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Detrás del ESTUDES…¿Qué les pasa a los jóvenes?

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Movimiento Friday For Future / Fotografía cedida por elCugatenc

Movimiento Friday For Future / Fotografía cedida por elCugatenc

Hace ya un par de semanas o poco más, que se publicaba la encuestas ESTUDES 2018-2019. Mi agenda no me ha permitido ponerme a analizar hasta el momento los datos, pero me gusta mirarlos con calma y plantearme los porqués.

En primer lugar, una de las cosas que más me han llamado la atención es el consumo de hipnosedantes en las adolescentes mujeres, tanto con como sin receta. Un 15% de las adolescentes los han consumido en el último año y yo me pregunto el motivo. ¿Qué estamos haciendo mal para que jóvenes de entre 14 a 18 años tengan que recurrir a los hipnosedantes para llevar mejor su día a día? ¿Es por ansiedad, es porque no pueden dormir por a noche? ¿Son las preocupaciones? ¿Son los problemas que les sobrepasa y no saben llevar? ¿No les parece grave a estas edades se estén dado estos consumos en esta sustancia? La edad de inicio en el consumo también llama la atención, pues es de 14 años, la misma que para el alcohol y el tabaco.

El alcohol sigue ahí abanderado del primer puesto, y las mujeres de nuevo se posicionan por delante de los hombres. Sabemos que en muchos casos ese consumo se hace también para la evasión de la vida real, para relacionarse mejor con los demás, para sentirse integrada en el grupo. De nuevo, me observo que las carencias que subyacen al consumo tienen un arraigo relacionado con los valores y la gestión emocional.

Otra de las cuestiones que me han llamado la atención es que prácticamente todas las drogas, menos la cocaína-luego hablaremos de otros comportamientos adictivos como el juego- han incrementado su consumo, aunque sea un poco.

El alcohol pasa de 76’9% en mujeres (últimos 12 meses) a 77’5%. En hombres hay una caída a penas representativa, del 74’3% al 74’1%. Aumentan también las borracheras, que pasan de 31’7% a 32’3%. La venta se realiza en bares y pubs en primer lugar y supermercados en segundo lugar, seguido de las discotecas; a pesar de que hablamos de edades en las que está prohibida su venta por ley.

El tabaco pasa a ser consumido (últimos 12 meses) de un 34’7% a un 35% y lo han probado alguna vez en la vida un 41’3% frente a un 38’5% en 2016 (anterior encuesta ESTUDES). Aquí me detengo y es que sí he observado que durante las anteriores generaciones había una clara visión negativa sobre el consumo de tabaco, que aunque sigue siendo así en parte de la población juvenil, sí que he observado que empieza a cambiar de nuevo. Se debe esto, creo que ya lo hemos comentado y publicado en InDependientes, a que tal vez ha habido una relajación en las campañas realizadas tras la aplicación de la famosa ley antitabaco. Sería una pena que esos esfuerzos revirtieran y volviéramos atrás en el tiempo. El consumo diario de tabaco también ha subido hasta un 10’3% en mujeres (venimos de un 9% en 2016) y un 9’4% en hombres (venimos de un 8’6%). Es cierto que está lejos del 28% en mujeres y 19 en hombres del año 1996, sin embargo la bajada ha sido bianual en cada encuesta hasta esta edición del 2018-2019.

Lo que más me ha preocupado, seguramente después de los hipnosedantes, con los que arrancaba el artículo, es el uso de cigarrillos electrónicos, que se ha disparado respecto a los datos del 2016. Solo tenemos 3 datos medidos en 2014 (18’8% mujeres y 15’2% hombres), en 2016 (22’6% mujeres y 17’5% hombres) y 2018, con un espectacular 52’4% de las mujeres y un 44’5% de los hombres que consumen tabaco que lo hacen ya en forma de cigarrillo electrónico. ¿Se debe esto a la aparición de nuevos dispositivos por calentamiento del tabaco y a la publicidad y marketing tan potente que de nuevo estamos pudiendo ver?

