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Entrevista a Juan Lamas, director técnico de la Federación Española de Juegadores de Azar Rehabilitados. Parte II

octubre 13, 2014818 views0

Continuamos con la segunda parte de la entrevista a Juan Lamas, director técnico de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilatados (FEJAR):

P: En opinión de FEJAR, ¿es necesario un mayor control sobre el juego en todas sus modalidades?

R: En principio, todo parte de una prevención primaria y una prevención de educación y de cultura, es decir, no promocionar el juego como mecanismo de solución de problemas sería una buena cosa. Nosotros no estamos en contra del juego. El juego es una actividad lúdica y consustancial al individuo y es uno de los mayores mecanismos de aprendizaje que existen en la pedagogía ciudadana, pero sí que lo que entendemos es que no se le puede dar un valor moral y de solución de problemas a la actividad del juego de azar. A partir de ahí lo que sí habría que establecer y lo que sí exigimos nosotros son mecanismos de control para el acceso al juego. Igual que el juego online tiene un mecanismo de registro bastante exhaustivo y bastante fiable siempre y cuando los adolescentes no cometan una suplantación de identidad, es decir, uno cuando se registra en un portal online tiene que poner sus datos y hay una conexión inmediata y telemática tanto con el padrón de habitantes como con el registro de prohibidos, entendemos que hay otro tipo de juegos que están mucho más vacíos de todo este tipo de control. Y, en concreto, son las máquinas tragaperras. Los bingos y los casinos sí que tienen un control de admisión en el cual la persona se tiene que identificar, pero en el caso de las máquinas tragaperras, cualquier persona puede acceder a jugar sin ningún tipo de identificación y sin ningún tipo de control. En estos momentos, ya existen mecanismos de homologación para validar la identidad en las máquinas tragaperras y llevamos bastantes años exigiendo que se implanten en el parque de máquinas tipo B. Contra esto la administración no está por la labor y lo que hace es dejar a criterio del establecimiento de hostelería la fiscalización tanto de la edad como de la identidad de la persona con lo cual no hay ningún tipo de control y cualquier persona incluso personas que ya están diagnosticadas como ludópatas y que incluso están en tratamiento, ante esta falta de control y ante una situación emocional negativa, pues pueden volver a recaer o pueden volver a participar en estas actividades de juego.

P: Hace un mes desde FEJAR presentaron la campaña de prevención Nocaigas.com. ¿Cuáles son los principales ejes en los que se vertebra ésta?

R: Es un programa universal dirigido a la adolescencia y colateralmente a los padres y a los educadores que básicamente tiene como objetivo informar de una manera objetiva sobre cuáles son las posibilidades y la información real sobre la actividad del juego de azar. Consta de material impreso y digital y en el máster del programa se establecen una serie de sesiones con los adolescentes en base a material audiovisual, en concreto a una obra de teatro con Lucky que es un payaso que realiza una lotería de estudiantes para de una manera aséptica demostrarles la probabilidad que tienen de acertar unos determinados números y para mostrar los errores que admitimos como son el tema de supersticiones y de los números preferidos. Este programa parte de la base de la corresponsabilidad en el entorno familiar y escolar y de la buena utilización para aprovechar todas las ventajas que tienen las nuevas tecnologías tanto las redes sociales como la mensajería instantánea como incluso el propio juego: el móvil, los videojuegos. También busca que los adultos participemos con nuestros hijos en esa actividad que está totalmente extendida, puesto que hay un 78% de utilización por parte de una franja de 12 a 18 años de todas esas nuevas tecnologías. Lo que intentamos es que los adultos se incorporen en la medida de sus posibilidades a la utilización de estas nuevas tecnologías, pero con una visión pedagógica y con una visión de compartir este nuevo espacio de comunicación.

El 98% de la población española juega a algún tipo de juego de azar

P: ¿Hasta el momento la prevención de esta adicción ha sido menos visible que la prevención a adicciones con sustancia?

