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El confinamiento, situación de peligro para el consumo abusivo de alcohol

Natalia de Miguel. Psicóloga y Terapeuta. Triora MonteAlminara

Natalia de Miguel. Psicóloga y Terapeuta.
Triora MonteAlminara

El confinamiento es una situación indudable de riesgo para el consumo de sustancias, especialmente de las más accesibles, como es el alcohol. Si esto es así en personas que no tienen problemas de adicciones, aún lo es más en personas adictas en proceso de recuperación.

El estar en casa recluido y aislado provoca la alteración del sistema nervioso y, por tanto, de las emociones. Es fácil notar y ver en el día a día cómo todos mostramos una alteración anímica y altibajos emocionales, que se inician desde el propio desconcierto producido en el inicio de la cuarentena, con un estado de shock ante una situación que no hemos elegido y que nos sorprende en un breve espacio de tiempo y nos provoca agobio, enfado y tristeza.

Este cuadro emocional es similar a las etapas del duelo porque, en realidad, estamos viviendo precisamente un duelo ante la pérdida de libertad, de las relaciones con familiares, de los contactos habituales, de las actividades y toda nuestra rutina y sentido.

En este momento, es necesario que el cerebro se adapte a esta nueva forma de vida y así consiga regular las emociones porque toda esta alteración que está sufriendo se produce porque el ser humano necesita tener una estructura de su día en cuanto a horarios, comidas y tareas, lo cual reporta salud, pero ahora nos encontramos con que todas esa estructura se ha visto alterada al no poder seguir muchos de los hábitos que teníamos ya construidos.

La adicción y el autoengaño

Pero ¿qué ocurre con las personas que ya están inmersas en un proceso de adicción o están en proceso de recuperación de una adicción?

Hemos de tener en cuenta que esta enfermedad de la adicción, que llamamos del autoengaño porque la persona es fácilmente manipulable por sus pensamientos, provoca que ante un malestar, el  adicto siempre busque estar bien, no sentir dolor ni sufrimiento. Y, ante cualquier síntoma de este tipo, la persona adicta de inmediato empieza a elaborar en su mente mensajes y pensamientos que le van a justificar cualquier consumo.

Y, además del autoengaño, en la base de la adicción siempre hay varios ingredientes principales:

  • la falta de regulación emocional.
  • Las dificultades en el control de  la conducta y del impulso.
  • Al adicto le cuesta la reflexión. Vive en el aquí y ahora. Y le cuesta tener en cuenta las contingencias de su comportamiento y ese impulso le lleva al consumo.

Durante mucho tiempo, el adicto ha aprendido que la liberación de su malestar viene de la mano de una sustancia. En muchos casos, tienen una sustancia preferida, que llamamos sustancia diana, que es la que se convierte en su objetivo principal de consumo para su estabilización emocional, para recuperar la calma y “estar bien”.

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El confinamiento cuando estás en vías de recuperación

Pero cuando uno está aislado y se producen los sentimientos y emociones negativas propias del aislamiento, el riesgo de consumo es mucho mayor para el adicto que se encuentra en vías de recuperación que si está en su día a día normalizado en un patrón de vida saludable.

Para aquellas personas que se encuentran en esta fase, su prioridad es el mantenimiento de una estructura estricta de actividades y tiempo libre, de trabajo, de actividades sociales, y ahí es donde consiguen estabilizarse. Pero es justo lo que ahora es tan difícil de llevar a cabo.

Todos sabemos que el alcohol en nuestro entorno es de fácil acceso, es barato, está aceptado su uso e incluso, en algunas épocas o situaciones, parece  casi obligado porque lo consideramos inocuo.

Para la persona adicta, cualquier sustancia le es terapéutica. Ante un malestar, si no tiene acceso a la sustancia diana, a su sustancia favorita y que está acostumbrado a tomar, cualquier otra sustancia psicoactiva va a ser un sustitutivo para liberarse del mal que padece.

Esto nos lleva a la evidencia de que una situación de aislamiento forzoso, durante un periodo indeterminado, hace que aumente todavía más la ansiedad en aquellas personas que padecen una adicción o están en recuperación, lo que provoca la aparición de mucha inestabilidad emocional y, si tienen acceso a una sustancia psicoactiva como es el alcohol, que es barata y está accesible en todos los supermercados y los establecimientos que ahora están abiertos, optarán por anestesiar todos estos síntomas y emociones desagradables mediante su consumo.

Seguimos ayudando a las personas

Teniendo en cuenta que el alcohol es una sustancia que el adicto la va a ver como una solución para ayudarle a pasar el confinamiento y las emociones negativas o desagradables que van apareciendo, esto provoca el aumente del consumo de alcohol, como ya está pasando y se refleja en la estadística de ventas de los supermercados, con grave peligro de recaídas y de aparición de nuevos casos de alcoholismo.

En este tiempo especialmente difícil, los profesionales que nos dedicamos al tratamiento de las adicciones, como es el caso en Triora, mantenemos nuestra disponibilidad para atender a cuantas personas requieren de ayuda, orientación y terapia on line, para lo cual los sistemas de comunicación telemática, como las videoconferencias, nos ofrecen la posibilidad de atender y prestar una asistencia que hoy se hace más necesaria que nunca.

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