Las adicciones, foco de atención durante el confinamiento
Las adicciones es un tema que no despierta interés alguno por norma general de cara a los medios. Solo lo hacen cuando las noticias toman cierta gravedad, como la muerte de menores por intoxicaciones etílicas o cuando hay problemas que repercuten en la seguridad de la sociedad, como ocurrió en los años 80 con el problema de la heroína que se cobró muchas vidas. Se suele hablar desde una perspectiva, aunque la tendencia está cambiando por fortuna, un tanto ‘amarillista’ y teniendo poco en cuenta la vertiente humana que hay detrás de un problema de salud tan grave. Es cierto que los profesionales de la comunicación están empezando a cambiar esta tendencia, pero también es cierto que en muchas ocasiones es la actualidad la que manda y la que hace que un tema que, a priori, para los colectivos de personas en proceso de rehabilitación o las personas que trabajamos en este campo, consideramos importante que salga en los medios; no toma esta prioridad para los editores, la agenda mediática relacionada con la actualidad o los intereses económicos de las empresas periodísticas. Y nos quedamos en ocasiones sin entender el porqué no se han hecho eco de algo.
Antes de que esta situación se instalara en nuestras vidas, mediáticamente el foco estaba puesto en la ludopatía y en la nueva regulación publicitaria dirigida a controlar temas de las casas de apuestas. También se anunció algún cambio regulatorio en cuanto al tabaco. Se instauraba con el 2020 el tratamiento con fármacos para combatir la adicción y se empezaba a hablar de otras medidas como la subida de precios. También se ponía sobre la mesa, de nuevo, la famosa Ley de Alcohol de cara a proteger a los menores de edad, una ley que parece no llegar nunca pese a que hace años que gobierno tras gobierno lo anuncia.
Pero entonces irrumpió el Covid-19 en nuestras vidas, colmó la agenda mediática y toda gira en torno a este tema, hasta el punto de que se ha tenido que recomendar que evitemos la sobre información para preservar nuestra salud mental en una situación de alta vulnerabilidad al estar sujetos todo el día al ambiente inquebrantable de 4 paredes y restricciones de movilidad que a penas nos permiten salir para lo imprescindible.
Empecé rápidamente a observar cómo se desenvolvía la información y a detectar que la negatividad y en muchas ocasiones el alarmismo, se instauraba en nuestras radios, televisores, redes sociales, etc. y por este motivo me planteé la necesidad de que la línea editorial de la revista en estos tiempos debía estar enfocada a proponer otro tipo de contenidos, a sumar más que a focalizar en lo negativo, que evidentemente ya sabemos que tiene esta situación. Por eso empezamos a publicar contenidos que planteasen alternativas para mejorar este confinamiento desde la perspectiva física y psicológica.
Sin embargo, y aunque sigo pensando que nuestros lectores agradecen esta línea, siempre con el enfoque de las adicciones, soy periodista y no puedo evitar pararme a analizar el contexto mediático que nos rodea en un momento de tanta importancia. El periodismo es necesario ahora más que nunca, aunque los ingresos publicitarios estén poniendo en jaque su subsistencia, una vez más. La eterna crisis del periodismo.
Una de las observaciones que he hecho y que más me han llamado la atención es como a poco más de una semana del Estado de Alarma, algunos periodistas y medios empezaron a poner el foco en las adicciones. Sí, justamente en este momento de pandemia mundial y a pesar de lo que he comentado nada más empezar este artículo de opinión. Nadie se suele acordar de las adicciones por norma general, quitando situaciones muy concretas que ya he comentado, pero en esta situación, de repente, varios medios empiezan a focalizar en este tema. Y sinceramente, me sorprendió y empecé a preguntarme el motivo. Pensé si tal vez estaba relacionado una vez más con ese enfoque sensacionalista, pero tengo que decir que creo que en esta ocasión lo que ha sucedido es que desde la humanidad que parece haber despertado de repente (estaba adormecida), pienso que posiblemente es que se ha puesto el foco en colectivos vulnerables que de normal no nos vienen ni a la cabeza. Y se ha empezado a visibilizar la situación de nuestros mayores, de mujeres victimas de violencia de género, de personas consumidoras, de personas en rehabilitación, de personas dependientes, etc. El tema es si luego se seguirán acordando de todas ellas o volverán en un segundo plano.
También me gusta ver los enfoques. Se ha hablado del aumento en la cesta de la compra de cervezas, ¿ha subido el consumo o es que al estar los bares cerrados ese consumo se traslada a los hogares? Se plantean algunas cuestiones como el aumento del alcoholismo durante el confinamiento. No creo que esto sea algo que se pueda analizar en dos semanas de Estado de Alarma, en todo caso, si esta hipótesis es cierta, se deberá ver a posteriori, como otras muchas cuestiones. También se ha focalizado en la subida de precios de las drogas ilegales, lógico, es más complicada la compraventa por el confinamiento y hay un mayor control policial en las calles. Y se ha planteado el uso o abuso de las tecnologías de la información y del juego online y las casas de apuestas online. A esta mayor accesibilidad por tiempo y dispositivos desde los que apostar sí se ha puesto desde hoy una medida, que por lo menos durará durante todo el confinamiento.
Habrá mucho que analizar cuando todo esto pase y mucho que aprender y por lo que reflexionar. Otra de las cuestiones que me viene rondando la cabeza ya hace algunos días es la centralización en la emisión de la información por los canales oficiales. Se informa a nivel nacional y regional, pero a nivel local se emiten pocos datos y se dificulta la tarea de los periodistas. ¿Nadie se ha percatado de que la ausencia de información genera mayor proyección de bulos y falsas noticias? ¿Nadie se ha dado cuenta de que la gente necesita información local de proximidad? ¿Qué todos queremos saber qué ocurre en nuestra ciudad o pueblo? Se necesita periodismo de proximidad, pero para ello se debe facilitar que los periodistas puedan tener acceso a los datos oficiales. Pero este es otro tema a parte que tal vez encaje poco en esta reflexión, que daría para otro artículo y que tal vez es mejor analizar cuando todo pase. Porque ahora lo que debemos hacer es remar todos en la misma dirección. Ya tendremos tiempo de analizar qué estamos haciendo ahora y si lo hicimos mejor o peor.
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