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Dos miradas desde el cine a la adicción al sexo: Shame y Asfixia

La adicción al sexo es una enfermedad que lleva poco tiempo reconocida. Ésta fue incluida, por primera vez, en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM V) en 2013, obteniendo, por tanto, el reconocimiento de adicción dentro del campo de la psiquiatría.

El cine, como una manifestación de los fenómenos sociales que ocurren en nuestro entorno, también ha tratado de retratar esta enfermedad desde diversos enfoques. Así, nos encontramos con dos películas, de carácter muy diferente, que tratan de reflejar las peripecias vitales de dos hombres adictos al sexo.

Ficha pelicula Shame/InD

Ficha técnica Shame/InD

Por un lado, nos encontramos con Shame. Ésta narra la historia de Brandon Sullivan, un hombre de unos treinta años que vive y trabaja en Nueva York. Desde el principio de la película, vemos a Sullivan intentando mantener todo tipo de aventuras sexuales con desconocidas a las que encuentra en bares, en el metro, etc. Sullivan, además, consume grandes cantidades de pornografía y toda su vida parece girar en torno a su adicción al sexo. Sin embargo, su universo cambiará cuando su hermana le pida ayuda ante la imposibilidad de manejar su propia vida. Este hecho, conducirá al protagonista a tratar de recomponer su vida intentando mantener una relación sentimental estable con una compañera de trabajo. No obstante, se muestra incapaz y la degradación de su humanidad va en aumento a lo largo de toda la película hasta mostrar un personaje completamente exhausto ante la imposibilidad de controlar sus impulsos.

Desde una perspectiva más irónica y humorista, nos encontramos con el film Asfixia. Víctor

Ficha técnica Asfixia/InD

Ficha técnica Asfixia/InD

Mancini, antiguo estudiante de medicina y que, actualmente, trabaja como actor realizando obras de recreación histórica en un parque de atracciones, es adicto al sexo y, para tratar su adicción, asiste a un grupo de autoayuda. Sin embargo, esto no parece mejorar en nada la situación, ya que constantemente mantiene relaciones sexuales con sus compañeras de terapia. Mancini también ha de hacer frente a los gastos médicos de su madre, ingresada en una residencia para personas con problemas mentales. Para ello, también se dedica a estafar a desconocidos mediante una peculiar técnica: finge atragantarse en restaurantes caros, de manera que quienes le salvan la vida, sienten cierta responsabilidad hacia él y le entregan dinero. La madre de Mancini también fue un tanto peculiar en la crianza de su hijo: era consumidora de cocaína e iba arrastrando al niño de un lugar a otro sin explicarle nunca por qué. Así, Mancini, a través de los recuerdos de su infancia y con los relatos de su madre a punto de morir, trata de reconstruir quién es y cómo ha llegado a convertirse en él mismo.

Dos miradas diferentes a una misma enfermedad, la adicción al sexo. En ambas están presentes las relaciones familiares, los problemas por controlar los impulsos, los intentos por buscar ayuda. Sin embargo, Shame presenta un lado más dramático de la adicción, posiblemente más real en cuanto al sufrimiento que padece una persona que no es capaz de controlarse, mientras que Asfixia, en clave de humor, presenta un mundo más loco y extraño donde la adicción al sexo es un elemento más.

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