Tratamiento de adicciones en Comunidades Terapéuticas
La adicción es un problema de salud silencioso y se debe principalmente al estigma que le rodea. La sociedad señala y castiga a la persona con trastorno adictivo y esto hace que la persona que lo sufre permanezca durante mucho tiempo sin acudir a tratamiento, por el miedo a ser señalado. Sin embargo, el cuadro adictivo se va agravando y va afectando cada vez más a la familia y al entorno social del enfermo. La persona con adicción deja de lado todos sus roles que le corresponden a nivel familiar, se rompe la comunicación, aparece la ocultación familiar de puertas hacia afuera y al final todos sus miembros acaban de una forma u otra afectados por la adicción. Aparecen entonces problemas de codependencia, depresiones, ansiedad, falta de confianza, etc.
La enfermedad requiere de un tratamiento de adicciones especializado y hay múltiples caminos: Existe la asistencia sanitaria habitual con las unidades de conductas adictivas o centros de atención a las drogodependencias, existen los centros de día y el apoyo de las ONG en forma de asociaciones que funcionan con a ayuda mutua, algunas de ellas bajo el anonimato y otras no, y también está la opción del ingreso residencial en Comunidad terapéutica. Esta última opción se suele reservar para solucionar el problema cuando es grave.
INGRESO RESIDENCIAL EN COMUNIDAD TERAPÉUTICA
La ventaja principal del ingreso es que se trabaja en un cambio de estilo de vida, algo imprescindible en la rehabilitación de una adicción. Hay que tener en cuenta que las personas que padecen una adicción grave suelen presentar problemas de higiene, de autocuidado, de autoestima, de alimentación, de carencia de ocio saludable alternativo al consumo o conducta adictiva, etc. La Comunidad terapéutica marca unas rutinas basadas en ese cuidado de uno mismo, establece horarios, comidas saludables, realización diaria de ejercicio físico adaptado a las necesidades de cada persona, espacios de conciencia plena con la realización de meditaciones o mindfulness, y tareas a desarrollar de hábitos diarios necesarios como: hacer la comida, lavar la ropa, comprar, hacer la cama, ducharse, etc. Todo esto combinado con la necesaria tarea terapéutica con terapias individuales y de grupo; y focalizado en la reinserción social de el/la enfermo/a y sus familias.
ELECCIÓN DEL CENTRO
Es importante que el centro o comunidad terapéutica cuente con la acreditación del Ministerio de Sanidad, quien debe revisar la calidad del programa terapéutico que se aplica. Llaurant la Llum es un centro con profesionales de distintas especialidades, que trabajan en conjunto por la recuperación y rehabilitación de la persona. Se requiere de un equipo multidisciplinar conformado por médicos, psiquiatras, psicólogos, educadores sociales, trabajadores sociales, etc. al tratarse de una enfermedad de afectación biológica, psicológica y social. También es importante que el centro tenga un entorno que fomente la tranquilidad en contacto con la naturaleza, la calma y que sea posible realizar las actividades terapéuticas adecuadas, lo que también encontramos en Llaurant la Llum.
Los tratamientos con ingreso residencial en comunidades terapéuticas son los que mejores resultados consiguen en la recuperación, rehabilitación y reinserción total de pacientes.
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