Seguimos con los incrementos, en este caso el cannabis. Un 33% han consumido cannabis alguna vez en la vida frente al 31’1% del 2016. En este caso son los hombres los que presentan un mayor consumo. Preocupa que la prevalencia de consumo problemático es ya de un 4’3% en hombres (frente a un 3’7% en la encuesta anterior) y un 2’5% en mujeres (frente a un 2% en la encuesta anterior).

Y por fin llegamos a la cocaína, que baja, aunque no de forma tampoco demasiado significativa, pero es la única sustancia que aja en consumo. Pasa a un 3’9% después del 4’1% del 2016 en hombres y un 1’9% de un 2’2% en mujeres. También aquí, los hombres consumen más que las mujeres.

El resto de drogas: éxtasis, metanfetaminas, setas mágicas, anfetaminas, anfetaminas, heroína, etc. se sitúan por debajo de un 1-2% y aunque su prevalencia es poca, es cierto que todas incrementan alguna décima.

El riesgo que se percibe por parte de los jóvenes es que las más peligrosas con para ellos: la heroína, el éxtasis, el tabaco y los hipnosedantes por ese orden. La buena noticia es que se incrementa la percepción de riesgo de consumir 5 o 6 cañas o copas durante el fin de semana. La mala que baja la percepción de riesgo del cannabis de forma considerable.

Lo que está claro es que, a mayor disponibilidad, mayor es el consumo. Y que las mujeres jóvenes consumen más drogas legales y los hombres más drogas ilegales.

Pasamos ya a las adicciones comportamentales, recién añadidas a esta encuesta. El uso compulsivo de internet es del 20%, por sexos las mujeres (23’4%) de nuevo van por delante de los hombres (16’4%). Es cierto que los chicos apuestan más que las chicas, un 17’4%, frente al 3’6% de las chicas. También en lo presencial, un 30’7% frente a un 15’3%. Insistimos, como en el alcohol, que hablamos de menores de edad, que en teoría no podrían acceder a las apuestas hasta los 18 años. Los chicos presentan también más prevalencia a la hora de jugar a videojuegos (96%) que las chicas (69%). Las chicas, por tanto, están, aunque no lo especifique en esta encuesta, online para utilizar las redes sociales.

¿Qué subyace pues a todo esto? ¿Por qué se incrementan los consumos? ¿De qué se quieren refugiar o huir nuestros jóvenes? ¿Qué estamos haciendo mal como sociedad para que sientan estos vacíos existenciales y prefieran recurrir a consumos o comportamientos compulsivos que les aíslen de la realidad?

¿Falla el sistema educativo? ¿Falla la familia? ¿Falla la sociedad? ¿Falla la prevención? ¿Fallan los profesionales sanitarios? ¿Falla el sistema? Probablemente es un poco todo. Estos datos no nos deben alegrar mucho, pero por lo menos que nos sirvan para plantearnos soluciones para que no empeore la situación. No me vale que nos quedemos en un simple: «Los jóvenes de hoy en día…», esta frase se repite desde tiempos inmemoriales. Los jóvenes de hoy en día también son pro activos, no hay nada más que ver movimientos sociales como el ‘Friday For Future’, en el que los jóvenes han tomado la delantera para hacer frente a la crisis climática sin precedentes que ya nos está viniendo encima. Tienen motivaciones, anhelos y ganas de ser mejores. No son entes individualizados y preocupados por sí mismos. No nos fallan ellos, creo que les fallamos nosotros.

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Editora de la Revista InDependientes. Además periodista en gabinete de prensa de Socidrogalcohol y CAARFE. Monitora y periodista en GARA Alcoy. Colaboradora en Ara Multimèdia y columnista en Radio Alcoy-Cadena Ser. Miembro del Instituto de Investigación en Drogodependencias de la UMH y secretaria técnica de la publicación Health and Addictions. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.

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Mireia Pascual Mollá
Editora de la Revista InDependientes. Además periodista en gabinete de prensa de Socidrogalcohol y CAARFE. Monitora y periodista en GARA Alcoy. Colaboradora en Ara Multimèdia y columnista en Radio Alcoy-Cadena Ser. Miembro del Instituto de Investigación en Drogodependencias de la UMH y secretaria técnica de la publicación Health and Addictions. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
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