El alcohol en Instagram, Youtube, Facebook, Twitter y otras redes sociales
Según el estudio “Menores de Edad y Conectividad Móvil en España: Tablets y Smartphones”, publicado por Protégeles en 2014, el 72% de los usuarios de 11 a 14 años accede a redes sociales desde su Smartphone.
En este mismo espacio de opinión hemos hablado en otras ocasiones de la necesidad de la regulación publicitaria con respecto al tema del alcohol. La Ley General de la Publicidad establece ciertas normas al respecto, por ejemplo, dice:
“Se prohíbe la publicidad de bebidas con graduación alcohólica superior a 20 grados por medio de la televisión. Queda prohibida la publicidad de bebidas alcohólicas con graduación alcohólica superior a 20 grados en aquellos lugares donde esté prohibida su venta o consumo. La forma, contenido y condiciones de la publicidad de bebidas alcohólicas serán limitados reglamentariamente en orden a la protección de la salud y la seguridad de las personas, teniendo en cuenta los sujetos destinatarios, la no inducción directa o indirecta a su consumo indiscriminado y en atención a los ámbitos educativos, sanitarios y deportivos”
Otro de los contenidos regula también la colocación. Es decir, se supone que nunca podremos encontrar una publicidad de una bebida alcohólica en la puerta de un centro educativo o en ciertos eventos deportivos. Aunque sabemos que esto no es del todo cierto, pues es más que evidente que los equipos de fútbol o algunos partidos cuentan con la presencia de marcas de cerveza, pese a esconderse en ocasiones tras la justificación de graduación 0’0 o ‘SIN’. Todos sabemos qué asociación realizamos cuando vemos ciertas marcas, y desde luego establece amistad peligrosa entre deporte y alcohol en muchas ocasiones. También ocurre con la Fórmula 1 en grandes competiciones vistas por miles de personas entre las que encontramos menores, sin duda.
Pero de esto ya hemos hablado con anterioridad. Mi reflexión de hoy se dirige hacia las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, las redes sociales. Cierto es que tenemos a famosos deportistas y grandes conocidos mediáticamente anunciado apuestas deportivas y juego online. Cierto que es una barbaridad porque son, nos guste más o menos, referentes para la población, y sobre todo y en concreto para la población juvenil… Pero se nos está escapando un tema de vital importancia: las redes sociales y sus influencers.
Los jóvenes, menores de edad en muchos de los casos, consumen otro tipo de información al que solíamos consumir las generaciones anteriores. Ellos rara vez acuden a los medios de comunicación tradicionales para informarse o leer contenidos relacionados con sus gustos. Ellos siguen a ‘influencers’, para los lectores que desconozcan la palabra, un ‘influencer’ es una persona con un gran número de seguidores en redes sociales que tiene influencia sobre la población. No todos lo consiguen, pero muchos de ellos, viven de su posición en internet. Los influencers más conocidos están relacionados con la moda, alguna práctica deportiva concreta, cocina y videojuegos. Las marcas de ropa, de complementos de cocina, de juegos, etc. Les buscan y les pagan por anunciar o patrocinar sus productos. Los jóvenes les siguen, les escuchan y aplican sus consejos. Un estudio realizado en 2015 y publicado en ‘Alcoholism: Clinical & Experimental Research’, alertaba de la banalización del consumo de alcohol por parte de Youtubers muy conocidos y con gran influencia. (Lea también: ¿Está Youtube alentando al consumo de alcohol?)
Os presento a Aída Domench, conocida popularmente por Dulceida, ella es una influencer con 2’2 millones de seguidores en Instagram, elabora vídeos para su propio canal de Youtube, principalmente para marcas de ropa y maquillaje. En sus canales en las redes sociales habla de su vida, de espectaculares viajes con los que recorre todo el mundo, en ocasiones acompañada de su novia y en otras de su familia. Hasta fue invitada a los Premios Goya para que les diera publicidad. En sus viajes también habla de los hoteles en los que se aloja, todos espectaculares y carísimos. Su vida, por lo menos, la parte que enseña en redes sociales, como todas las influencers, es perfecta y fácilmente envidiable por cualquier adolescente. La edad mínima para tener una cuenta en Instagram es de 14 años, es decir, menor de edad, ¿Y sabéis qué? Dulceida apareció estas pasadas navidades anunciando una conocida marca de alcohol…Os aseguro que gran parte de los seguidores que tiene son menores de edad.
Pero ahí no acaba la cosa. Entiendo que puede ser complicado controlar lo que cada uno pone en redes sociales para establecer una reglamentación que cuide esos detalles, pero es curioso como también en el muro principal de esta red social, también ocurre en Facebook, aparece publicidad. La publicidad en internet funciona de distintas formas. Por ejemplo, las cookies, permiten que Facebook o Instagram sepa qué has estado buscando por internet, si has estado buscando productos para hacer yoga, la publicidad que te aparecerá estará relacionado con eso. Pero también funciona de otra forma, por ejemplo, yo empresa que vendo preservativos marco que la publicidad en Facebook se dirija a un grupo de edad muy concreto, gente joven que se sabe que son potenciales clientes de la marca de preservativos en cuestión. Bueno, pues en Instagram aparecen publicidades en el muro principal, mientras bajas para ver a los que sigues, aparecen pequeños post, casi siempre en forma de vídeo que llaman la atención y te detienes a mirar, algunas de ellas sobre alcohol. Recuerdo…red social a partir de los 14 años.
Las empresas también pueden pagar publicidad para aparecer y estar más visibles para el público que navega por ellas, otro ejemplo, las apuestas deportivas como trending topic:
He puesto algunos pocos ejemplos para ilustrar mi preocupación y el mucho trabajo que nos queda por hacer…De momento no se me ocurre como atajarlo…
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