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El papel de las ONGs es un complemento indispensable para el tratamiento de las adicciones

El último informe de la Encuesta EDADES difunde que la prevalencia del consumo de drogas aumenta ligeramente en relación al alcohol y el tabaco (aunque desde Socidrogalcohol preocupa seriamente que el 78,2% de las chicas y el 75,3% de los chicos menores de edad sean consumidores de bebidas alcohólicas); también destaca que 1 de cada 10 personas ha probado la cocaína al menos una vez en la vida; y en general, respecto a la encuesta EDADES de 2011, los valores globales de consumo de diversas sustancias alguna vez en la vida han incrementado respecto a 2011.

Por ello la intervención en adicciones continúa siendo indispensable, y dentro de esta, el papel del Trabajo Social es una disciplina privilegiada para desarrollar dicha intervención en el marco de las entidades del tercer sector (ONG).

Las adicciones son un problema de salud que presentan tres afectaciones: la biológica, la psicológica y la social, por lo que el encuadre para el éxito es el Bio-Psico-Social. Según ha explicado Consagración Jareño, presidenta de Proyecto Hombre Alicante, el tratamiento desde la esfera “Bio” supone una visión integradora del componente orgánico, mientras que la parte “Psico” corresponden a las alteraciones a nivel de pensamiento (áreas cognitiva y afectiva). El papel de las ONGs entra en la parte social. En las personas con problemas de adicción encontramos una afectación de la red primaria de apoyo: familia y amigos, ya que en muchas ocasiones o es conflictiva o es inexistente; la persona precisa de recursos económicos que se han agotado gradualmente con el desarrollo y evolución del trastorno adictivo; la formación académico-laboral es deficitaria; y, lo más importante, es posible que la inserción social, las actividades alternativas al consumo, el desarrollo de habilidades de relación en espacios saludables, serán prioritarias para que se inicie e articule un proceso de tratamiento adecuado a las necesidades individuales de cada una de las personas que solicita ayuda”, ha argumentado Jareño.

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El papel de los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) , que se desarrollan en los recursos del tercer sector, es un complemento que contribuye en la adherencia al tratamiento. Los GAM son una modelo de salud, con especial relevancia del modelo de “iguales”, formado por personas que sufren la misma patología o conflicto. Aparecieron como respuesta a un vacío de los servicios profesionales, pero pronto se vio su eficacia y la propia OMS lo recomendó para ciertas necesidades socio sanitarias (OMS, 1987: 33). Francisco Pascual, vicepresidente de Socidrogacohol ha expuesto sus fortalezas: “Se basan en el aprendizaje, el apoyo emocional, la participación y la autoestima, el poder solicitar cambios sociales y la capacidad para organizarse”.

En España se están empezando a valorar resultados. En 2013 se publicó un estudio basado en la integración de los GAM para familiares en un programa público de tratamiento del alcoholismo, concluía que las intervenciones con familiares dependientes del alcohol demuestran mayor eficacia en el pronóstico de la dependencia alcohólica, la cual mejora cuando estos familiares acuden a los GAM, obteniendo en los propios pacientes menos abandonos y menos días de consumo durante el tiempo de tratamiento.

Pascual ha asegurado que “la coordinación con el sistema sanitario y la pertenencia a estos grupos, incrementa la abstinencia y disminuye el número de recaídas, comprobando que a mayor tiempo de asistencia a estos grupos menor posibilidad de sufrir una recaída en el consumo, convirtiendo los GAM en una buena estrategia terapéutica unida a la asistencia pública para los problemas relacionados con el alcohol y otras adicciones”.

Este modelo de atención  es un complemento ideal para acercar el tratamiento a pacientes y familiares, por cercanía geográfica, facilidad horaria y empatía de la propia estructura formada por personas que han pasado por la misma adicción. Por lo que las ONGs, siguen siendo importantes y necesarias para unificar criterios, de atención, formación y prevención de las conductas adictivas, ha concluido Pascual.

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