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Brick

enero 10, 20141412 views0

Brendan Frye es un estudiante de instituto del Sur de California que ha perdido el interés por todo. Aunque posee una gran inteligencia, no le interesa demasiado la gente ni el mundo. Se refugia detrás de la biblioteca para comer solo su almuerzo y tan solo tolera de vez en cuando la compañía de El Cerebro, su único amigo. Pero todo eso va a cambiar cuando un día reciba la llamada de su ex-novia, Emily, de la que todavía sigue enamorado. Aunque tan solo les da tiempo a intercambiar unas palabras apresuradas, Brendan sabe reconocer que ésta se halla en problemas. A partir de este momento, Brendan sale de su sopor para comenzar la intensa búsqueda de su problemático amor que, tras esa llamada, ha desaparecido sin dejar pistas.

Así, con la ayuda de El Cerebro, Brendan será capaz de descubrir los secretos de los alumnos de su instituto. De este modo, el apático estudiante se verá inmerso en un extraño mundo de drogas y adicción donde cualquiera puede traicionar a cualquiera para conseguir sus objetivos y donde todo el mundo es susceptible de convertirse en víctima. Además, para salvar las dificultades del camino, Brendan deberá sortear (no siempre con todo el éxito esperable) los obstáculos que le van poniendo los extraños personajes con los que se va encontrando: la enigmática chica rica Laura, el matón Tugger y su jefe, The Pin, la lacónica Kara y el drogadicto Dode.

Brick es una película oscura, con una atmósfera envolvente que, en ocasiones, con su banda sonora misteriosa y sobrecogedora, recuerda a Blue Velvet de David Lynch. Con este film Rian Johnson (que también ha dirigido tres capítulos de la serie Breaking Bad, relacionada con la temática de las drogas) crea una suerte de ciudad aparte, alejada del mundo, una distopía si se quiere, gobernada por las drogas y la adicción, demostrando, de esta manera, que es capaz de crear un universo propio, como son capaces de hacer los mejores cineastas. Pero esta película esconde también una dura lección: que nos es imposible ayudar a aquellos que no se quieren o no pueden ayudarse a sí mismos, que la obsesión no conduce a nada y que nadie puede salvar a nadie.

Uno de los temas principales de la Banda Sonora de Brick: