De la dependencia a la independencia: un tren que sale todos los días
Cuando decidimos emprender un largo viaje siempre sabemos cuál será el destino al que queremos llegar, sea cual sea el motivo que nos motive a hacer ese viaje, vacaciones, trabajo, visita a un familiar que vive en otra ciudad, etc. En algunas ocasiones es posible que nos esté esperando alguien, conozcámoslo o no, y, en otras, tal vez no nos espere nadie, pero con toda seguridad, nos habremos informado del lugar al que vamos, modos de vida, cultura, gastronomía y lugares que visitar. En definitiva, de uno u otro modo, tenemos una idea casi precisa de porqué vamos, a lo que vamos y que nos vamos a encontrar.
Las personas que padecen un trastorno adictivo cuando emprenden el viaje hacia la sobriedad no podríamos decir que han sacado el billete de forma voluntaria, sino que han sido sus familiares, en la mayoría de los casos, los que se han acercado tímidamente a la ventanilla preguntando por el viaje y su itinerario. Además, quien le atienda, si decide emprender ese viaje, le indicará en qué lugar deberá sentarse, ventana o pasillo, algo que le sorprenderá bastante. Y aunque el destino final de ese viaje sea desconocido para ellos, se le tranquilizará indicándole que el tren en el que viajarán será el mismo para todos, y, que su nombre es “Camino hacia la Sobriedad y la Independencia”. El viaje solo tiene una premisa muy importante, y es que no lo harán solos, sino que viajarán al mismo destino en compañía de otras personas y sus familiares.
La pregunta parece obvia… ¿quién se apuntaría a hacer un viaje hacia lo desconocido? Como poco, la incertidumbre y el temor a lo desconocido han de aparecer, porque eso es connatural al ser humano.
La curiosidad me ha llevado a interesarme por las personas que son capaces de realizar este tipo de viaje. Así que, primero he buscado referencias como quien busca las opiniones de la estancia en un hotel, y me he ido directamente a… “sobrias, sobrios e independientes”. Todos los comentarios que he podido leer son muy positivos, con tantos calificativos que llenarían este artículo. Como no he encontrado ninguno negativo, para asegurarme que es cierto lo que describen, he ido a la propia fuente como si fuera un reportero para informarme de primera mano. Así que, he decidido coger el tren y hablar cara a cara con estas familias.
Ahora puedo deciros que he pasado un rato maravilloso conociendo a estas personas y a sus familias, y que, lo que leí, es totalmente cierto. Que su sonrisa es natural, que, si la felicidad tiene brillo, eso es lo que desprenden sus ojos. Me han contado mil y una historias, de que lugares provienen y lo que han dejado atrás; por eso, ahora soy capaz de comprender de forma real por qué continúan en ese viaje. Cada uno de ellos me lo ha manifestado de distinta forma y con diferentes frases… “yo esto no lo cambio por nada”, “esto es una nueva vida”, “mi familia ahora está unida”, “ahora soy otra/otro”, “yo, de este tren no me bajo”.
Todas y todos coincidían en lo mismo cuando terminaban de contarme sus historias, y era el cambio tan significativo que se había producido tanto en ellos como en sus familias, y, me lo manifestaban casi de la misma forma… “mire usted, más que contarlo hay que vivirlo, porque es un sentimiento de paz y serenidad muy íntimo”.
Una de estas personas me sugirió que buscara en el diccionario los sinónimos de las palabras dependencia e independencia, y así lo hice junto a ella. Dependencia: sometimiento, sumisión, subordinación, sujeción, adicción. Independencia: emancipación, integridad, resolución, autonomía. Cuando terminé de leerlo en voz alta, me dijo: “la diferencia es bastante clara… ¿verdad?, asentí ante tal evidencia y comprendí el significado tan importante que habían adquirido en su propia vida. Al finalizar nuestra conversación, me regaló una frase que aún perdura en mi memoria… “ahora soy independiente, ahora somos independientes”.
Cuando ya nos despedíamos, me pidió, por favor, si no me importaba transmitir un mensaje para todas aquellas personas que siguen varadas, sin rumbo fijo, en las distintas estaciones de la dependencia. Accedí gustosamente diciéndole que así lo haría, así que paso a transmitíroslo:
El próximo tren “Camino hacia la Sobriedad y la Independencia” está a punto de salir… ¿te subes?
Dicho, y hecho.
Salud y Sobriedad.
¡Un abrazo a todas y a todos!!
Luis C Vertedor
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