El botellón tiene implicaciones graves para la salud de los jóvenes más allá de la suciedad y el ruido
La sociedad científica Socidrogalcohol se reúne en sus XLVIII Jornadas Nacionales y III Congreso Internacional desde hoy 21 de octubre y hasta el próximo sábado 23 de octubre en el hotel NH Collection Barcelona Constanza en Barcelona y acoge, entre personas asistentes de forma presencial y las registradas de forma online, a unas 600 personas del campo de las adicciones.
Los temas que se abordan son diversa naturaleza y multidisciplinares, ya que la entidad está formada por campos diversos como la psicología, psiquiatría, enfermería, medicina, etc. El consumo de alcohol en menores de edad es un problema que lleva años preocupando a los profesionales de la sociedad y se aborda desde distintas perspectiva en cada una de las ediciones: “No es un tema nuevo”, asegura el presidente de Socidrogalcohol, Francisco Pascual, “sin embargo, nos parece importante hablar de este tema porque el foco mediático está ahora muy puesto en los comportamientos que los jóvenes hacen en los macrobotellones, y consideramos que se debe ir más allá de la simple denuncia de la suciedad, el ruido, los actos vandálicos de una minoría y las molestias vecinales, que son legítimas y también deben ser recogidas desde el periodismo”.
Para ello, Javier Goti, presidente de la Junta Autonómica de Socidrogalcohol en Euskadi y Coordinador de Consultas externas del Servicio de Psiquiatría IMQ-AMSA en Bilbao, ha explicado las consecuencias del consumo de alcohol en edades tempranas en las que el desarrollo del cerebro no se ha completado.
La evidencia científica sugiere que el abuso de alcohol en adolescentes se asocia a un empobrecimiento de algunas funciones cognitivas y neuropsicológicas incluyendo problemas en el aprendizaje, en la memoria, en la función visual y espacial, y en las funciones ejecutivas (tales como la atención, la velocidad psicomotora y la inhibición de repuestas). El consumo de alcohol durante la adolescencia tiene efectos negativos en los proceso madurativos que se producen en el Sistema Nervioso Central durante esta etapa, pudiendo afectar tanto a la organización y estructura del cerebro, como a aspectos funcionales (como la actividad cerebral durante las tareas de funcionamiento ejecutivo, control de la atención y sensibilidad a la recompensa; estos efectos además pueden perdurar en al vida adulta. (Fuente: Effect of alcohol use on the adolescent brain and behavior). A su vez, el consumo abusivo de alcohol en la adolescencia se asocia a diversos efectos negativos a nivel psicosocial, tales como un mayor riesgo de desarrollo de trastorno por uso de alcohol y/o otras sustancias, mayor riesgo de morbimortalidad vinculada a accidentes o episodios de violencia y de conductas sexuales de riesgo (Rdeucing underage drinking)
La percepción de riesgo por parte de la población general, y de los jóvenes en concreto, tiene mucho que ver en estos consumos. Hay una normalización de las bebidas alcohólicas desde el mismo momento del nacimiento y una correlación de su consumo asociada a ‘comer bien’ (nutrición, gastronomía) y a pasarlo bien (para ir de fiesta hay que beber). Los adolescentes simplemente replican lo aprendido. Sin embargo, los adultos ponemos el foco en culpabilizar su comportamiento.
ORÍGEN DEL CONSUMO. EL POR QUÉ
Hay que buscar las causas. Desde Socidrogalcohol ya se realizó un estudio sociológico que pretendía a nivel nacional (y por autonomías) conocer los porqués del consumo de alcohol: ‘Con los primeros consumos de alcohol se busca pertenecer al grupo de iguales, temen sentirse excluido y por tanto reciben la presión de grupo. Como es un ritual de iniciación buscan el despertar de su adultez, experimentar con modelos adultos. Una vez conocidos los efectos se busca la desinhibición, como facilitador de habilidades sociales, aumentar la interacción social, entablar conversaciones, permanecer en la felicidad, facilitar acciones que sólo se permiten bajo los efectos del alcohol’.
Yoana Monzonís, presidente de Socidrogalcohol Comunidad Valenciana y socióloga que trabaja en una Unidad de Prevención Comunitaria en Conductas Adictivas en el territorio valenciano, reflexiona acerca del modelo que los adultos dan a los jóvenes: “no podemos pedir responsabilidad a otros si nosotros no somos responsables. Los jóvenes imitan el tipo de diversión y socialización que realizan los adultos Los adolescentes de hoy están conviviendo durante toda su vida con el consumo de alcohol de sus padres y adultos referentes más cercanos a casa”.
Además, la pandemia, les ha coartado su libertad de movimiento y sociabilización en un momento en el que ellos y ellas necesitan más que nunca socializar. Pero más allá de esta evidencia, Monzonís asegura que recibimos de forma constante el mensaje de que ‘hemos perdido un año’: “la pandemia no ha sido un año perdido, ha sido un año donde se han vivido otras cosas, otras emociones difíciles de gestionar o desagradables, que en muchas ocasiones intentamos evitar”. Desde su experiencia, la socióloga afirma que “al trabajar con adolescentes durante la pandemia y después nos han devuelto, la mayoría que ha sido un tiempo rico y valioso con las figuras adultas de la familia que no compartían, y les ha gustado. Y en el cual no consumían y sentían felicidad. Pero al intentar volver a la “Normalidad” no solo se han quitado restricciones, sino que se ha vuelto a someter a los adolescentes al ritmo anterior, con la falacia del mensaje que han de “recuperar el tiempo perdido”. Y el significado y el mensaje implícito que eso conlleva. La exigencia de divertirse bajo un modelo establecido y aprendido, como anteriormente se ha dicho asociado diversión, con alcohol”.
“Es responsabilidad de todos trabajar para mejorar la prevención e incrementar la percepción del riesgo. La educación en casa, en la familia y en las escuelas es importante, toda la comunidad debe implicarse, ahí reside el éxito de programas preventivos exitosos como el de Islandia. Y los medios de comunicación tienen mucho que decir en todo esto porque son los que contribuyen a través de sus mensajes a crear una imagen social de la juventud y del problema. Es importante que el foco se ponga en la salud de ellos y ellas, en la salud pública y que se ahonde en los porqués”, concluye contundente el presidente de la entidad.
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