Consciencia plena: El aquí y el ahora
¿Cuántas veces han estado en la cama por la noche pensando en el trabajo de por la mañana? ¿Y cuántas veces han estado trabajando mientras pensaban en el momento de irse a la cama? ¿No tendría más sentido disfrutar del momento en el que se está en la cama y disfrutar del momento en el que se está trabajando? A esto se le llama conciencia plena, vivir el aquí y el ahora, en inglés ‘mindfulness’.
El mindfulness está basado en la meditación de raíz budista. Jon Kabat Zinn la define como la consciencia que emerge al prestar atención intencionadamente, en el momento presente, sin juzgar, al despliegue de la experiencia momento a momento. La consciencia plena es una práctica muy saludable en un mundo en el que vivimos en constante estrés y en medio de un ritmo acelerado. Hay que saber que cualquier cosa puede ser meditación si hacia ella se dirige la atención plena sin juzgar. Por ejemplo, ir en bicicleta puede ser un ejercicio de meditación, si en este proceso el individuo se fija en las sensaciones del cuerpo, en los movimientos de las piernas, en el aire que roza su cara, en la sudoración que se produce, etc.
Las personas en proceso de rehabilitación es importante que trabajen la consciencia plena, el mindfulness. Siendo conscientes del momento presente serán capacidades de detectar emociones, pensamientos, sentimientos o incluso conductas que pueden ser preludio de una recaída futura. El mindfulness es una filosofía de vida y es una habilidad que se puede incluir dentro del complejo constructor de la educación emocional, por lo tanto, y como cualquier habilidad puede ser aprendida y practicada.
Uno de los ejercicios que se realizan para explicar y entender mejor en qué consiste este concepto se trata en observar con atención una onza de chocolate o una pasa. Con música de fondo y siguiendo las instrucciones de un terapeuta o monitor, se observa su forma, su textura, etc. Se huele, de toca…hasta introducirlo en la boca donde se observan también los diferentes matices de sabor, olor, forma, textura cambiante, etc. Cuando el ejercicio finaliza la persona que lo ha realizado seguramente observará una clara diferencia respecto a cuando se come un trozo de chocolate o una pasa de forma habitual, observará que es mucho más sabroso, que está mucho más rico. Se habrá detenido en matices y habrá observado sabores en los que antes no se había detenido. La observación es la clave para la detección, sin la detección difícilmente se podrá plantear un cambio o mejora.
Tras la observación plena del momento presente viene la aceptación de la experiencia sin juzgarla.
(En la realización del programa EMOTIUS se les pregunta a los niños qué emociones experimentan cuando piensan en cosas del pasado, a lo que responden: añoranza, tristeza, pena, etc. Cuandos se les pregunta por el futuro responden: ansiedad, nerviosismo, incertidumbre, etc. Reconocen que el mejor momento para vivir es el presente, a pesar de que en ocasiones experimenten emociones que les gustan poco, porque su atención se dirige a cosas que ocurren en el aquí y el ahora y resuelven con mayor facilidad las dificultades).
En la revista impresa nº3 que acaba de publicarse hay un artículo relacionado con esta temática en el que se habla de creencias irracionales que nos limitan en nuestro día a día.
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