Entrevista a Benjamín Climent, nuevo presidente de Socidrogalcohol
“Aunque disponemos de una red de adicciones estable y con un buen funcionamiento, es insuficiente para la demanda actual”
Benjamín Climent acaba de ser elegido, en septiembre de 2024, nuevo presidente de Socidrogalcohol. Es miembro de la entidad desde el año 2000, actualmente es médico internista en el Hospital General de Valencia, donde trabaja desde 1998.
Como médico internista, desde la creación de la unidad de Toxicología Clínica del hospital en el que trabaja, ha desarrollado diferentes programas de abordaje del paciente con trastorno por uso de alcohol y otras drogas desde un punto de vista multidisciplinar. Trabaja siempre desde una visión global del paciente.
Aunque su principal actividad es el tratamiento por abuso de alcohol, se ha dedicado también al estudio de las nuevas sustancias psicoactivas, que constituye un gran problema sanitario en el que la formación de los profesionales sanitarios es muy necesaria.
Pregunta. ¿Cuál es la situación en España en cuanto al consumo de drogas?
Respuesta. Según las estadísticas del Plan Nacional Sobre Drogas, el alcohol es la sustancia tóxica más consumida en todas las edades. La siguiente es el tabaco con un 39% de los consumidores adultos. Le siguen los hipnosedantes con un 13’1%, pero con un marcado consumo entre mujeres adultas con un 16%. La cuarta sustancia más consumida es el cannabis con un 10’6%; y en último lugar la cocaína, que aunque su prevalencia es baja (2,4% anual), su impacto en términos de salud pública y criminalidad es significativo.
P. ¿Qué consumos preocupan más a los profesionales de las adicciones por ser un problema de salud pública evidente?
R. En primer lugar, destaca el abuso de alcohol al tratarse de la sustancia tóxica más consumida en España con una importante asociación en su consumo crónico a morbilidad y mortalidad. El alcohol, se asocia directa e indirectamente con más de 200 enfermedades y llega a estar implicado hasta en el 4% de la mortalidad mundial. Además, los patrones de consumo intensivo se asocian a importantes riesgos de accidentes y a gran cantidad de atenciones en Urgencias. Todo esto lo hace un importante problema de salud pública.
En 2022 la cocaína se mantiene como la droga ilegal que causó un mayor número de admisiones a tratamiento (47,6% del total), seguida del cannabis (27,4%) y los opioides (18,7%).
Por otro lado, la entrada en el mercado de las nuevas sustancias psicoactivas (NPS) destacando entre otros las catinonas, los cannabinoides sintéticos y los semisintéticos y reconociendo más de 950 nuevas sustancias, suponen un reto en cuanto al diagnóstico, monitorización y seguimiento de su consumo. Además, el aumento del consumo de hipnosedantes sin prescripción es una preocupación creciente, así como la evolución futura en el abuso de opioides.
Todas estas sustancias suponen un desafío para los profesionales de las adicciones.
P. Ya no solo consumo, España es también puerta de entrada de muchas sustancias que provienen de otras partes del mundo. ¿Se corresponden los decomisos con los problemas de consumo?
R. Efectivamente, España está situada en la ruta de entrada a Europa de cocaína y cannabis, a diferencia de otros países europeos
Respecto a los decomisos, entre 1998 y 2022, las incautaciones de cocaína en España han mostrado tres periodos: un aumento hasta un máximo en 2006 (49.650 kg), un descenso hasta 2016 (15.629 kg), y un nuevo repunte hasta 2022, con su máximo histórico de 58.334 kg. En cuanto al hachís, las incautaciones aumentaron hasta 2004 (796,8 toneladas), seguidas de una reducción paulatina hasta 2013, y estabilización en torno a 350-400 toneladas hasta 2019, aunque con fluctuaciones recientes (324,7 toneladas en 2022). Las incautaciones de heroína disminuyeron hasta 2005 (174 kg) y desde entonces se han mantenido estables cerca de 200 kg anuales.
Además, el número de decomisos de las NPS (nuevas sustancias psicoactivas) es claramente muy bajo y poco representativo para la cantidad de consumo que se está produciendo. Toda esta situación sugiere la necesidad de fortalecer las políticas de prevención, tratamiento y control de oferta, así como de detección y análisis para reducir los riesgos asociados a estas sustancias.
P. Socidrogalcohol surgió en un momento en el que las drogas eran la principal preocupación social del país, ahora estas aparecen en los últimos puestos de las preocupaciones que se recogen en el CIS, ¿esto es un problema a la hora de conseguir recursos económicos para poder atender bien a las personas con trastorno adictivo?
R. Efectivamente, esta disminución de la percepción como preocupación social ha ido influyendo en las decisiones e inversiones de las diferentes administraciones, aunque los recursos son muy heterogéneos entre las comunidades autónomas. El problema de los trastornos adictivos dista mucho de ser algo marginal o residual en el panorama sociosanitario. Constituye un gran problema de Salud Pública y nuestros representantes políticos deben ser capaces de diseñar, organizar, invertir y ejecutar todas aquellas medidas que contribuyan por una parte a la prevención en el consumo, a la educación sanitaria a la población, a la formación de los profesionales dedicados a estas patologías, a la asistencia a los pacientes en todas las etapas del tratamiento (consultas, hospitalización, rehabilitación), a potenciar la investigación, etc. El impacto tanto en coste sanitario, social y laboral de los trastornos por uso de alcohol, tabaco y drogas de abuso junto a las adicciones comportamentales es muy elevado. Pretender recortar gastos en la prevención, asistencia o reinserción de nuestros pacientes en un gran error que contribuye al aumento del gasto sanitario por los múltiples costes sanitarios de la inmensidad de enfermedades secundarias a su consumo, así como los costes laborales por incapacidad y los costes sociales.
