Salvados por el miedo
La reunión de trabajo se alargó mas de lo normal y además tuve que hacer unas gestiones antes de salir de mi oficina: llamadas, informes, papeles… El tiempo se me fue de las manos, eran las dos de la madrugada y no me había dado ni cuenta. Salí del edificio solitario y me encaminé hacia el descampado donde habitualmente dejaba mi coche. De repente, oí unos pasos a mi espalda que me alertaron. Empecé a notar que mi corazón latía mas fuerte y mis piernas aceleraban el ritmo, me costaba respirar y toda mi concentración estaba focalizada en llegar lo más rápido posible al vehículo. Noté una tensión emocional cada vez mas intensa, era el MIEDO, que me advertía de una situación que encerraba un PELIGRO real. Rápidamente busqué en mi bolso las llaves del coche, no podía perder tiempo, mi cuerpo señalaba que tenía que ESCAPAR, así que cuando las encontré eché a correr, abrí el coche y salí lo más rápido posible, mientras dejaba tras de mí aquellas dos sombras…
El miedo es uno de los mas maravillosos mecanismos de protección que poseemos, ya que permite al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. Es un sistema de adaptación al medio.
El miedo es una emoción universal, todos los seres vivos tenemos miedo, Sentir miedo es algo natural, la cuestión es cómo reaccionamos ante él, pues dicha emoción puede alcanzar varios grados de intensidad; desde un estado de alerta y cautela, seguida de una sensación de incomodidad y respeto, hasta llegar al terror y a las fobias.
Si dejamos que el miedo crezca, éste acabará desbordándonos y en consecuencia podrá paralizarnos hasta que las decisiones y comportamientos queden regidos por él, perdiendo así su finalidad de protección. Por otro lado, si recurrimos al abuso de tranquilizantes, alcohol u otras sustancias, a menudo utilizadas ante el temor de «no saber estar» en determinadas situaciones sociales, maquillaremos ese miedo social pero no lo venceremos.
Si por el contrario nos paramos y nos atrevemos a observar sin prejuzgar esta reacción, veremos que el miedo es una señal que nos alerta de que existe una desproporción entre la magnitud de la amenaza y la capacidad que tenemos para resolverla. Es decir, si la amenaza a la que nos enfrentamos tiene un valor alto y la capacidad con la que contamos para hacerle frente también es elevada no aparecerá el miedo. Ahora bien, si la capacidad para sortear la situación es baja, el miedo surgirá y será, precisamente éste, el indicador de tal desproporción. Haciendo patente la existencia de peligro o amenaza para la supervivencia.
Sentir miedo es algo natural, la cuestión es cómo reaccionamos ante él
Sentir miedo es algo natural, la cuestión es cómo reaccionamos ante él
En suma, «evaluar las capacidades de uno mismo y sus circunstancias» tiene que ver con el concepto de Autoeficacia, acuñado por el psicólogo Albert Bandura en la década de los 70. A mayor Autoeficacia mayor creencia en la propia capacidad y en consecuencia mejores posibilidades de vencer el miedo.
Para aumentar la Autoeficacia es importante tener en cuenta una serie de factores:
En primer lugar no hay que avergonzarse nunca de SENTIR miedo. Expresar lo que sientes permite afrontar y mirar qué dispara el miedo, paso imprescindible para empezar a enfrentarnos a él. Porque sólo dejamos de tener miedo cuando logramos ENTENDERLO.
Es necesario analizar su base real y ver dónde esta su origen. RACIONALIZARLO, con el fin de averiguar si es un miedo fantástico (producto de tu mente) o, por el contrario, si tiene una o varias causas que lo justifican.
DESCOMPONERLO, para ver en qué riesgos se basa y discernir cómo afrontarlo. Puede ayudar confeccionar un inventario de todo lo peor que podría pasar y, paralelamente, elaborar un plan de acción con el fin de entrenar.
ANALIZAR NUESTRA CAPACIDAD y empezar a expresar sentimientos contrarios al miedo. Tratar de mantener una mirada segura, tono de voz fuerte y firme.
Expresar lo que sientes permite afrontar y mirar qué dispara el miedo y ayuda a enfrentarnos a él
Expresar lo que sientes permite afrontar y mirar qué dispara el miedo y ayuda a enfrentarnos a él
CAMBIAR el miedo por pensamientos positivos. Aprender a visualizar el éxito sin miedo, empleando los cinco sentidos y la máxima concentración, como si de verdad estuviera ocurriendo.
RELÁJATE, con ayuda de LA ATENCIÓN PLENA. Se trata de una técnica útil para superar el miedo a través de la desidentificación de nuestros pensamientos, responsables de los miedos imaginarios. La Atención Plena es una destreza que limpia la mente de pensamientos y emociones tóxicas proporcionando así un mayor autocontrol. Permite vivir la vida de forma consciente, manteniendo un estado de atención y presencia en el momento presente. Conectar con el «AHORA» no significa controlar ni rechazar los pensamientos tóxicos, sino tomar consciencia de ellos con el fin de silenciarlos poco a poco.
Para ello, primero hay que centrar la atención en la propia respiración sintiendo cómo entra el aire en el cuerpo y cómo sale, desconectando del entorno, autoobservándote y centrándonte sólo en la respiración, repitiendo que puedes mantener el control de la situación, ya que así silenciarás todos aquellos pensamientos negativos, para que dese la calma seas capaz de enfrentarte a aquello que temes de forma exitosa.
Cuando nos conectamos con nuestros recursos internos, desarrollamos la fuerza y capacidad para afrontar de forma consciente aquello que nos propongamos, incluso el control del MIEDO. Ese es el camino, como decía el escritor, poeta y soldado español Alonso de Ercilla y Zúñiga (1533-1594) «El Miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es de Valientes».
Stella Vicens Llorca. Psicóloga Clínica- CV 5186
Stella Vicens Llorca
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