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Cannabis con más THC y cerebros en proceso de desarrollo

Cannabis_cogolo

El ‘II Congreso Internacional sobre Cannabis y sus derivados: salud, educación y ley’ se celebró en Catoira (Galicia) los pasados días 7, 8 y 9 de noviembre y, tuvo como objetivo poner sobre la mesa todas las cuestiones referentes al consumo, desde aquellas más legislativas a las educativas y las referentes a la salud de la población. El evento contó con voces contrapuestas y todas ellas fueron escuchadas.

El planteamiento con evidencia científica con el que se arrancaba el congreso hacía referencia al contenido de TetroHidroCannabinol (THC) del cannabis en la actualidad. Algo que se repitió a lo largo del evento por diferentes ponentes y de distinto origen científico. El THC es el principal componente psicoactivo del cannabis, responsable de la adicción. El cannabidiol es el segundo componente principal (por cantidad) del cannabis pero no tiene efectos psicoactivos. En los años 80 un porro contenía entre un 3 y un 5% de THC y un 1-2% de Cannabidiol (CBD). En la actualidad un porro contiene alrededor de un 20% de THC y un 0’5% de CBD. En consecuencia, fumarse hoy en día un porro equivale, en los años 80, a cuatro.

Rafael Maldonado, Catedrático de Farmacología de la Universidad Pompeu Fabra, hizo hincapié en que la sociedad tiene una muy baja percepción de riesgo con respecto al consumo de cannabis y que han cambiado las formas de ocio y también de consumo: “No estamos explicando a los jóvenes que el consumo es inadmisible. Es una cuestión de desarrollo cerebral, no solo moral”. El córtex prefrontal, el encargado de controlar la impulsividad no está unido al sistema límbico hasta los 22 años, “por lo tanto, no podemos dejar en manos de los adolescentes decisiones que no pueden tomar”.

Congreso cannabis Catoria

El cerebro tiene un sistema endocannabinoide que ejerce funciones muy importantes. Por ejemplo, ayuda a olvidar un recuerdo negativo que puede alterar el estado de ánimo, por lo que si se introduce THC, su mecanismo de acción actúa en el sistema cannabinoide, ejerciendo una alteración en la memoria (déficit cognitivo). El THC también produce: deterioro en la coordinación motora, sedación, modifica del estado emocional, activa el potencial de abuso y ejerce de forma probable una aparición de psicosis. También afecta al dolor, esa señal de alarma tan necesaria para la supervivencia, porque el cannabis tiene un afecto analgésico. En el hipotálamo, donde se regula el apetito, incrementa las ganas de comer y en el sistema cannabinoide se produce una inmunomodulación (es decir, afecta al sistema inmune).

Por otra parte, el CBD tiene acciones ansiolíticas, antipsicóticas, neuro protectoras, es un anticonvulsivante y ejerce una atenuación de los efectos del THC. Sus acciones son, prácticamente contrarias a las de este, y por esta razón su presencia en la planta es tan importante.

CONSECUENCIAS DEL CONSUMO DE CANNABIS

  • Alteración de la memoria
  • Incremento de la incidencia de síntomas psicóticos
  • Amnesia retrograda
  • Duración de los efectos del cannabis en la memoria y alteración de la motivación
  • Incremento de los trastornos de ansiedad
  • Posibilidad de desarrollar una adicción por la activación del mecanismo del circuito de recompensa
  • Toxicidad a largo plazo a nivel pulmonar (dilata los bronquios, potenciación del efecto tóxico si se consumo junto con tabaco, más el efecto tóxico propio del cannabis.
  • Conductas de riesgo derivadas del consumo (relaciones sexuales sin protección o no deseadas o riesgo de conducción del un vehículo)

El congreso también trató otros aspectos, como el preventivo (con el ejemplo del modelo islandés Planet Youth) y el farmacológico. A día de hoy, no hay ningún medicamento dirigido al tratamiento de la adicción al cannabis. Las dianas en investigación se están focalizando en desarrollar medicamentos que sean capaces de bloquear los efectos del THC y reducir los efectos del síndrome de abstinencia.

La irrupción del cánnabis sintético

Uno de los representantes del Observatorio Europeo del Consumo y Cultivo de Cannabis expresó de forma pública que el cannabis sintético no tiene nada que ver con el cannabis procedente de la planta y que ellos abogan por la legalización del cannabis convencional y no por estas mezclas realizadas en laboratorio. Sin embargo, en las grandes ciudades el consumo de cannabis sintético ha empezado a ser una realidad y a extenderse, principalmente, entre adolescentes y jóvenes.

Los cannabinoides sintéticos, según explicó Benjamín Climent, Médico Internista del Hospital General de Valencia y miembro del Sistema de Alerta Temprana y de Socidrogalcohol, son sustancias ultra potentes, con una toxicidad aguda y una gran peligrosidad: “Están en continuo cambio y producen complicaciones cardiovasculares y neurológicas, y el mayor de los problemas es que no sabemos sus consecuencias a largo plazo”.

El cannabis sintético no aparece en las analíticas realizadas a los pacientes en los hospitales, por lo que son de complicada detección y por lo que Climent asegura que hay un infradiagnóstico: “Es un problema de salud pública emergente”, que sin embargo tiene múltiples complicaciones: taquicardia, bradicardia, hipotensión, dolor torácico, náuseas, vómitos, mareos, vértigos, somnolencia, irritabilidad, delirium, alucinaciones, crisis de pánico, ansiedad, convulsiones, paranoias, psicosis, ideación suicida, ictus isquémicos, cardiopatías, daño renal, alteración del movimiento, temblores, cefaleas e incluso el coma o la muerte de la persona.

Benjamín recalcó que se venden incluso a granel en algunos parques de algunas ciudades y que las duchas calientes (entre 40 a 45 grados de temperatura) son las únicas capaces de calmar las náuseas, vómitos y mareos. Lo que en ocasiones puede servir como indicador de que puede haber habido un consumo de esta sustancia.

 

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Editora de la Revista InDependientes. Además periodista en gabinete de prensa de Socidrogalcohol y CAARFE. Monitora y periodista en GARA Alcoy. Colaboradora en Ara Multimèdia y columnista en Radio Alcoy-Cadena Ser. Miembro del Instituto de Investigación en Drogodependencias de la UMH y secretaria técnica de la publicación Health and Addictions. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.

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Mireia Pascual Mollá
Editora de la Revista InDependientes. Además periodista en gabinete de prensa de Socidrogalcohol y CAARFE. Monitora y periodista en GARA Alcoy. Colaboradora en Ara Multimèdia y columnista en Radio Alcoy-Cadena Ser. Miembro del Instituto de Investigación en Drogodependencias de la UMH y secretaria técnica de la publicación Health and Addictions. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
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