El alcohol es la droga más dañina por sus consecuencias físicas, psicológicas y sociales
La Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares de España, CAARFE, celebra cada año el Día Sin Alcohol, que se celebra hoy 15 de noviembre. En esta ocasión todas sus federaciones regionales se reunieron el pasado viernes 10 de noviembre en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, junto con otros colectivos como Alcohólicos Anónimos y Al Anon, para conmemorar este día y recordar la importancia que las asociaciones de ayuda mutua tienen en el proceso de rehabilitación de las personas con problemas de alcohol y otras adicciones.
Mañana 15 de noviembre es el Día Sin Alcohol. Desde CAARFE, una confederación nacional que aglutina a más de 100 asociaciones de todo el territorio español, se recuerda que el alcohol es la droga más dañina, según un estudio publicado en la revista The Lancet y liderado por David Nutt.
El principal consumo de alcohol en nuestro país se hace en forma de cerveza (con un 52’4%), seguido de bebidas espirituosos (con un 25%) y el vino (con un 23%). Francisco de Asís Babín, delegado para el Plan Nacional sobre Drogas, quién estuvo presente en la reunión de entidades, explicó los indicadores que se observan en las encuestas EDADES y ESTUDES y explicó que en la actualidad el alcohol es la principal prioridad del Plan, sobre todo en lo referente a menores de edad.
Hay que entender también el contexto en el que se sitúa España, además de que el alcohol es una droga cultural en nuestro país y muy aceptada socialmente, 15 millones de europeos son alcohol dependientes y Europa tiene el consumo de alcohol más elevado del mundo. El asesor técnico de CAARFE y presidente de Socidrogalcohol, Francisco Pascual, destacó que es importante que la atención primaria ejerza una detección precoz de los problemas de alcoholismo para poder llegar mejor a la población, ya que muchas de las personas con alcoholismo no se encuentran en tratamiento.
El alcoholismo es una enfermedad crónica que requiere de una intervención a lo largo del tiempo y las asociaciones que trabajan con la ayuda mutua cumplen un papel fundamental es la rehabilitación de las personas con problemas de alcohol y también de otras adicciones. Está demostrado científicamente que asistir a un grupo de ayuda mutua mejora la adherencia al tratamiento, mantenimiento de la abstinencia y previene las recaídas, además de mejorar la salud física y mental tanto del propio enfermo como de sus familiares.
Varios representantes de distintas federaciones regionales de asociaciones de alcohólicos en rehabilitación y Alcohólicos Anónimos y Al Anon, coincidieron en que se trata de un recurso complementario a la atención realizada por la sanidad pública. Todos ellos trabajan para ayudar al enfermo a afrontar situaciones, plantear metas, gestionar las emociones y estados de ánimo de todo tipo, construir nuevos hábitos, etc. Todo dirigido a la reinserción y rehabilitación de la persona y su familia, ese entorno más cercano que también se ve afectado. Cada federación regional, y sobre todo, cada asociación a nivel local, tiene algunas diferencias que ayudan a enriquecer la unión bajo el paraguas de CAARFE. Algunas trabajan la prevención, otras no, unas cuentan con técnicos, otras con voluntariado, otras con monitores. Pero todas tienen unos objetivos comunes: la reeducación, sensibilización, formar parte del tejido social y visibilizar para normalizar un problema de salud como es la adicción. “Y ahí reside la importancia de celebrar el Día Sin Alcohol”, afirma Ángel Jiménez, presidente de CAARFE.
ALCOHOL Y CÁNCER
El consumo de alcohol está relacionado con la aparición de algunos tipos de cánceres. En 1988, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) declaró que el alcohol es un agente carcinógeno, lo cual ha sido confirmado en diversas ocasiones y se ha convertido en una evidencia científica.
El Informe Mundial sobre el Cáncer, publicado en 2014 por la Organización Mundial de la Salud, afirma que el alcohol causa el 3,5% de cánceres, lo cual supone 1 de cada 30 cánceres en todo el mundo. Informes recientes indican además que la proporción de cánceres atribuibles al alcohol ha aumentado en los últimos años.
Diversos estudios de seguimiento han confirmado que existe una clara relación entre la cantidad total de alcohol consumido durante años y los cánceres de colon y recto, cavidad oral, faringe, laringe, esófago e hígado, y también de mama en la mujer.
