Jenkem, o la droga más asquerosa del mundo
Es muy probable que nunca hayáis oído hablar de esta droga, más que nada por su contenido y fabricación. Aún así, es una realidad que se enmarca dentro de las drogas más raras del mundo.
El Jenkem, que procede de la deformación del vocablo Genkem referido a cualquier sustancia con efectos similares a los del pegamento, es una droga producida a partir de desechos fecales. Se introducen los mismos en una botella acompañados de orina y se tapa el recipiente con un globo que se infla progresivamente con los gases que se producen tras la descomposición -principalmente metano-. El proceso de inhalar estos gases es lo que deriva en alucinaciones y euforia -hay que destacar el desagradable sabor de boca que deja-.
Esta droga fue conocida por un reportaje de la BBC en 1999 que hablaba del uso del Jenkem por los niños de Zambia para resistir las condiciones en las que se encontraban.
Los efectos de los gases duran alrededor de una hora y desembocan en visiones auditivas y visuales. Los expertos destacan que la inhalación del gas puede producir hipoxia o falta de oxígeno. Concretamente, los efectos del gas metano en el cuerpo humano son catastróficos, ya que no sólo puede causar asfixia, sino también la pérdida de conocimiento que puede causar la muerte. Del mismo modo, reduce la capacidad pulmonar e irrita la mucosa nasal, auditiva y ocular.
Este es el proceso del gas metano en el cuerpo humano:
– Desde la mucosa nasal llega hasta la faringe y la tráquea.
– Desciende a los pulmones generando irritaciones severas por las que se puede alterar el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.
– Tras los pulmones, el gas metano pasa a la sangre.
– De la sangre pasa al cerebro.
– Del cerebro, al sistema nervioso central.
– Del sistema nervioso central, pasa al corazón.
Es por este proceso por lo que entendemos que pueden tener lugar paros respiratorios y cardíacos.
El desagradable olor del Jenkem se asemeja con el conocido gas alcantarilla, formado por metano, amoníaco y sulfuro de hidrógeno. Cuando este gas alcanza las 0,0005 partes por millón (ppm), se detecta por su olor a huevos podridos; sin embargo, cuando la cantidad es más elevada -0,01 ppm-, causa náuseas, molestias en los ojos, dolores de cabeza, aceleración del ritmo cardíaco y pérdida de coordinación muscular. Si las concentraciones llegan a ser más altas -20 ppm-, se puede presentar pérdida de memoria y de apetito.
Sin embargo, esta droga no es muy famosa en el mundo y muchos hablan de bulos, aún así, por muy pequeña que sea la cantidad de personas que la consumen, se debe alertar de los peligros de la inhalación de este gas.
Para una mayor contextualización, este es el artículo de la BBC por el que salió a la luz el jenkem.
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