¡Socorro, soy una negafóbica!
Ya lo he decidido, esta vez le voy a decir ya que NO. Pero…, ¿estaré haciéndolo bien?, no lo sé, ¿y si se enfada? ¿y si deja de hablarme?, con todo lo que esta persona ha hecho por mi, no sé si lo podré soportar. En el fondo, me resulta súper incómodo decirle que NO, pero es que realmente no deseo hacerlo. Pero…, ¿y si le defraudo?, aunque tendré que hacer algo porque ya llevo demasiado tiempo cansadísima, agobiada y sin decir lo que realmente pienso al respecto. Sé que la culpa es mía, porque no sé resistirme a sus demandas, me despierta mucho respeto y esto ya esta empezando a molestarme. ¿Cómo lo hago?, es que si le digo que no a lo mejor me deja de tener en cuenta y eso me angustia mucho. Y lo que no podría soportar es que pensara que soy una egoísta, que no pienso en los demás y que no se puede contar conmigo. Pero como no lo haga, ya voy a tener que asumir unas obligaciones que no me gustan nada y que estoy segura que repercutirán en mi vida personal, que ya de por sí es bastante complicada porque acabo asumiendo mas de lo que puedo llevar adelante. ¡SOCORRO, YA NO PUEDO MAS!
Los Negafóbicos son personas adictas al agradecimiento, que normalmente se sienten inseguras, les dan mucho miedo los conflictos, se sienten en la obligación de devolver un favor, tienen miedo a perder la simpatía de los otros y presentan un sentimiento de necesidad de sentirse queridos por todo el mundo. Además de presentar un comportamiento de sumisión y resignación.
Uno de los principales motivos de no saber decir NO se asienta sobre nuestra necesidad de reconocimiento, de búsqueda de atención y además conectamos con el sentimiento de que nos han utilizado o se han aprovechado de nosotros cuando no obtenemos dicho reconocimiento por parte del otro.
Otras veces, decimos que sí porque nos posicionamos como Salvadores de otra persona que a nuestro juicio tiene menos recursos que nosotros. Cuando hacemos esto, nos situamos en el vértice del conocido Triángulo Dramático de Karpman (1968), el cual siempre esta en movimiento haciéndote pasar de la posición de Salvador (Rescuer), a Víctima (Victim) o a Perdeguidor (Persecuter), a una y a otra de forma sucesiva.
Cuando te posicionas como Víctima sueles pensar que los demás tienden a aprovecharse de tu nobleza y los sentimientos que te acompañan son la tristeza y el miedo, tendiendo a actuar desde la sumisión y la queja. Las víctimas se presentan como personas que sufren y actúan como si no tuvieran recursos para resolver sus problemas. Necesitan de un salvador para salir adelante con sus vidas.
Por el contrario, cuando te haces cargo de los pensamientos y problemas de los otros, adoptas el rol de Salvador. Haces mas de lo que en realidad te toca, tratas de proteger, ayudar y defender, pero el sentimiento que te suele acompañar es el del Resentimiento, ya que en el fondo esa ayuda no es tan desinteresada como aparenta porque el objetivo es la búsqueda de reconocimiento y de alimentación de tu ego, porque cuando se ayuda desde el altruismo siempre se hace de forma anónima.
El tercer vértice de este triangulo , esta ocupado por el Perseguidor. Son personas rígidas, controladoras, moralistas y estrictas en sus propias creencias y en lo que se refiere a su propia justicia, pero suelen fallar a la hora de aplicársela a ellas mismas. Su sentimiento es la ira y la inseguridad. Actúan siempre desde su propio interés.
Cuando una persona detecta que le están pidiendo algo que no quiere o que físicamente es imposible, hay que negarse y mantener una postura de firmeza, porque si no lo hace estará entrando en este triángulo que solo les llevará a sufrir.
La mejor opción en la vida es saber decir NO, cuando hay que decir No y decir SI cuando hay que decir Si. Ten en cuenta que decir NO es muy constructivo y no saber decirlo tiene siempre asociado una serie de consecuencias.
No suele gustar decir NO, porque cuando lo hacemos, experimentamos angustia ya que conectamos con la Culpa y además tenemos la sensación de que estamos poniendo una barrera entre los otros y uno mismo, pero en realidad saber decir NO, es necesario para protegernos. Decir No es una cuestión de marcar límites entre nosotros y los demás, trasmitiendo así una Personalidad Fuerte que tendrá como resultado el Respeto.
Pero si a pesar de todo no lo hacemos, hay que tener muy presente, que cada vez que renunciamos a dar nuestra verdadera opinión, pagamos un Precio. Desde ahí, plantéate que Precio estas dispuesto a pagar y finalmente deja la queja y responsabilízate de ello. Toma una decisión. Hay que empezar a creer en uno mismo y vencer los miedos. Se sabe que a mayor autoestima, menos pendiente estamos de la opinión de los demás.
Te sugiero un listado de cómo decir NO :
- Sé asertivo
- Plantea “Voy a pensarlo y ya te contesto”.
- Pregunta si hay alguien mas que lo pueda hacer a parte de ti, porque a lo mejor no estas disponible.
- Pide que te hagan a ti un favor primero
- Discúlpate solo lo necesario
- Sé empático. No simpático.
- No te justifiques, simplemente di NO, sin excusas, a lo que no quieras hacer.
- Recuerda utilizar siempre un contacto visual directo y un tono de voz firme y seguro.
- Juega a asumir el rol de Adulto y AUTORESPONSABILÍZATE de tus acciones.
Saber decir NO es necesario. La mayoría de nuestros problemas son por decir SI demasiado rápido y NO demasiado tarde.
Stella Vicens Llorca. Psicóloga Clínica- CV 5186
Stella Vicens Llorca
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