La prescripción de «calmantes» del dolor junto con pastillas tranquilizantes aumenta el riesgo de sobredosis
- Socidrogalcohol organiza estos días en Oviedo su Jornada Nacional con cerca de 600 asistentes
- Otra tema que preocupa mucho a los profesionales de las adicciones es el consumo de alcohol en menores
La sociedad científica Socidrogalcohol organiza estos días en Oviedo su XLIV Jornadas Nacionales. El evento más importante del año de la sociedad de adicciones más antigua de España reúne estos días a cerca de 600 profesionales de distintas disciplinas.
Socidrogalcohol pone sobre la mesa estos días temas que preocupan a los profesionales como la prescripción de “calmantes del dolor” parecidos a la morfina, llamados analgésicos opioides.
En los últimos años en Estados Unidos se ha producido una epidemia de analgésicos opioides (prescritos por los médicos) que ha causado 165.000 muertes por sobredosis y más de 400.000 visitas a servicios de urgencias, (desde 1999). El número de sobredosis se ha multiplicado por 4 y el riesgo de que sean mortales se potencia cuando la persona toma además bebidas alcohólicas y/o medicamentos tranquilizantes o para dormir junto con analgésicos opioides.
En España preocupa que la tendencia actual pueda conllevar a la larga en una situación similar a la de EEUU. Según el informe ‘Utilización de medicamentos opioides en España durante el periodo 2008-2015’ de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, el consumo de opioides en España se ha visto incrementado en un 83’59%.
Ivan Montoya, del National Institute On Drug Abuse (NIDA) de EEUU, ha sido el responsable de dar a conocer los último avances en investigación (los que se están realizando desde el NIDA, el instituto a nivel mundial que más investigaciones realiza en lo relativo al uso y abuso de sustancias), explicando la situación sobre el consumo de opiáceos y las muertes por sobredosis en aquel país, así como los esfuerzos en investigación para paliar un problema que en la actualidad provoca más muertos que los accidentes de tráfico.
Josep Guardia Serecigni, vicepresidente de Socidrogalcohol, ha destacado que “el consumo continuado puede producir efectos de rebote del dolor -cuando finaliza el efecto de la toma anterior-, adicción, de manera que su interrupción brusca puede desencadenar un síndrome de abstinencia, que cursa con dolor más intenso y también un efecto de tolerancia que induce al aumento progresivo de las dosis necesarias para calmar el dolor”.
Dosis elevadas de analgésicos opioides interfieren el funcionamiento de los centros respiratorios, del cerebro, los cuales controlan la frecuencia y la profundidad de la respiración, causando un peligroso enlentecimiento que puede llegar a la parada respiratoria, es decir, que la persona deje de respirar, además de perder el conocimiento.
Guardia ha explicado además que “Las personas que sufren dolor suelen presentar también insomnio y ansiedad. Por este motivo, con frecuencia reciben además prescripciones de pastillas tranquilizantes o para dormir, que suelen ser del tipo benzodiazepinas. Otras personas que toman calmantes del dolor recurren a tomar bebidas alcohólicas para tranquilizarse o para poder conciliar el sueño. Tanto el alcohol como las benzodiazepinas potencian el efecto de parada respiratoria de los analgésicos opioides, aumentando el riesgo de muerte inesperada por sobredosis, que se suele producir como accidente, es decir, de manera no deseada por la persona que la sufre. La co-prescripción de opioides y benzodiazepinas (BZD) aumenta el riesgo de sobredosis y también de muertes por sobredosis”.
Cuando una persona ha desarrollado una adicción a opioides presenta un estado de necesidad biológica de auto-administrarse dichas sustancias, que puede llegar a manifestarse subjetivamente como dolor, asociado a deseo intenso o necesidad imperiosa de opioides.
La adicción a opioides es un trastorno persistente que tiene un trasfondo neurobiológico y que requiere un tratamiento especializado. Sin embargo, la mayoría de personas que sufren una adicción a opioides no han recibido nunca un tratamiento especializado de su adicción.
Socidrogalcohol ha organizado un simposio sobre Analgésicos Opioides el próximo dia 29 de junio, en Toledo, en el cual se presentará la nueva Guia de Analgésicos Opioides
ALCOHOL Y MENORES
“Entre los objetivos que se marca SOCIDROGALCOHOl cada año, destacamos durante este 2017 dos que nos parecen realmente importantes por los hechos acaecidos”, ha argumentado el presidente de Socidrogalcohol, Francisco Pascual Pastor: “uno es el consumo de alcohol en menores y otro es el estigma del paciente con trastorno adictivo”.
“Hemos asistido a distintas situaciones graves en cuanto al consumo de alcohol en jóvenes desde comas etílicos e incluso algún fallecimiento. Al menos los que han saltado a los medios de comunicación. Pero esto no ha sido suficiente para encontrarnos repetitivamente situaciones de riesgo, como podemos leer diariamente y en especial los fines de semana o en fiestas de alguna población. Continuas los macrobotellones y el consumo de alcohol en la vía pública”, ha añadido Pascual.
El presidente ha puesto de ejemplo los 10.000 jóvenes en la última romería DE SANTA Faz en Alicante, con intoxicaciones etílicas, comas, reyertas, y escándalos de distinta índole. (consultar el diario información del 1 de mayo 2017), en el mismo diario en fecha de 26 de abril leemos: El 90 por ciento de los chicos eran claramente menores de edad lo que no ha impedido que estén consumiendo bebidas alcohólicas ante los agentes de la Policía Nacional y Local. A pesar de todo, ahora supongo estarán esperando hogueras o las pasadas fallas o los San Fermines (recordemos lo que pasó el año pasado).
Por este motivo SOCIDROGALCOHOL apoyará las medidas que se tomen en la ley de alcohol y menores que se está planteando por parte del gobierno, sobre todo en aquellas medidas no solo de control, si no de educación y aspectos preventivos, e incidiremos en especial manera en el papel de los padres y la responsabilidad que tienen para con sus hijos menores.
El segundo de los objetivos es tratar de visibilizar el estigma del paciente con trastorno adictivo. “Tengan o no un trastorno mental asociado, el paciente adicto puede y de hecho sufre esta estigmatización, ya que la sociedad puede aplaudir o celebrar ciertos consumos, vamos a decir “festivos” pero cuando se “pasa”, cuando hay una pérdida de control esta persona es catalogada de viciosa y apartada de su entorno en muchas ocasiones, o excluida de ciertos círculos sociales”, ha explicado el presidente de Socidrogalcohol, y ha añadido: “La persona que tiene un trastorno de la Conducta adictiva, es una persona enferma, es una persona que ha perdido el control sobre algunos comportamientos a causa del consumo de alguna sustancia, llámese esta, alcohol, cannabis, heroína o cocaína, etc… Para ello precisamos en ocasiones algunos fármacos en otros profesionales expertos en el tema y estructuras sociosanitarias que procuren la recuperación integral de la persona. Estos recursos deben estar al alcance de todas las personas y deben ser proporcionadas por la sanidad pública”.
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