R: Sí, claramente. Las adicciones con sustancia tienen un estigma, una repercusión física más o menos inmediata. Es decir, las imágenes de toxicómanos tirados en la calle y con agujas clavadas en los brazos son más alarmistas, aunque desde nuestro punto de vista tampoco es que tenga una efectividad muy alta en lo que es prevención. El juego siempre fue visto como la gallina de los huevos de oro y el 98% de la población española juega a algún tipo de juego de azar. También es una actividad con la que pagamos unos impuestos de una manera dulce y sin quejarnos. Esto se potenció a través de los años en toda la sociedad y se recurrió a un mensaje de que las personas que configuraban una adicción o configuraban una situación patológica eran personas extrañas, adictas y que necesitaban un tratamiento psiquiátrico. O sea, no se vio esta actividad como una actividad proclive a generar un tipo de dependencia por parte de un sector de la población. De ahí viene, por ejemplo, el tema de la publicidad en los medios de comunicación: en el caso de tabaco y del alcohol se suprime por los efectos negativos que tienen estas sustancias en determinadas personas y en cambio en el caso del juego, se esconden los índices de prevalencia que pueda tener. En estos momentos aún estamos sin un estudio que nos cuantifique el problema a nivel de todo el Estado. Hay algunas comunidades autónomas que sí lo realizaron, pero nuestra exigencia desde el año 2011, desde nuestra comparecencia en el Congreso de los Diputados a raíz de la aparición de la Ley de Juego de que se hiciera un estudio de prevalencia a nivel de todo el Estado, en estos momentos, aún no se ha llevado a cabo. Parece ser que la Dirección General de Ordenación de Juego lo tiene presupuestado para el año que viene y entonces podremos empezar a hablar de a cuántas personas afecta este problema.

P: ¿Actualmente los recursos asistenciales están preparados para atender a personas que padecen una ludopatía de juego online o existe aún bastante desconocimiento? 

R: La mayoría de la población afectada está en tratamiento en las asociaciones de FEJAR y sí que hay algunos recursos asistenciales públicos, pero con un funcionamiento mínimo y sobresaturado. Es decir, el intentar juntar a todas las personas con unos trastornos incluso psiquiátricos con adictivos o de adicciones distintas lleva, por un lado, a saturar el servicio, con lo cual las citas son muy espaciadas y no hay un seguimiento concreto del paciente, y, por otro lado, incluso a desvirtuar el  protocolo de tratamiento. Desde FEJAR, dentro de las campañas de formación que realizamos con nuestros profesionales, lo que estamos es estudiando todos estos nuevos perfiles y toda la percepción y la ideación que tienen nuestros pacientes con respecto al juego y adaptando un programa y un protocolo de tratamiento que tenemos establecido desde hace 25 años a las circunstancias específicas de este momento: en la edad, en la percepción de riesgo, en el caudal de juego, en la desestructuración económica, etc. Nos están cambiando los perfiles y, por lo tanto, dentro de no renunciar a nuestro objetivo terapéutico de abstinencia de juego, tenemos que adaptar la comunicación con nuestros pacientes a su propia idiosincrasia.

Aún no se ha llevado a cabo un estudio de prevalencia de la ludopatía a nivel de toda España

P: Estos nuevos cambios pasan por la terapia online…

R: Ésta es una nueva forma de terapia que nosotros establecimos el mes pasado con unos recursos por parte de la Fundación La Caixa y que tiene que ver con la imposibilidad de alguno de nuestros usuarios de acudir a una terapia presencial. Es decir, nosotros derivamos a través del 900 200 225 a los centros de tratamiento que tenemos en todo el Estado. Ante la aparición de personas que se ubican en determinados sitios donde no hay asociaciones ni centros de tratamiento les vamos a empezar a facilitar un mecanismo de tratamiento a través de la propia red con una serie de cláusulas para que ellos realicen la autoprohibición de entrada al juego online y establecer un calendario adaptado al canal de la red del propio tratamiento que tenemos en las terapias presenciales. En principio, está atendido por un psicólogo que va a hacer la primera evaluación y elaborar el diagnóstico y derivará en unas terapias de grupo a través de los mecanismos que tiene la red, a través de skype o a través de otro tipo de técnica y a ser posible intentaremos que al final la persona acabe en un centro de tratamiento.

P: ¿Cómo es posible conseguir que una persona rehabilitada que padece una adicción a juegos online no recaiga al ser las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información una herramienta necesaria en el día a día?

R: En nuestro protocolo de tratamiento tenemos un módulo donde al final se trata la prevención de recaídas. Toda persona que acude a tratamiento sabe que al terminar el tratamiento va a tener que exponerse a actividades de juego. En el caso online a través del ordenador, pero en el caso presencial va a tener que entrar en los bares, va a ir por la calle y ver administraciones de lotería, ver cupones, etc. Desde el propio tratamiento lo que se le ofrecen son estrategias de afrontamiento de todas estas situaciones. En el caso de online, claramente uno tiene que armarse de caparazones que le eviten o que le reduzcan las posibilidades de volver a tener una recaída. En principio, la autoprohibición de entrada a bingos, casinos y juego online le permite no volver a registrarse porque no lo va a poder hacer y desde luego desde el centro lo que le aconsejaríamos es poner una serie de filtros tanto en el smarthphone como en el ordenador para evitar toda esa serie de banners y de agresiones publicitarias que en un momento determinado, por bajones emocionales, pueda producirle la idea de volver a empezar esa actividad.

Si quieres leer la primera parte de esta entrevista, pinche en este enlace.