Juego patológico o ludopatía
Francisco Pascual | Médico en Conductas Adictivas. Colaborador de InDependientes
Definición:
La palabra ludopatía deriva del latín ludus (juego) y de pathīa, y este del griego πάθεια, de la raíz παθ (sufrir, experimentar).
Por lo tanto la ludopatía se podría entender como el sufrimiento experimentado por una adicción al juego, es decir jugar de forma enfermiza. A este problema, los ingleses lo denominan gambling.
No todos los juegos son iguales, ni se presentan bajo el mismo formato, además hay juegos que son de diversión y juegos competitivos, pero los que más problemas pueden ocasionar son los juegos de azar y sobre todo los que ofrecen un premio económico inmediato, por ese motivo se considera que los juegos más adictivos son los de las máquinas tragaperras, que incluyen luces y sonidos entre sus reclamos, también los casinos y bingos por la inmediatez del premio y luego las loterías y otros sorteos.
Pero los videojuegos, las videoconsolas, los juegos en red y los juegos de rol también tienen un fuerte potencial adictivo
Gastos en juego:
El último informe anual sobre el juego que edita el Ministerio del Interior, publicado en 2010, analiza las cantidades jugadas por habitante y año, resultando una cifra de 581,42€, y ahí se demuestra la predilección por las máquinas tragaperras, en las que esta cifra se eleva hasta los en 241,14 euros, seguida por los 113,22 de la Lotería, los 90,78 de los juegos activos (quiniela, quinigol primitiva…), los 57,16 de los bingos y los 39’50 de los casinos.
Las variaciones interanuales corroboran las tendencias observadas anteriormente en el dinero total jugado. Observándose un claro descenso interanual, excepto en loterías y ONCE donde se mantienen las cantidades casi sin variaciones.
De lo que no tenemos datos es del número de adictos al juego, pues como en todas las adicciones el ludopata es el último en reconocerlo y aún a pesar de tener serios problemas, sigue negando la evidencia.
Diagnóstico:
Como en la adicción a sustancias, el Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales (DSM-IV) de la Sociedad Americana de Psiquiatría nos da las pistas, y aunque se habla también de un problema de control de impulsos se puede diagnosticar un comportamiento de juego desadaptativo, persistente y recurrente, cuando se presentan cinco (o más) de los siguientes ítems:
- Frecuente y creciente preocupación por el juego o por obtener dinero para jugar, con tendencia a rememorar experiencias lúdicas del pasado y a planear nuevas actividades.
- Jugar con frecuencia mayor cantidad de dinero o por un periodo de tiempo más largo en relación con lo previsto.
- Necesidad de incrementar el volumen o la frecuencia de las apuestas para conseguir la excitación deseada.
- Intranquilidad e irritabilidad en caso de no poder jugar o al intentar reducir o dejar el juego.
- Pérdidas repetidas de dinero debidas al juego y reiteración en la conducta de juego con el propósito de recuperar las pérdidas.
- Repetidos esfuerzos infructuosos por abandonar o reducir el juego.
- Aumento de la conducta de juego ante dificultades psicológicas o sociales.
- Sacrificio de obligaciones familiares, sociales u ocupacionales para poder jugar.
- Persistencia en el juego (incapacidad de abstención) a pesar de la imposibilidad de pagar las deudas crecientes o a pasar de otros problemas significativos (sociales, ocupacionales, legales), que la persona sabe que son incrementados por el juego.
Predisposición:
Aunque no existe un perfil exclusivo para padecer una adicción al juego, y en principio cualquier persona puede tener un riesgo, parece ser que tienen más opciones, aquellos sujetos que presentan alguna vulnerabilidad psicológica, por ejemplo.
- Déficits de personalidad: introversión acusada, baja autoestima y nivel alto de búsqueda de sensaciones.
- Déficits en las relaciones interpersonales: timidez y fobia social.
- Déficits cognitivos: fantasía descontrolada, atención dispersa y tendencia a la distraibilidad.
- Alteraciones psicopatológicas: Adicciones químicas o psicológicas presentes o pasadas y/o depresión.
Tratamiento:
Como estamos hablando de una adicción provocada por un mal control de los impulsos, en principio pueden servir como ayuda al tratamiento algunos fármacos que controlen o frenen la impulsividad, entre ellos algunos de los antidepresivos y de los fármacos antiepilépticos de nueva generación pueden tener una acción positiva en este control.
En segundo lugar el apoyo psicoterapéutico, individual o en grupo (o tal vez ambos enfoques). Se tratará de analizar las pautas de juego, los cómo y los porqué, establecer controles y normas y avanzar en distintos aspectos personales.
En tercer lugar, pertenecer a un grupo de autoayuda puede favorecer la recuperación y la prevención de recaídas. Por ejemplo, un grupo de autoayuda con jugadores rehabilitados, incrementa el compromiso mientras que disminuye la posibilidad de volver a jugar.
La ludopatía la podemos catalogar como una adicción social, pero no es la única, del resto hablaremos en la próxima entrega, así seguiremos compartiendo estas reflexiones.
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