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