P. ¿Cómo ha cambiado la realidad desde entonces?
R. Yo inicié mi carrera profesional en el campo de los trastornos adictivos y sus consecuencias durante el último periodo de la epidemia de la heroína en España. Aquella época fue muy complicada con unas consecuencias desastrosas en mortalidad, morbilidad y costes sociales. Actualmente vivimos una época diferente en la que coexisten los problemas de las drogas de abuso clásicas con la presencia de múltiples sustancias psicoactivas, con patrones de uso diversos y cambiantes, el fenómeno del policonsumo de sustancias, normalización del consumo de psicoestimulantes, escasa percepción del riesgo, el fenómeno del botellón y el “binge drinking”, la descripción de nuevas patologías secundarias al consumo de sustancias, el papel de internet y las redes sociales en la difusión y consumo, las adicciones comportamentales y un largo etcétera. Es un panorama difícil para todos los que estamos involucrados en la prevención y tratamiento.
P. ¿Cuál viene siendo el trabajo de la sociedad científica los últimos años?
R. Socidrogalcohol tiene una larga historia desde 1969 constituyendo una sociedad con una visión multidisciplinar de las adicciones en donde todos los profesionales implicados tienen cabida y las actividades que se realizan van encaminadas a mejorar la formación, generar foros de debate, visualizar a la sociedad el problema de las adicciones, apoyar y asesorar a las instituciones, colaborar con todos los medios de comunicación en la información sobre adicciones. Además, Socidrogalcohol ha creado vínculos con muchas universidades españolas y con grupos de investigación en red en donde sus profesionales son socios. Socidrogalcohol igualmente está presente y colabora con organismos internacionales tanto europeos como mundiales
P. ¿Qué retos presenta ahora que entra usted de presidente?
R. Avanzar en combatir la heterogeneidad del abordaje de los trastornos por uso de alcohol, tabaco y drogas por las diferentes comunidades autónomas. Continuar la lucha contra el estigma a nuestros pacientes. Normalización de la asistencia sanitaria y mejora de los recursos sociales. Mi visión es transversal en la asistencia: multidisciplinaridad. Es necesario lograr una buena coordinación entre todos los profesionales y niveles asistenciales.
Abrir Socidrogalcohol a todos los profesionales que de una forma u otra están implicados en el manejo de nuestros pacientes. Realmente no hay ninguna especialidad médica que no participe en el tratamiento y cuidados. Hemos de contar con ellos y trabajar conjuntamente. Esto implica la creación de puentes con otras sociedades científicas y generar proyectos de colaboración.
Hemos de mejorar la implicación de las administraciones, tanto para la asistencia a nuestros pacientes, sanitaria y social, como para las acciones de prevención de consumo, educación sanitaria y formación de los profesionales.
Soy consciente que no constituimos una prioridad para la mayoría de las administraciones públicas y las partidas presupuestarias que nos afectan son escasas comparadas con otras sanitarias. Los trastornos por uso de alcohol, drogas y tabaco con sus consecuencias son un problema de salud pública muy importante.
P. ¿Es consciente la sociedad de los riesgos o consecuencias del consumo de drogas?
R. Creo que la sociedad civil y sus administradores no son conscientes de la enorme repercusión en el coste sanitario y social de las consecuencias. Bastaría realizar un estudio un día cualquiera en un hospital para valorar en cada paciente el impacto de los consumos y sus patologías secundarias. Probablemente nos asustaríamos. Visibilizar esta realidad es muy importante.
P. ¿Qué otros retos tiene?
R. El esfuerzo en la prevención del consumo es fundamental. Como siempre comento, cuando a mí me llega un paciente en el hospital, hemos llegado tarde. Diseñar estrategias de prevención de consumo adaptadas a los tiempos actuales y a la realidad es un auténtico reto. Todos los interlocutores deben participar en ello.
La investigación es fundamental. Contamos con grupos de investigadores en diferentes centros con un alto nivel y experiencia y necesitamos que continúen siendo la locomotora investigadora, pero necesitamos sumar a los mismos nuevos grupos emergentes que aporten su trabajo y conocimiento.
Y para ello es imprescindible ilusionar y reclutar a todos los profesionales jóvenes que están iniciado su andadura. El relevo generacional no es un mito. Es una realidad a la que nos enfrentamos y que la administración no puede dar la espalda. Atraer a profesionales jóvenes al trabajo en el campo de las adicciones es fundamental para mantener estándares de calidad en la asistencia.
La formación de profesionales jóvenes y la formación continuada del resto de profesionales es fundamental y Socidrogalcohol continuará intentando mejorar y ampliarlas. He visto en las jornadas nacionales una gran afluencia de profesionales jóvenes, lo que nos motiva a continuar trabajando para despertar su interés en este campo y ofrecerles un foro de formación e intercambio de conocimientos.
Junto a los problemas crónicos con el alcohol, tabaco y drogas, el panorama del uso de sustancias y otros trastornos adictivos está en continua evolución y debemos prepararnos para afrontar este fenómeno.
Tenemos por delante un enorme reto y responsabilidad, pero juntos lograremos que Socidrogalcohol sea la sociedad científica multidisciplinar de referencia en este campo.
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