Entrevista a Martha Velez por el Día Mundial del Síndrome Alcohólico Fetal. Parte II
Lea la primera parte de la entrevista
«Se considera que los FASD son los trastornos mentales más prevenibles del mundo occidental»
P. ¿Por qué recomienda que el consumo de alcohol durante el embarazo sea cer0? ¿Es cierto que tiene consecuencias desde el minuto 1 de la gestación? ¿Qué puede suceder en esos primeros momentos en el feto si se consume alcohol?
R. En cada minuto del embarazo se dan múltiples procesos que determinan el desarrollo estructural y funcional del feto. El cerebro en particular es vulnerable al alcohol por su prolongado periodo de desarrollo. Los neurotransmisores que guían los procesos de desarrollo cerebral se empiezan a producir en las primeras semanas del embarazo, y el desarrollo cerebral se inicia alrededor de las 3 semanas después de la concepción y continúa durante todo el embarazo. Por lo tanto el consumo de alcohol durante el embarazo debe ser 0.
Las malformaciones anatómicas van a depender de que el feto este expuesto al alcohol en el momento en que el órgano se está formando. Las malformaciones faciales por ejemplo se dan en las primeras semanas de embarazo, muchas veces cuando la mujer aún no sabe que está embarazada.
El cerebro en particular es vulnerable al alcohol por su prolongado periodo de desarrollo
El cerebro en particular es vulnerable al alcohol por su prolongado periodo de desarrollo
Los efectos en el feto de esos primeros momentos que la madre consume alcohol van a depender de la cantidad de alcohol ingerida, la fase del desarrollo del feto, la vulnerabilidad de sus órganos y factores nutricionales, médicos y psicosociales de la madre. Por lo tanto, es imposible predecir cuales fetos van a ser afectados por el alcohol y la magnitud de los efectos.
P. Se habla de las consecuencias del consumo de alcohol en el feto, ¿ocurre lo mismo en otras drogas? ¿Cuál es la más dañina para el desarrollo embrionario y la posterior evolución del niño/a?
R. La mayoría de las sustancias psicoactivas cruzan la placenta fácilmente y llegan al feto. Se han descrito consecuencias fetales para muchas sustancias incluyendo nicotina, opiáceos, marihuana, cocaína, metanfetamina, etc. El tipo de efecto teratógeno es dependiente del tipo de droga, su dosis, frecuencia y patrones de uso y la sensibilidad a la droga de la estructura fetal o circuito cerebral. Por ejemplo, los opiáceos producen un síndrome de abstinencia neonatal que puede ser muy severo y requerir tratamiento farmacológico y hospitalización prolongada durante los días siguientes al nacimiento. Exposición a marihuana o cocaína se ha asociado diferentes déficits que aparecen en diferentes etapas del desarrollo. Entre ellos, por ejemplo, déficits en el funcionamiento ejecutivo que pueden aparecer en la edad escolar o adolescencia.
La mayoría de las sustancias psicoactivas cruzan la placenta fácilmente y llegan al feto
La mayoría de las sustancias psicoactivas cruzan la placenta fácilmente y llegan al feto
Por lo tanto, es imposible decir qué droga es la más dañina porque los efectos dependen de los factores antes mencionados. Lo importante es entender que si un niño fue expuesto a drogas prenatalmente, se considera que tiene un factor de riesgo para problemas en su neurodesarrollo. Se sabe que un entorno estable puede disminuir la expresión de los déficits o aminorar la severidad de los efectos si se detectan y manejan en forma precoz y adecuada.
P. ¿Qué ocurre cuando una madre no quiere dejar el consumo? ¿Existe alguna manera de reducir el impacto para que el feto se vea afectado lo menos posible?
R. La abstinencia del uso de alcohol y drogas en cualquier momento del embarazo es lo único que puede proteger al feto cien por cien. Es importante tratar de motivar a la embarazada que consume alcohol a que ingrese a un programa de control prenatal y si es necesario ofrecerle un tratamiento para el uso de sustancias que sea integral e intensivo en el que ella encuentre apoyo, dónde no se le juzgue y se haga intervención no solo en su consumo de alcohol sino en los aspectos nutricionales, psicológicos y sociales.
