Nunca, siempre, siempre, nunca
Hay palabras que, al inicio de la recuperación de una persona con un trastorno adictivo, no solo le puedan asustar, sino que, con toda probabilidad le produzcan pánico y angustia. Y, sobre todo, cuando hablamos del consumo de alcohol, sustancia que está muy arraigada en nuestra sociedad.
Hace tan solo unos días se celebró el Día Mundial Sin Alcohol, concretamente el 15 de noviembre. Ese día, innumerables asociaciones de todo el país salieron a la calle, con mesas informativas, para hacer visible la enfermedad adictiva. Y lo hicieron de la mejor manera que puede comunicarse esta información, como es a través de las personas que lo han sufrido y lograron parar la adicción o, bien, personas que están en vías de recuperación. Todos se sumaron con un mismo propósito. Todos, para concienciar a la población en general sobre los riesgos del consumo de esta droga legal.
Muchas de estas asociaciones programaron eventos, actos con testimonios, talleres, charlas, y conferencias en las que participaron tanto sus asociados, como profesionales especialistas en adicciones. Actos que, con una misma fuerza, transmitieron dos mensajes muy importantes, los más importantes que pueden darse: la enfermedad es incurable, y, las personas que la padecen pueden recuperarse.
Incurable y recuperación, dos palabras que, asociadas, pudieran caer en una contradicción para aquellas personas que no conozcan este trastorno. Así que, intentaré explicarlo de la forma más sencilla posible. Es incurable porque afecta a la biología cerebral, y esa huella que deja en el cerebro, permanecerá para siempre en su memoria, su memoria adictiva. Por lo tanto, la recuperación es posible, siempre y cuando, la persona que la padece no active dicha memoria. Es decir, no ingiera nunca más la sustancia, o vuelva a realizar el comportamiento adictivo. Ahora, desde esa realidad, pueda entenderse un poco mejor las palabras “siempre” (incurable) y “nunca” (recuperación).
En estos dos casos, las dos palabras, no caeríamos en una distorsión cognitiva, pues de igual modo que dos más dos suman cuatro -mientras ningún matemático demuestre lo contrario-, el trastorno adictivo es para siempre y, la única forma científicamente demostrada para su recuperación es nunca volver a tocar o ingerir la sustancia.
El significado de estas dos palabras por parte de la persona afectada es de difícil asimilación en los inicios de su tratamiento. Si a esto le sumamos los sentimientos de culpabilidad y vergüenza que imperan en sus inicios, podremos entender mucho mejor como actuar desde la responsabilidad y la empatía ante estas personas. Por todo ello, los que trabajamos y ayudamos a estas personas debemos tener muy en cuenta esas resistencias iniciales, pues esos comportamientos también forman parte del proceso terapéutico. Obviar esas dicotomías a las que se enfrentan e intentar que acepten el significado de su recuperación en los primeros meses, es abocar el trabajo y la ayuda al fracaso.
Cada fruto tiene su tiempo de maduración, y si aceleramos ese proceso de manera antinatural, el resultado sería una imagen externa muy aparente, pero carente de calidad y sabor, o bien, que se degrade ante nuestra prisa por madurarla. Cualquiera de los dos resultados es nefasto. Por lo tanto, debemos entender que, la recuperación tiene su tiempo y cada persona tiene su tiempo de recuperación.
Por todo ello, el objetivo de este pequeño artículo va dirigido en varias direcciones. Primero, para los que trabajan con estas personas, que su trabajo no es convencer para que acepten la enfermedad, sino acompañarlos en ese viaje hasta la aceptación final. Segundo, para las personas que están en fase de recuperación, que comprendan que es absolutamente normal que tengan esos pensamientos contradictorios en sus inicios y durante parte del proceso. Tercero, para los familiares de estas personas, que comprendan el proceso psicológico y emocional al que se enfrentan sus seres queridos y puedan entender sus cambios de humor. Y, por último, para la población en general que pudiera leer este artículo, que comprendan como es esta enfermedad y tengan otra mirada sobre las personas que la padecen.
Para finalizar, si estás leyendo este artículo y piensas que padeces este problema, o bien, eres familiar de alguien que lo sufre, lo más inteligente que puedes hacer es pedir ayuda, hay muchas personas que estamos dispuestos a ayudaros.
Y recordad todos, la enfermedad es para siempre, la persona es recuperable.
Salud y Sobriedad.
Luis C Vertedor
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