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Opiniones opuestas en cuanto al uso de cigarrillos electrónicos

AvanceEl tabaco mata a 6 millones de personas al año, lo que supone que aproximadamente cada 6 segundos muere una persona por alguna enfermedad relacionada con este consumo. Ayer fue el Día Mundial Sin Tabaco, una jornada que se destina a la concienciación en pro de la reducción del consumo de tabaco en todo el mundo. Entre las polémicas más actuales se encuentra el uso del cigarrillo electrónico como elemento que ayude en la rehabilitación de este trastorno adictivo. Sin embargo, las opiniones del uso entre los propios profesionales de la salud son en ocasiones contradictorias.

Francisco Camarelles, del Comité  Nacional de Prevención del Tabaquismo, CNPT recuerda que la Organización Mundial de la Salud, OMS, informaba en Julio de 2013 que se desconoce si el uso de los cigarrillos electrónicos puede ayudar a vencer la adicción o por el contrario puede ayudar a mantenerla o iniciarla entre los menores. “Nos recordaba que no hay evidencia científica consistente para apoyar el uso terapéutico de estos productos” y de manera contundente concluye así: “Hasta que no haya datos, certificados por un organismo regulador nacional competente, que demuestren que los cigarrillos electrónicos son productos seguros, eficaces y de calidad aceptable, se debería advertir seriamente a los consumidores que se abstengan de utilizarlos”. Recientemente la OMS ha dado a conocer un nuevo informe en agosto 2014 sobre el uso y regulación de los cigarrillos electrónicos. La OMS pide a los países miembros mayores medidas regulatorias sobre estos dispositivos y que se prohíba la venta de cigarrillos electrónicos a los menores, estimando que su consumo es «una grave amenaza» para ellos. El documento aconseja la prohibición del consumo en espacios públicos cerrados «al menos hasta que se pruebe que el vapor que producen no es peligroso para las personas que están alrededor».

El documento de la OMS aconseja la prohibición del consumo de ecigs en espacios públicos cerrados 

Por su parte, el psiquiatra Guillermo Gonzales y la Doctora en Biología Celular y Genética Carmen Escrig (quienes aseguran no recibir beneficio económico, ni tener relación profesional con el sector del cigarrillo electrónico ni con la industria del tabaco), desde la plataforma MOVE (Medical Organizations Supporting Vaping and Electronic Cigarettes), aseguran que el cigarrillo electrónico es una alternativa que es de un 95 a un 99% menos dañina para la salud y que ha demostrado cifras sorprendentes en el abandono del tabaco: “Estos datos no son inventados. Son la conclusión de centenas de estudios realizados sobre la pretendida toxicidad de los cigarrillos electrónicos por grandes expertos en el campo y cuyos resultados están al alcance de cualquier interesado en la red, a pesar de ser constantemente silenciados en los grandes medios de comunicación”. Camarelles sin embargo, dice que “no hay suficientes estudios que demuestren que los cigarrillos electrónicos pueden ser una ayuda efectiva y la mayoría de las afirmaciones que se hacen son inexactas, engañosas o están insuficientemente probadas” y añade: “algunos estudios han mostrado efectos fisiológicos adversos a corto plazo sobre la función pulmonar de voluntarios sanos del vapor que desprenden, sin que sea posible establecer claramente la relevancia clínica, y sin poder documentar por ahora  los efectos de la exposición continuada, ni los efectos a medio y largo plazo. También se han documentado intoxicaciones por nicotina por ingesta de recambios de los cigarrillos electrónicos”.

Composición
Cigarraillo / Pixabay

Cigarraillo / Pixabay

Los cigarrillos electrónicos podrían ser una ayuda para dejar de fumar porque combinan el uso de nicotina (sustancia adictiva que justifica gran parte de  la adicción al tabaco), y los aspectos conductuales y psicológicos del fumar: “Es obvio que los cigarrillos electrónicos son menos nocivos que los cigarrillos convencionales, pero esto no quiere decir que sean inocuos. Debido a la falta de regulación y controles de calidad, la composición puede variar mucho entre diferentes marcas y dentro de una misma marca, y pueden contener dosis detectables de otros tóxicos (nitrosaminas, metales pesados, etc…) que no aparecen  en el etiquetado, como han demostrado estudios de la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA) de EEUU. Además, contienen propilenglicol, glicerina, disolventes, aromatizantes y conservantes, y nicotina que es una sustancia adictiva, toxica y con efectos sobre el sistema cardiovascular.”, afirma Camarelles. Mientras que Gonzales y Escrig aseguran que como profesionales conocen el riesgo de la nicotina, la glicerina y el propilenglicol, lo que resulta “insignificante en comparación con las 4000 sustancias tóxicas y/o carcinogénicas que porta el humo del tabaco”, y añaden: El eCig lleva utilizándose más de 10 años, es un mercado de millones de consumidores y no existe un solo caso documentado de daño a la salud por el uso de este dispositivo. Y como exfumadores hemos experimentado en nuestro propio cuerpo los efectos del abandono del tabaco y el cambio al eCig; la recuperación de una calidad de vida que no tiene precio”.

En opinión del miembro de la CNPT promocionar el tabaco sin humo como estrategia de salud pública es débil e inconsistente. Desde la MOVE opinan que los políticos deben proteger la salud de los ciudadanos y no las cuentas corrientes de unos pocos y animan a los fumadores a que dejen el tabaco con lo que mejor les ayude: “Cualquier método que te sirva será preferible a seguir fumando”, afirman y añaden: «Si, como nosotros eres profesional sanitario o científico, te invitamos a que te informes libremente y consideres unirte a la iniciativa internacional MOVE, Medical Organizations supporting Vaping and Electronic cigarettes. El manifiesto MOVE ha sido redactado por científicos, médicos y autoridades de salud pública internacional, con una larga trayectoria en la lucha contra el tabaquismo, sin conflicto de intereses, pero con enorme interés en crear un debate científico y sobre todo, ético, acerca del eCig como importante herramienta de reducción de daño con enorme potencial para la salud pública».

*Este artículo es un resumen de los artículos de opinión que se publicará en la edición impresa de la revista que los socios recibirán a finales de año

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