Si la madre no logra dejar de consumir, no se conoce que cantidad puede ser dañina. Sin embargo, se sabe que a mayor cantidad de consumo de alcohol, mayores son los riesgos de daño. Se recomienda que las mujeres embarazadas que no pueden parar de consumir, al menos eviten los “binge” y mantengan una buena nutrición. El consumo de la madre debe quedar documentado en la historia obstétrica y en la del niño con el fin de facilitar el diagnostico de FASD si el niño presenta problemas en su neurodesarrollo que no sean debidos a otras causas.
P. ¿Qué avances a nivel de investigación se han hecho recientemente relacionado con el FASD y qué aplicación tienen a la mejora de la vida de las personas que la padecen?
R. Recientemente se han hecho importantes avances en la investigación de FASD, especialmente en establecer la prevalencia, determinar las áreas cerebrales afectadas y algunos de los mecanismos de acción del alcohol en los efectos en el feto, identificar los déficits en el neurodesarrollo, y en el diseño e implementación de intervenciones para el manejo del FASD.
Estudios epidemiológicos usando búsquedas activas de casos en poblaciones de edad escolar o en adultos han permitido comprobar que los FASDs son más frecuentes de lo descrito en estudios previos. Se espera que estos resultados ayuden a dar a conocer la magnitud del problema y a establecer programas de identificación y manejo de casos. Igualmente estos resultados sirven para delinear programas de prevención adecuados, dado que los efectos prenatales del alcohol son totalmente prevenibles.
Resultados de estudios en animales han ayudado a entender que el momento, los patrones de uso y las cantidades usadas por la madre determinan el tipo de daño producido en las diferentes áreas o circuitos del cerebro y su correlación con los déficits mentales. Estos estudios han llevado a la conclusión de que los efectos del alcohol en el feto son muy individuales y que no hay época del embarazo en el que el uso del alcohol sea seguro.
Los avances en el área de imagenologia (por ejemplo, resonancia magnética funcional, “Diffusion Tensor MRI”) han demostrado en humanos la gama de efectos asociados a la exposición prenatal a alcohol. Los resultados de estos estudios han demostrado las áreas cerebrales afectadas por la exposición prenatal al alcohol y su asociación con los trastornos neuroconductuales observados en estudios clínicos.
Además, resultados de estudios epigéticos han permitido elucidar como el alcohol puede producir cambios en el ADN (a través de modificación de las histonas, expresión de los genes miARN, metilación del ADN). Aunque estos cambios no alteran la secuencia de aminoácidos del ADN, pueden influir en la programación fetal de diferentes sistemas (por ejemplo, sistema endocrino) y el desarrollo del cerebro. Estas alteraciones pueden causar déficits transitorios o a largo plazo en la conectividad neuronal, así como afectar la función postnatal. Además, las alteraciones se pueden transmitir a través de varias generaciones. Se considera que esta área de investigación tiene gran potencial para el desarrollo de intervenciones terapéuticas.
Diferentes grupos de investigación han desarrollado modelos de intervenciones para déficits específicos (trastornos de aprendizaje de matemáticas, déficits en habilidades sociales, etc). De estos estudios han resultado algunas guías para el manejo de niños con FASD y para prevenir sus consecuencias secundarias.
Basandose en estos estudios, se considera que los FASDs son los trastornos mentales prevenibles más comunes en el mundo occidental. Por ello en el área de la prevención se ha recomendado tamizaje universal de uso de alcohol para mujeres de edad reproductiva que están sexualmente activas y para mujeres en embarazo. Toda mujer sexualmente activa que usa alcohol tiene el riesgo de exponer su embrio-feto al alcohol. Toda mujer en embarazo debe abstenerse de usar alcohol.
Pediatras, médicos generales, trabajadores de la salud mental y del área de las adicciones, y en general cualquier profesional que tenga pacientes con problemas de desarrollo, cognitivo, afectivo o de comportamiento debe explorar la exposición prenatal a alcohol con el fin de considerar el diagnostico de FASD e implementar las intervenciones necesarias y prevenir el ciclo intergeneracional de este trastorno.
Hay varios sitios Web www.nofas.org; www.niaaa.nih.gov, así como el sitio Web EDAF Centro de Excelencia que proveen información actualizada sobre EDAF.
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