By ¿Qué hacemos con el tabaco?
Hay países del mundo que han empezamos a prohibir la venta de tabaco a las personas nacidas en algún año concreto. El objetivo es acabar con el consumo de tabaco. Ante esta situación, la industria del tabaco, se ha visto obligada a reconducir su estrategia, innovar y buscar de nuevo cómo llegar a la población joven, pues es la única manera de que puedan seguir existiendo. Asegurando su futuro mercado, los fumadores del futuro.
La realidad es que el tabaco se ha demostrado que tiene más de 250 sustancias tóxicas y 50 cancerígenas. Es causante de millones de muertes al año, incluido entre personas que no fuman pero que de manera pasiva respiran su humo. Esta es el principal motivo por el que durante años se ha trabajado también en visibilizar al consumidor pasivo, en su mayoría menores de edad, que acaban respirando tóxicos en sus casas, coches, terrazas, parques, espacios deportivos, etc. Con el tiempo las limitaciones del consumo se han ido incrementando. Se empezó en España, por la prohibición de fumar en bares y restaurantes. Durante la pandemia se prohibió también fumar en terrazas, pues se consideró un vector de transmisión. Ahora se empieza a hablar de la prohibición en vehículos particulares y en volver a la restricción del consumo en terrazas al aire libre. En los parques ya existe esta prohibición, aunque no siempre se cumple. Hace poco, el gobierno anunció que iba a prohibir los productos aromatizantes y equipara la regulación del tabaco tradicional y calentado.
Como decía, la industria del tabaco ha tenido que innovar, y de la mano de la tecnología, ha lanzado nuevas formas de fumar, que durante mucho tiempo, y ante la falta de evidencia científica, han disfrazado como dispositivos para ayudar a dejar de fumar. Solo con este planteamiento lanzado desde la propia industria, nos deberíamos plantear hasta dónde hay de verdad, ante un evidente conflicto de intereses. ¿Cómo es posible que una industria que gana millones de euros al año jugando con la salud y la vida de las personas, plantee ahora formas en las que su negocio puede acabar por desaparecer? Desconfíen, siempre, de estas propuestas.
Y así se ha demostrado con los años. Resulta que lo de ‘ayudar a dejar de fumar’ no era del todo cierto. Aunque puede que a alguien le haya servido. No lo dudo. La realidad es que estos dispositivos tienen también sustancias tóxicas, unas pocas menos que el cigarrillo convencional, pero igualmente tóxicas para los pulmones y el organismo. E incluso, con esa posibilidad adictiva, pues muchos siguen conteniendo nicotina, que es una de las sustancias más adictivas que existen en el mundo.
Así que ante tal evidencia, ahora sí, sabemos que vapear o fumar un cigarrillo electrónico también es fumar. ¿Y saben a quién se dirigen mayoritariamente ahora estos dispositivos? Sí, a los jóvenes, incluso a los niños. Y lo hemos visto en forma de vapers de ‘Bob Esponja’, por ejemplo; o de múltiples y llamativos colores. Por no hablar de los sabores a ‘chuches’. ¿Quién será el público al que quieren llegar? …
Por este motivo, ante esta flagrante falta de escrúpulos y ética, la Organización Mundial de la Salud, centra este año su lema precisamente en la protección de los menores. Y para ello tenemos que empezar a hacer también prevención de estos dispositivos. El tabaco convencional, casi está ya en un segundo plano, pero seguirá existiendo mientras haya quien lo consuma. Y una de las cosas que se ha podido observar es que muchos jóvenes empiezan con los nuevos dispositivos y acaban pasándose al cigarrillo de siempre. Así que más que dispositivos para dejar de fumar, son puerta de entrada para futuros consumidores.
Y en este día, queremos también recordaros que hay tratamientos para dejar de fumar. Te los resumimos aquí.
Feliz Día Mundial Sin Tabaco.
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