La Organización Mundial de la Salud considera como consumo de bajo riesgo el que no supera los 40 gramos de alcohol al día, para los hombres, o los 20 gramos/día para las mujeres y no todos los días. Siempre y cuando sean personas mayores de 18 años o menores de 65 años de edad, que no estén proyectando un embarazo o que no se encuentren embarazadas o lactantes, que no tengan ninguna enfermedad, que no tomen medicamentos que puedan interaccionar con el alcohol y que no hayan tenido problemas con el alcohol o las drogas anteriormente.
Sin embargo, según explica el vicepresidente de Socidrogalcohol, Josep Guardia Serecigni: “una sola consumición pequeña (un quinto de cerveza o una copita de vino, equivalentes a 10 gramos de alcohol puro), tomados cada día, ya aumentan el riesgo de cáncer de mama en un 6%. Y, cada consumición añadida, aumenta un 4,2% el riesgo de cáncer de mama en las mujeres. El efecto es por tanto acumulativo y se produce una relación dosis-respuesta”. Es decir, a mayor cantidad de alcohol consumido, mayor riesgo de cáncer, años después del inicio de consumo de alcohol.
El factor carcinogenético del alcohol viene a sumarse a la posible predisposición individual o familiar (de cánceres como el de colon y recto, o el de mama) y se añade también a otros posibles factores cancerígenos, como fumar tabaco, que es otro claro factor de riesgo de cáncer de pulmón y de las vías respiratorias, que también se suma al riesgo del que produce el alcohol, matiza el doctor Guardia.
El riesgo de cáncer de la boca, faringe, laringe y esófago, es todavía mayor en las personas que además de fumar tabaco toman bebidas alcohólicas de manera habitual y en cantidades elevadas, (es decir, que superan las 3 consumiciones al día, para los hombres, o las 2 consumiciones para las mujeres). Como contrapartida, evitar los cigarrillos y el alcohol podría prevenir hasta el 80% de casos de cánceres de la boca y hasta el 90% de los de laringe.
Aunque el riesgo de cáncer aumenta en proporción directa a la cantidad de alcohol consumida, más de 200 estudios científicos han confirmado que el riesgo aumenta ya desde una sola consumición al día, para los cánceres de boca, faringe y de mama. Además, en las personas que fuman y beben alcohol, el riesgo de cáncer de boca y faringe llegaría a ser casi 6 veces mayor.
Los cánceres más frecuentes, atribuibles al alcohol, serían los de intestino en los hombres y de mama en las mujeres. En el Reino Unido, el número de hospitalizaciones por cánceres relacionados con el consumo de alcohol ha aumentado en la última década y ha llegado a superar los ingresos hospitalarios por accidentes de tráfico y violencia, juntos.
En general, la población sabe que el alcohol puede causar enfermedades del hígado, pero desconoce que también puede aumentar el riesgo de cáncer. Un 26% de los hombres y un 17% de las mujeres del Reino Unido toman bebidas alcohólicas por encima de los límites recomendados y los mayores promedios de consumo de alcohol se producen en personas de 45 a 64 años de edad (y no en los jóvenes).
El psiquiatra opina que si se pretende reducir la incidencia de cánceres relacionados con el alcohol, habría que ampliar las estrategias que han demostrado ser eficaces para (1) reducir en consumo de alcohol entre la población y (2) incorporar a tratamiento especializado a las personas que han desarrollado una adicción al alcohol: “Sin embargo, la mayoría de personas que presentan adicción al alcohol (o alcoholismo) no han seguido nunca un tratamiento especializado”.
La prevención del cáncer de mama en las mujeres pasa por una reducción sustancial del consumo de bebidas alcohólicas, hasta un consumo mínimo en cantidad y frecuencia, sobretodo en las mujeres que tienen antecedentes familiares de cáncer de mama. Y esta recomendación valdría también para los hombres y mujeres que tienen antecedentes familiares de cáncer de colon y recto.
Guardia concluye que a pesar de todo lo anterior, sin embargo, “la población general probablemente no tienen en consideración estos y otros riesgos de las bebidas alcohólicas y toma decisiones, con respecto a su consumo, sin saber que pueden aumentar el riesgo de cáncer, de otras enfermedades y de otras consecuencias negativas sobre sus relaciones interpersonales y también de accidentes”.
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