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Apego y adicción

Son varios los factores que desencadenan, o más bien, facilitan las conductas adictivas. En esta ocasión me gustaría hablar de cómo influye el factor de la familia. ¿Por qué las familias desestructuradas, y por tanto, los menores en situación de riesgo son más propensos a sufrir adicciones? Entre otros aquí quiero centrarme en los factores respectivos al apego, las vinculaciones afectivas, y por tanto, la regulación emocional.

Partamos de la base de que los miedos, estresores y ansiedades, es decir “sentirse mal” nos impulsa a generar conductas para “sentirnos bien”. Por ejemplo: Escuchar música, quedar con amigos, comer chocolate … esto en principio sería una regulación emocional sana con la que gracias a que se baja el nivel de ansiedad podemos afrontar mejor los problemas o miedos que nos generan los mismos. Por el contrario, si no tengo estrategias de regulación o los “inputs” estresores son tantos que nos sobrepasan, surgirán las compulsiones. Conductas ansiosas y repetitivas que tienen el fin de bajar nuestro nivel de ansiedad, o en otras palabras, sentirnos bien. A largo plazo estas compulsiones pueden llegar a convertirse en adicciones.

¿Dónde se sitúa la familia en todo esto?

Pues bien, la familia es el principal factor de regulación emocional, tanto a nivel de aprendizaje de estrategias como de percepción de los “inputs” negativos. Esto se transmite sobre todo a través del modelaje. El modelaje es un mecanismo por el cual los niños toman las conductas de los adultos como ejemplo y las imitan. ¿Cómo me regulo emocionalmente?¿Cómo reacciono ante situaciones frustrantes delante de los niños? Cuando el equipo contrario nos mete un gol, cuando perdemos las llaves y no las encontramos o cuando discutimos con la pareja delante del niño. En cierto modo todas estas conductas se transmiten a los niños. Es decir, que aprenden a través de los adultos como percibir las cosas y su nivel de gravedad (inputs) y cómo reaccionar ante ellos (estrategias de regulación).

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Ahora bien, las familias desestructuradas tienen un plus de inestabilidad. El no saber cuándo pasaran las cosas es un generador de ansiedad muy elevado y más en niños que aún no tienen estrategias de regulación. No saber cuándo sus padres discutirán, cuando se enfadarán con él, cuando llegarán a casa o tan siquiera si llegarán esa noche, incluso casos en los que no saben si comerán ese día. Todas estas sensaciones de inestabilidad y no tener forma de regularlas puede desembocar en un mar de compulsiones.

Aquí es donde, con esta mochila, se entra en la adolescencia, quizá algo prematura, ya que una buena forma de eliminar ésta sensación de desprotección e impotencia es generar un grupo. Pasan a estar siempre con su grupo de iguales que se convierte de algún modo en su nueva familia. De hecho, es bastante común llamarse entre ellos ‘primo’, ‘hermano’ o ‘tete’, aunque no sean familia. Otra conducta que genera sensación de protección es la agresividad, pero este es otro tema a tratar.

Cuando no hay estrategias de regulación o los estresores son tantos que nos sobrepasan, surgen las compulsiones

En este punto, es cuando tenemos un grupo de adolescentes inestables que de repente encuentran una forma rápida y fácil de sentirse bien. Poco más hay que explicar, aquí entran en juego las teorías clásicas de la adicción, el círculo vicioso que las genera etc… Al fin y al cabo toda conducta es una manera de adaptarse al entorno que nos rodea. Por esto funcionan tan bien los programas de aislamiento. Cuando me internan desaparece el contexto que me generaba tanto estrés, y por tanto, la compulsión adictiva. Por esto también existen las recaídas al volver al contexto original. Aunque todo esto la pelicula “La naranja mecánica” lo explica mejor que yo.

Para acabar volvamos al principio, al concepto de “facilitador”, en una familia desestructurada o en situación de riesgo es más “fácil” que existan conductas poco adaptativas de regulación emocional. Pero en mi experiencia he visto adolescentes de clases sociales y económicas altas  con los mismos problemas emocionales que en los barrios marginales. El hecho de que los padres no estén nunca en casa, que lleguen estresados del trabajo, que no sepan cuando van a enfadarse con ellos a causa de este alto nivel de estrés … esto acaba generando la misma inestabilidad. Es más, sea cuál sea la clase social a la que perteneces, estoy seguro de que te has visto reflejado en algún punto de este artículo. El factor común en todas las clases es, ‘como se cuida la relación afectiva’. Tened en cuenta que varios estudios afirman que la felicidad no se encuentra en el éxito o en la fama, sino en la calidad de las relaciones afectivas. 

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Fernando Rubio Quintanilla Alcalà

Psicólogo

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