Expertos

Reflexiones desde el aquí y el ahora. DESPIERTA A LA CONCIENCIA. TRANSFÓRMATE. CAMBIA.

julio 22, 20201438 views0

Tu ser es mucho más profundo que lo que aparenta ser.

Uno de los primeros pasos para transformarnos y tener una mejor relación con nosotros mismos es aprender a autogestionar mejor nuestro mundo interior. Hay que realizar un trabajo para interiorizar nuestra atención, también, promover niveles profundos de conciencia y de aceptación de la experiencia, es decir, de lo que nos sucede. Es importante tomar conciencia del poder que tenemos sobre nosotros mismos. Sentir que tenemos la capacidad de autocontrol y autoeficacia a la hora de manejar nuestros pensamientos y nuestras emociones.

Antes del confinamiento estaba realizando una escuela para adultos sobre educación emocional y en la primera sesión siempre trabajamos la conciencia. Despertar nuestra conciencia es el principio del camino del autodescubrimiento.

Aprender a tomar conciencia de nosotros mismos, de lo que nos pasa por dentro, aprender a salir del piloto automático… Cuando hablamos de esto en los talleres, la reacción de la mayoría de personas suele ser… Ufff Sandra eso es muy muy difícil. Mi respuesta es: sí, es difícil, pero no imposible. El secreto está en la práctica. Practicar, practicar cada día. No olvidar. No dejarnos arrastrar por el piloto automático. Una vez me dijeron que lo más difícil es recordar que lo tengo que practicar. Es cierto que hasta que tomas conciencia y esto se convierte en un estilo de vida, existe todo un proceso de aprendizaje. Siempre digo que vale la pena el esfuerzo. A mí me ha cambiado la vida de verdad. He podido encontrar un mayor bienestar y una mejor relación conmigo misma y con los demás. He encontrado mi equilibrio. Siendo sincera, me sentiría hipócrita si transmitiese algo que yo no practicara y que no hubiera experimentado como beneficioso. Pienso que para transmitir un ejemplo primero tienes que ponerlo en práctica tú mismo, exponiendo tus propias dificultades y tus progresos. Por eso en estos talleres hablo mucho sobre mi misma y mis experiencias porque es lo único que conozco.

Durante estos años de práctica, cierto es que todavía me queda un largo camino por recorrer, mi vida entera, estoy aprendiendo a ser más consciente de mi misma, escucho más a mi cuerpo y a mi mente, analizo mis reacciones, mis patrones de pensamiento, desmonto mis creencias irracionales, equilibro mi sistema de valores cada día, procurando aceptar y evitar juicios de do lo que acontece dentro y fuera de mí. La verdad es que este trabajo vale la pena. Es cierto que no todos los días podemos estar igual y hay momentos en los que el equilibrio se transforma en una montaña rusa, pero claro, esto también forma parte del proceso de aprendizaje.

Ahora me encuentro mucho más tranquila, más calmada, más serena. Cada vez le doy menos importancia a las cosas…Como dice Rafael Santandreu, nada es tan terrible. Antes de la pandemia, cuando en mi día a día ocurrían cosas que me disgustaban o me incomodaban, me ayudaba mucho salir del bucle y reflexionar… Solía pensar… Seguro que esto no es tan grave como todo el dolor que sufrieron miles de personas durante la II Guerra Mundial. Rápidamente la perspectiva sobre mi realidad cambiaba y continuaba con tranquilidad mi jornada.

Las cosas que yo realmente consideraba terribles o las cosas que me costaría soportar eran poder perder a mis seres queridos o una enfermedad larga y dolorosa. Todo lo demás era pasajero y no importaba casi nada.

A día de hoy, nuestra vida se ha transformado, la situación tan triste que estamos todos viviendo nos provoca un vuelco en el corazón cada día, se nos parte el alma en dos. En estos momentos es cuando más tenemos que buscar esa CALMA. La serenidad no es la ausencia de tormentas sino la paz en medio de la tormenta.

Entonces es aquí y ahora, cuando te das cuenta de que todo te lleva al arduo camino de la aceptación. Es el único camino posible. El único que existe. De lo contrario todo es sufrimiento.

Todo lo que sucede hay que aceptarlo como parte de la vida.