Ludopatía, un trastorno silencioso
El hecho de ser incapaz de controlarnos a nosotros mismos suele ser el inicio de un caos en diferentes áreas de la vida, lo cual genera infinidad de consecuencias y afecciones para el ser humano.
Aunque en la mayoría de los casos se cree que se puede controlar las necesidades, las acciones y los pensamientos, en muchas ocasiones estos terminan controlando el ser humano en su totalidad.
Algunas personas pueden tener un trastorno y aún no han notado que lo tienen. Un trastorno se puede clasificar de diferentes formas, los más comunes son: alimenticios, de personalidad, ansiedad, bipolaridad, depresivos, psicóticos, entre muchos otros que se escuchan nombrar.
A partir de cada trastorno se generan ciertas patologías, entre estas se encuentra la ludopatía, que se define como una patología que consiste en alteraciones progresivas del comportamiento en el cual el individuo se siente incapaz de resistir los impulsos a jugar o apostar, esto puede traer graves consecuencias.
Está reconocida como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud y por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Está enfermedad por lo general se produce en los juegos que tienen la capacidad de desarrollar trastornos adictivos en los pacientes, pues son aquellos en los que transcurre poco tiempo entre la apuesta y el premio. Los pacientes sienten placer o excitación al tener la posibilidad de estar cerca a ganar una partida, pero lo que realmente están desarrollando son problemas que van más allá de lo físico.
En ocasiones los individuos que padecen esta enfermedad no notan la gravedad de este asunto, pues la ludopatía a pesar de ser una patología termina reuniendo una serie de trastornos y ataca silenciosamente a la víctima, enfrentándose así a problemas de salud, problemas financieros, la pérdida de un empleo, ser acusado por crímenes o fraudes y por qué no, generar daños en las relaciones familiares.
Existen variedades en las causas que pueden conllevar a la ludopatía. Sin embargo, no tiene ninguna relación directa con una causa concreta, pues reúne una serie de factores que lo conducen a desarrollar un trastorno de juego patológico. Esta generalmente empieza a comienzos de la adolescencia en los hombres, entre los 20 y las mujeres entre la edad de 40 años. Para las personas que desarrollan la ludopatía, el juego que inicia como algo ocasional y se convierte en un juego habitual, creando así un trastorno silencioso, pero completamente violento.
Las personas que padecen este trastorno o compulsión a jugar tienen gran dificultad para resistirse, el cerebro reacciona a este impulso de la misma manera que en una persona que padece problemas de drogadicción o alcohol. La ansiedad forma parte de este trastorno y aunque las características sean similares al trastorno obsesivo compulsivo, la compulsión a jugar tal vez tenga afecciones diferentes, tales como: depresión, cambios de personalidad, abandono de la vida social y familiar.
Una de las claves para prevenir la ludopatía es encontrar el límite correcto en el juego sano, este se puede realizar en tiempos cortos como una actividad de ocio, pero también se pueden encontrar otras alternativas para mantener la mente y el tiempo ocupados, puede ser una forma de prevención saludable.
July Jeraldin Blanco
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