Cómo potenciar la autoestima y la felicidad
Imagínese que conduce un autobús. De repente la multitud que va sentada en la
parte de atrás comienza a gritarle. “Gira a la izquierda”, dice uno. Pero otro le rectifica inmediatamente: “¡No! A la derecha. Es a la derecha”. Un tercero le increpa y comienza a decir: “Sigue recto”. Y, como ven que no les hace demasiado caso, todos comienzan a insultarle: “Eres un inútil”. “No sirves para nada”. “Todo lo haces mal”. “No vas a llegar a ninguna parte”. “Eres un fracaso”. Por un momento, el autobús queda en silencio. Pero ya es demasiado tarde: les ha hecho caso y ahora piensa que es la persona más incapaz del mundo.
Éste es tan solo un ejemplo ilustrativo que la psicóloga Yolanda Pérez expuso para explicar cómo funciona la autoestima en la charla “Autoestima y felicidad: ¿Cómo potenciarlas?” que impartió el pasado 7 de febrero en la tienda de comercio justo de Oxfam Intermón en Elche. La autoestima “es la valoración que hacemos nosotros mismos de cómo pensamos, sentimos y actuamos”, señaló Pérez. Por lo tanto, una autoestima adecuada se sitúa en un punto medio entre la vergüenza autodestructiva y el orgullo exagerado. Tener una alta autoestima depende de nosotros mismos. “Las cosas son lo que son. Otra cosa es la interpretación que hagamos de ello”, afirmó la psicóloga. De este modo, una autoestima deficitaria es el producto de una serie de pensamientos autocríticos que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida y que pueden ser irracionales. “Todos tenemos un diálogo interno. A veces éste se convierte en una autocrítica. Ante una situación en la que creemos que no tendremos éxito nos autocriticamos”, explicó Pérez. De este modo, nos ponemos nerviosos cada vez que tenemos que afrontar esa situación dificultosa. Y solo nos quedan dos opciones: evitar dicha situación, lo que nos provocará sentimientos de frustración o afrontarla, pero nuestra inseguridad y nerviosismo serán tan altos que de igual modo nos sentiremos frustrados.
La autoestima depende de la interpretación que hagamos de las cosas que nos ocurren
La autoestima depende de la interpretación que hagamos de las cosas que nos ocurren
Los pensamientos autocríticos suelen estar acompañados de un lenguaje también autocrítico y espontáneo. Además, estos pensamientos tienden a dramatizar, a medir la vida en términos de todo o nada, a realizar suposiciones, a magnificar lo negativo y a minimizar lo positivo. Igualmente, el sujeto con una autoestima deficitaria posee una suerte de filtro mental que se detiene en todo lo negativo, pero que muchas veces olvida lo positivo. Además, tiende a sacar conclusiones apresuradas, a etiquetar y personalizar, a victimizarse, a realizar comparaciones injustas y afirmaciones basadas en el verbo “deber”.
La clave para acabar con estos pensamientos es “identificarlos, analizarlos, ver qué es erróneo y cambiarlos por un pensamiento alternativo”, ya que “nos creemos lo que nos decimos a nosotros mismos”, afirmó Pérez. Por tanto, algunas claves para mejorar la autoestima son:
- Usar un lenguaje no negativo ni peyorativo sino preciso. Emplear un lenguaje positivo.
- Dejar de decir “nunca”, “siempre”, “todos los días”, puesto que no nos comportamos de la misma manera todos los días ni en todas las situaciones.
- No creernos los juicios ajenos.
- Profecía autocumplida/efecto Pigmalión: las cosas que pensamos se pueden cumplir.
- Todos tenemos cualidades positivas y a mejorar. Nadie es mejor ni peor. Simplemente es él/ella mismo/a: único/a, distinto/a e irrepetible.
La autoestima influye en gran medida en todas las áreas de nuestra vida. Las adicciones también están condicionadas, de alguna manera, por ésta. Así, existen diversos estudios que han relacionado la baja autoestima con la adicción a Internet o a Facebook. Asimismo, las personas adictas suelen mostrar unos bajos niveles de autoestima, hecho que también les dificulta a la hora de comenzar su rehabilitación. Por otro lado, la alta autoestima puede ser un factor protector contra el consumo de drogas.
Por otro lado, Pérez también se centró en potenciar la felicidad que definió
como el punto medio entre un exceso de pasado y un exceso de futuro. Por tanto, la clave para alcanzar la felicidad es vivir el día a día y tratar de disfrutarlo, aunque ésta es un tanto subjetiva, ya que cada persona tiene su propia definición de felicidad. No obstante, las personas solemos tener una cierta tendencia a sabotear nuestra propia felicidad, puesto que en ocasiones la valoramos en función de lo que nos falta, de manera que llegamos a hacer presente aquello que está ausente en nuestras vidas. Asimismo, solemos creer que seremos felices cuando alcancemos nuestras metas en vez de disfrutar del camino. Por tanto, Pérez también se detuvo en dar una serie de claves para potenciar nuestra felicidad:
-Cada día darle valor a las cosas.
-No tomarse tan a pecho los comentarios de las personas porque los otros no saben quiénes somos.
-Somos únicos y nadie es mejor.
-Fijar miras claras, realistas y precisas.
-Pasado, presente y futuro.
Por último, Pérez concluyó diciendo que “todos llevamos la felicidad dentro”.
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