Bienestar

Recaída en el alcoholismo en verano: principales riesgos y cómo evitarlo

Un clima caluroso, el tiempo libre que no se suele tener el resto del año, los planes con amigos y familia, los conciertos, terracitas al aire libre, el querer aprovechar las noches de temperaturas agradables, etc. Todo el ambiente puede ser un disparador para la recaída. En verano se hace más vida hacia afuera y menos hacia adentro y se pueden dar situaciones que generen multitud de estados emocionales que pueden ir desde la euforia, pasando por el aburrimiento, o la ansiedad ante una presión social o de grupo que invita aun consumo que más tarde se castiga.

ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN

La identificación emocional es una de las mejores amigas de la prevención de recaídas. Vivir el momento presente y ser conscientes de que se siente en cada momento, ayuda a identificar un malestar. Se sabe que el consumo o cualquier otra adicción sin sustancia, muchas veces se sucede porque se busca evitar sentir emociones, sobre todo aquellas que de forma tradicional han sido etiquetadas como de negativas: tristeza, rabia, etc.

Es importante saber, que todas las emociones son válidas y necesarias, y que hay que vivirlas y aprender a transitarlas sin ‘anestesiarlas’. Para ayudar a tener esta vivencia del presente, se puede practicar meditación cada mañana al despertar, escuchar el cuerpo y la mente y observar el estado general sin juzgarlo. Tras la identificación, se debe aceptar el estado y prepararnos para convivir con él. Las emociones, son además transitorias, es decir, podemos levantarnos alegres y a lo largo del día, ir cambiando.

Para prevenir recaídas será importante también buscar actividades que sean incompatibles con el consumo, buscar un ocio saludable, como realizar ejercicio o deporte, leer libros o revistas, seguir alguna serie, realizar excursiones o visitas culturales, etc.

En Centro Acción, los profesionales recomiendan establecer ciertas rutinas u horarios también en esta época de vacaciones o estival, en la que los horarios habituales suelen desaparecer porque no hay obligaciones laborales. También nutrirse de tiempo con personas no consumidoras y que enriquezcan y permitan disfrutar de todo lo comentado con anterioridad.

ALCOHOLISMO

EL consumo de alcohol es el más normalizado, está totalmente integrado a nivel cultural y el incremento de la vida social en verano, puede dificultar a la persona mantenerse alejado de la sustancia.

Casi cualquier actividad se asocia con el consumo de alcohol. En la playa o en una terracita, se toman cervezas o un tinto de verano. Si se sale a comer, la copa de vino, etc. La realidad es que el alcohol no aporta nada ni a nivel nutritivo ni de salud física ni tampoco a nivel social.

Esta época puede ser extremadamente delicada, por este motivo, es importante trabajar en terapia de grupo o con profesionales, como los que hay en cualquier centro de tratamiento del alcoholismo, los posibles disparadores a evitar para prevenir la recaída.

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