By Se buscan culpables: El niño pega, ‘que malo’. Este es adicto, ‘que vicioso’
Siempre detrás del comportamiento que vemos, en cualquier ser humano y en cualquier momento vital, hay un porqué, un sufrimiento, una razón por la que se comporta cómo se comporta o actúa cómo actúa. Tendemos a culpabilizar, buscar culpables, nos gusta, o no, pero es a lo que estamos acostumbrados.
Cuando dos niños pequeños pegan, siempre buscamos quién ha sido primero y lo culpamos por su conducta. Le reñimos o castigamos. Y dejamos de lado el porqué, el cómo se siente o se sentía para pegar. Ni cómo se siente el que ha recibido el golpe. Nos quedamos en la superficie: se siente mal, claro, le han pegado.
Lo mismo ocurre con las personas con adicción. El otro día hablando con una persona me narraba lo preocupado que estaba porque debajo de su casa había un salón de juego. Me hablaba de las ‘malas personas’ que había en la puerta, y que salían a fumar. De la cercanía con un centro educativo y una guardería. Me hablaba de las voces en la madrugada. Me narraba ‘la pelea’. Como cuando dos niños de pegan y buscamos al culpable.
Pero, ¿qué ocurre detrás de todo eso? ¿qué está viviendo dentro de sí la persona que cada día acude a ese salón? ¿qué siente? ¿cómo es su vida? ¿cómo es la vida de sus familiares?
Hablamos de vidas y personas. De problemas económicos generados por el juego compulsivo o las apuestas. De problemas en el trabajo, si aún se conserva. De problemas familiares. De soledad. De malestar. De rabia. Frustración. De desesperanza. De tristeza. De no querer escuchar todo eso que es incomodo de vivir. De buscar aislarse de todo lo que les incomoda. De sentirse culpanle por querer dejar de jugar y no poder. De sentir vergüenza cuando se recae o uno cae en la cuenta del daño que se está haciendo a sí mismo y a su alrededor. Todo esto es lo que hay detrás de las voces, las ‘malas compañías’…es lo que hay detrás de un niño ‘malo’ que pega.
¿Qué debemos hacer como sociedad? Dejar de etiquetar. Dejar de juzgar. Dejar de estigmatizar. Acompañar. Animar a la rehabilitación. Regular ciertos aspectos del juego que dificulten el acceso. Ser compasivos. Empatizar. Buscar responsables y no culpables.
Este es uno de los retos que aún hay por delante en este 29 de Octubre, Dia Sin Juegos de Azar.
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