En España mueren cada año 52.000 personas atribuibles al tabaquismo
El tabaco es una epidemia desde hace años, miles de muertes a nivel nacional se atribuyen al consumo de esta sustancia o a problemas derivados del mismo. Cada 31 de mayo se celebra el Dia Mundial Sin Tabaco y desde Socidrogalcohol se quiere poner de relieve que el tabaco genera consecuencias físicas, sociales y medioambientales. La adicción y la morbimortalidad asociada preocupa especialmente a los expertos.
En España se producen una media anual de 52.000 muertes (Esta cifra supone el 13% del total de las defunciones de personas mayores de 35 años en nuestro país (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 2016) y en Europa 1’2 millones de muertes son atribuibles al tabaquismo. 29 enfermedades están directamente relacionadas con la sustancia, de las cuales 10 son diferentes tipos de cáncer. Es la principal causa de muerte por cáncer de pulmón y es la responsable de más del 50% de las muertes por enfermedades cardiovasculares. Algunas de las enfermedades más comunes son: úlcera gastrointestinal, enfermedad coronaria, hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares, bronquitis aguda y varios tipos de cáncer (pulmón, laringe, bucofaríngeo, renal, etc.
“La adicción es un grave problema de salud pública que afecta en el caso del consumo de tabaco a miles de personas en España. Aún a día de hoy no se entiende socialmente que la persona siga consumiendo a pesar de saber y conocer de sobra las consecuencias sobre su salud física. La realidad es que no hablamos de falta de voluntad o de falta de información, sino que hablamos de una adicción, y como tal, dificulta y anula la voluntad de la persona a la hora de dejar de fumar”, explica Hugo López, vicepresidente de Socidrogalcohol.
El inicio temprano en el consumo de la sustancia es un elemento que incrementa la probabilidad de que se desarrolle una adicción en la edad adulta. Los jóvenes que se inician creen que podrán dejar de fumar cuando quieran, sin embargo, la adicción a la nicotina les impide hacerlo y acaban por estar años consumiendo. En algunas ocasiones el tabaco se mezcla con el cannabis: “Este debería de ser uno de los principales objetivos de cualquiera de las medidas que se tomen, rebajar la edad de inicio en el consumo, que se sitúa según las estadísticas del Plan Nacional sobre Drogas, en la edad adolescente, un momento de alta vulnerabilidad”, argumenta López.
CIGARILLOS EN OTROS FORMATOS
La industria tabacalera busca ahora nuevas formas de mercado. Ante la bajada del consumo (aunque algo irregular y oscilante en los últimos años) de los tradicionales cigarrillos, tras la Ley Antitabaco del 2010 en España, y también en otros países del mundo; empezaron a aparecer cigarrillos electrónicos, ecigs y/o vaporizadores.
Estos dispositivos contaban con poca evidencia científica y se vendían como una forma que ayudaba a dejar de fumar, sin embargo, profesionales y organismo nacionales e internacionales de relevancia hablan en la actualidad de limitar sus ventas y restringirlas al mismo nivel que el tabaco tradicional: “Esto es lo que se hace con las restricciones en la nueva Ley de Comunicación Audiovisual”, asegura el vicepresidente que añade que a pesar de los esfuerzos, “sigue siendo totalmente insuficiente”.
Aunque es cierto que a finales del 2021 se hizo público el interés por parte del Ministerio de Sanidad de retomar las medidas y anunció un Plan Integral contra el Tabaquismo. El objetivo es seguir reduciendo el número de fumadores y controlar también los nuevos dispositivos (cigarrillos electrónicos, por ejemplo) que podrían sustituir al cigarrillo convencional y que también tienen riesgos para la salud. También se pretende que haya una reducción del consumo de tabaco del 30% en 2025. El borrador también contempla la gestión y eliminación de residuos.
MÁS ALLÁ DE LA ADICCIÓN
La Organización Mundial de la Salud, OMS, pone este año el foco en el impacto medioambiental que genera el tabaco. 600.000.000 árboles son cortados para fabricar cigarrillos, 84.000.000 toneladas de CO2 son emitidas a la atmósfera, lo que contribuye a aumentar la temperatura del planeta y además se utilizan 22.000.000.000 litros de agua para fabricar los cigarrillos.
Además, de los 5’6 billones de cigarrillos que se producen de forma anual en el mundo, un tercio acaba en el suelo, y finalmente van a parar al mar. De hecho, el 40% de los residuos del Mar Mediterráneo son colillas. Durante décadas las colillas han sido el elemento plástico más presente en los océanos.
En este día ponen el foco en que las empresas tabacaleras crean enormes efectos perjudiciales, no solo por las muertes y enfermedades directamente relacionadas por su consumo, sin o también porque con la destrucción del medio ambiente perjudican aún más la salud de las personas debido al cultivo, fabricación, distribución y eliminación de los productos de tabaco.
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