Adicciones sociales
Francisco Pascual | Médico en conductas adictivas y colaborador de InDependientes
Existen otro tipo de adicciones no vinculadas a sustancias que pueden provocar serios problemas a las personas además del juego. Todas ellas con las mismas características que comentamos para las otras adicciones, como la tolerancia, el síndrome de abstinencia, la ocupación excesiva de tiempo o dinero y la pérdida de las relaciones y actividades cotidianas. Podemos destacar la adicción a Internet, en la que incluiríamos la ciber adicción al sexo, las ciber relaciones, la adicción a los chats, a la navegación y a los juegos en red. Y por último, y algo a destacar en la actualidad, la posible adicción a las redes sociales, facebook y twiter, fundamentalmente, por medio del ordenador, las tablets o los smartphones. Otro tipo de adicción social es la que se puede dar en las relaciones sociales, destacando dos tipos. Las dependencias grupales: secta, grupo religioso, filosófico o cultural, político, terapéutico, comercial; y las dependencias interpersonales: codependencia, adicción al líder, adicción a videntes, sanadores, terapeutas, adicción a la pareja, etc… Tampoco es infrecuente en la sociedad consumista actual encontrarnos a personas que presentan adicción al uso de servicios u objetos y entre ellas la más destacable es la adicción al móvil o a la televisión. En los adictos al móvil se presentan cuadros de agresividad, mal humor, aislamiento, abandono de los estudios y del entorno social. Una dependencia que incluso lleva a algunos de los pacientes a robar para poderse costear las llamadas. La edad de inicio es muy baja, desde los doce años, debido a que los menores tienen fácil acceso a este sistema de comunicación, al no existir efecto rechazo, sino todo lo contrario. Otro tipo de adicción es la Oniomanía o Adicción a las compras, en la que ir de compras se convierte en una necesidad y es imposible controlar el impulso. Esta acción causa sentimientos de culpa, vergüenza, irritabilidad e inclusive problemas económicos graves. Se da entre un 1% y un 5% de la población europea y sobre todo en mujeres de entre 30 y 50 años, pero los jóvenes están cada vez más expuestos por las presiones constantes de la sociedad de consumo. También el sexo se puede convertir en una actividad adictiva y para estos casos se han estimado las siguientes consecuencias, un 40% pierde a su pareja, se pueden producir hasta un 40% embarazos no deseados, un 72% presentan ideas obsesivas sobre el suicidio e incluso un 17% ha intentado quitarse la vida, otros pueden presentar problemas legales o situaciones de aborto. Por último, entre estas personas el riesgo de padecer una enfermedad de transmisión sexual incluyendo el SIDA, se eleva hasta a un 68%. Otra adicción es la vigorexia, por la obsesión del culto al cuerpo, que a veces se puede presentar en forma de anorexia, aparece como consecuencia de la preocupación constante por la autoimagen corporal. Y terminaremos este repaso con la adicción al trabajo, estos adictos reciben últimamente el nombre de workalcoholics. Este término norteamericano surge en los 70 de la unión de las palabras trabajo (work) y alcoholismo (alcoholism) para vincular los rasgos característicos del comportamiento alcohólico al ámbito del trabajo y del mundo laboral.
Ellos juegan toda la vida a una sola carta: la del trabajo. No se toman vacaciones, mantienen una excesiva dedicación profesional y su vida personal muchas veces, queda reducida a un sinfín de archivos y papeles.
En estas adicciones podemos observar una serie de estadios o fases:
- Estadio precoz.
- Episodios de uso descontrolado, pensamiento adictivo, preocupación por el uso, cambios en el estilo de vida, inhibición y desvinculación progresiva de las actividades habituales y consecuencias menores de tipo físico y psíquico (nerviosismo, irritabilidad, cambios de humor).
- Estadio medio.
- Pérdida de control, negación, aislamiento, crecientes consecuencias físicas y psicológicas, deterioro de las relaciones familiares y sociales, problemas de adaptación al trabajo o a la escuela e incapacidad para parar la actividad a pesar de las consecuencias negativas.
- Estadio avanzado.
- Dedicación intensiva y excluyente a la actividad adictiva, incapacidad de razonar o cuestionar el objeto de la dependencia. Fracaso en los intentos de frenar la actividad, problemas económicos y de relación graves, y el descenso intenso de la autoestima.
Así como una serie de consecuencias o cambios:
Fisiológicos: Alteración del descanso, insomnio, deterioro del estado general y/o evolutivo, alteraciones en la alimentación y alteraciones inmunitarias.
Psíquicos : Inestabilidad emocional. Empobrecimiento afectivo, pérdida del libre albedrío, disminución de la capacidad intelectual, reducción del vocabulario y pérdida del sentido del humor, razonamiento restringido, pobre o nulo, descompensaciones neuróticas, paranoides, psicóticas o suicidas y estados de pánico, confusión mental, estados disociados, culpabilidad, pérdida de la identidad, alteraciones en la percepción de la realidad.
Sociales: reducción o anulación de la capacidad o el interés en comunicarse con quien no comparte la adicción, deterioro de las relaciones familiares y las amistades, afectación negativa del puesto de trabajo o de los estudios y aislamiento de todo aquello que no gira en torno a la dependencia.
Jurídico-legales: rupturas de parejas, separaciones, divorcios, pérdidas patrimoniales (herencias, donaciones, deudas, pagos abusivos, etc.), actuaciones delictivas (lesiones físicas o psicológicas) y falsificaciones, vulneración de los derechos de los trabajadores, estafas, robos, engaños, intrusismo, etc. Como conclusión, cabe decir que las socioadicciones son trastornos tratables:
- A partir de una interrupción, disminución o control de la actividad objeto de la adicción, sus síntomas pueden regularse y la vulnerabilidad de la persona puede disminuir mediante cambios permanentes en la conducta.
- La experiencia demuestra que la mayoría de los casos tratados tienen una evolución favorable.
- Se trata de procesos habitualmente largos, en los cuales, a menudo, el compromiso familiar constituye una herramienta esencial en el éxito del tratamiento.
- Salvo algunas socioadicciones, actualmente, el tratamiento de la mayoría de estos trastornos no implica el uso de fármacos.
- En algunas socioadicciones el componente pedagógico del tratamiento es un elemento esencial del proceso.
Con esta entrega terminamos el recorrido por las distintas adicciones, aunque dedicaremos un par de escritos más a hablar de distintos aspectos terapéuticos y preventivos. Quedamos emplazados para la próxima entrega.
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