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Estimulación temprana, a un paso del cambio social

junio 27, 20192062 views0

La estimulación temprana ayuda a fortalecer el cuerpo, a desarrollar emociones e inteligencia en los niños. Según Unicef, se deben integrar actividades de juego diario en los menores donde se involucren abrazos, felicitaciones, sonrisas, diálogos y demostraciones de afecto positivas para contribuir así con un desarrollo pleno y un crecimiento saludable. Sin embargo, si hablamos del lenguaje y su entorno, los niños desde que nacen reciben estímulos externos al interactuar con otras personas, cuando se estimula a un niño se le brinda la oportunidad de explorar, adquirir habilidades y destrezas de forma natural. Al realizar estas labores, el niño tiene la posibilidad de adaptarse al ambiente al cual pertenece de manera cálida, adoptar el lenguaje de manera apropiada y la cultura de forma natural, ya que si crece en un ambiente donde no se ha estimulado su lengua, costumbres y demás características tendrá problemas de autoestima, adaptabilidad y aprendizaje propio.

Si bien es cierto, el ser humano depende de sus padres por más tiempo que los animales, la razón principal es que el cerebro humano requiere mayor maduración que la mayoría de las especies. Hay animales que a las pocas horas de nacer ya caminan al lado de sus madres sin dificultad. Un bebé, sin embargo, tarda alrededor de un año para empezar a caminar, por lo que su supervivencia depende de la protección de sus padres y el hecho de caminar no es una habilidad innata, es el resultado de un aprendizaje de acuerdo con su entorno. Es decir que, el adquirir habilidades y destrezas en el proceso de desarrollo le permite al ser humano adaptarse con facilidad a los entornos, es por ello por lo que la estimulación temprana tiene como objetivo principal aprovechar estas capacidades para beneficio de los niños.

No obstante, hay otra parte de la historia, pues existen casos de niños que por diferentes circunstancias estuvieron alejados de la raza humana, estos crecieron con animales o en ámbitos silvestres y han sido denominados por la sociedad como “niños salvajes”, los cuales no tuvieron la oportunidad de recibir estimulación y afecto por parte de un humano, así que al vivir por cierta cantidad de tiempo apartados de un entorno “normal” para la mayoría, suelen mostrarse salvajes y agresivos. Casos como el de “Víctor de Aveyron”, quien fue encontrado por unos cazadores en 1799 en un bosque en Francia completamente desnudo, al cabo de un tiempo lo pudieron ingresar a una clínica y mostraba rechazo hacía los humanos y repudio con altos índices de violencia. Este es uno de los diversos casos reales de niños que no han tenido un crecimiento pleno, ni un desarrollo en un entorno natural. Es por esto por lo que se debe tener cuidado con el lenguaje y el entorno en el que habita un niño, (vocabulario, música, círculos sociales y características en general), este tipo de estimulación juega un papel de suma importancia en el crecimiento de un menor, ya que adoptará costumbres de el ambiente cultural en el que se desenvuelva y esto marcará el futuro del mismo, pues se formará un esposo, hermano, hijo y ser humano que contribuirá con el desarrollo de una sociedad.