La adicción y las fases de su tratamiento
La adicción se caracteriza por la repetición compulsiva de un acto que perjudica al propio organismo y a la propia psique. Puede ser adicción a una sustancia o adicción a un comportamiento, por ejemplo, la ludopatía o las nuevas tecnologías, aunque esta última aún no haya sido reconocida por el los Manuales de Diagnóstico Psiquiátrico DSM-V.
Pero, ¿Por qué soy adicto? Hay que saber que son muchos los factores que influyen en el desarrollo de una adicción. Todas las personas no tienen las mismas posibilidades de desarrollarla, y no solo tiene esto que ver con un factor genético. Los factores ambientales, es decir, los contextos sociales y familiares en los que el individuo crece tiene mucha relación con el desarrollo de este problema de salud. Ahora se está empezando a observar también que la inteligencia emocional tiene mucho que hacer en todo esto y es que una falta de control de los impulsos o una nula gestión emocional pueden ser serios factores de riesgo para su desarrollo. Por lo que la formación en esta parcela podría ser muy interesante para ayudar a prevenir conductas disruptivas y adictivas en los más jóvenes, caracterizados por que no saben en muchas ocasiones gestionar la frustración.
Aunque parece ser que la parte química también tiene algo que ver. La Universidad CEU San Pablo está desarrollando una investigación con el objetivo de descubrir las razones científicas que existen tras la adicción a distintas sustancias como la anfetamina, la cocaína o los opiáceos. Este estudio se basa en la observación de dos proteínas (la pleiotrofina y la midkin). Los investigadores han descubierto que la ausencia de estas dos proteínas potencia los efectos adictivos y neurotóxicos de las drogas en el cuerpo.
La parte positiva es que la adicción tiene tratamiento. Las fases de la terapia para adicciones son: En primer lugar, la desintoxicación. Ese proceso por el que la persona deja de consumir el tóxico o de repetir la conducta compulsiva. En esta fase de abstinencia se pueden y se suelen dar síndromes de abstinencia. En segundo lugar, la deshabituación. Dejar de consumir la sustancia era necesario pero el siguiente paso es un poco más largo y complejo. Se trata de aprender recursos que ayuden a hacer frente a algunas situaciones que pueden acabar derivando en un nuevo consumo o recaída. En tercer lugar, la reinserción. Se trata de extender todo lo aprendido con anterioridad a todos los ámbitos sociales, incluida la familia y el trabajo. El cuarto escalón sería la rehabilitación. Es el compromiso total de construir una vida alejada del tóxico que sea sana y satisfactoria.
La barrera principal para acceder al tratamiento suele ser el estigma, esa etiqueta que la sociedad pone sobre las personas que presentan problemas de adicción, marcándolas como personas viciosas o con poca fuerza de voluntad. Nada más lejos de la realidad, hay que partir de la base de que la adicción es un trastorno, es un problema de salud que deriva en multitud que consecuencias y problemas sociales, familiares, laborales, físicos y psicológicos. Por lo que el mejor tratamiento será el que aborde todas esas parcelas desde la perspectiva holística.
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