Completa guía de seguridad en Internet para mujeres
Fuente: VPNMENTOR.COM
¿Alguna vez has sido acosada en la calle? ¿Recibido un mensaje grosero en una aplicación de citas? ¿Un compañero de trabajo te ha hecho un comentario que no estaba bien sobre tu apariencia?
No eres la única.
Con el movimiento #MeToo, es fácil iniciar sesión en Twitter o Facebook y ver la cantidad de mujeres que son víctimas de acoso sexual. Ya sea en persona u online, mujeres de todas partes lo han sufrido de un modo u otro. Y con todos los nuevos modos de comunicarse que ha abierto Internet, el acoso online es más frecuente que nunca.
Según un estudio por Pew Research Center, la mayor parte del abuso en Internet tiene lugar en redes sociales. Aunque los hombres también están sujetos al acoso en Internet, el cual incluye insultos, burlas y amenzas físicas, el estudio concluyó que en Internet las mujeres son más del doble de propensas a sufrir acoso sexual que los hombres.
Además, más de la mitad de las mujeres de entre 18-29 afirman haber recibido imágenes sexuales explícitas sin su consentimiento.
Esta cifra está creciendo, y aunque el 70% de las mujeres considera el acoso online un grave problema, no muchas saben cómo evitarlo.
Las mujeres suelen sufrirlo simplemente por ser mujeres. Los ataques suelen ser sexuales o misógenos, y la retórica suele centrarse en sus cuerpos y ser violencia sexual. Esto daña tanto física como emocionalmente, y las mujeres suelen ser intimidadas y responder con silencio, prefiriendo ignorar el tema a ponerse en un riesgo mayor.
Sin embargo, existen modos de protegerte.
Esta guía está escrita con la intención de dar poder a las mujeres para que puedan navegar por Internet sin miedo. En ella hablamos de hechos comunes en los que las mujeres están sujetas a acoso en su vida diaria (en redes sociales, en el trabajo, en una cita…) y ofrecemos consejos sobre cómo tomar el control.
Es importante mencionar que parte de los consejos aquí mostrados recomiendan el anonimato en lugar de arriesgarse a ser un objetivo. Aunque podría parecer que es opuesto a animarles a expresarse, creemos que todas las mujeres deberían elegir por sí mismas.
Nuestro trabajo es ofrecerte las herramientas que necesitas para hacerlo.
Esperamos que esta guía anime a mujeres de todas partes a defenderse y protegerse, y a plantar cara frente al acoso sexual tanto en Internet como fuera.
El acoso en las redes sociales
La mayor parte del acoso online tiene lugar en redes sociales, cosa que tiene sentido dado el tiempo que pasamos hoy en día en estas plataformas. Redes sociales amplias combinadas con anonimato dan lugar a una realidad en la que cualquier cosa que publiques, tuitees o compartas te expone a abuso pontencial.
A continuación profundizamos en las plataformas de redes sociales más populares y te mostramos cómo protegerte de pesados, trolls y stalkers (acosadores).
Debido a su naturaleza pública, Twitter es una de las redes sociales en las que más tiene lugar el acoso. Y no hablamos sólo de celebridades y personalidades públicas; existe infinidad de historias de personas corrientes que han sido atacadas, a menudo simplemente por expresar su opinión respecto a cuestiones políticas o feministas.
De hecho, Amnistía Internacional publicó un informe criticando a Twitter por no tomar las medidas adecuadas respecto al acoso a mujeres. El estudio muestra a docenas de mujeres que relatan el abuso que sufrieron en Twitter, muchas citando respuestas inaceptables de la red social tras haber informado de los incidentes.
A menudo el resultado suele ser el silencio, optando las mujeres por simplemente no plantar cara por miedo a recibir aún más acoso. Muchas mujeres acaban censurándose a sí mismas o abandonando la plataforma; para algunas personas, especialmente periodistas y activistas, esto puede ir en detrimento de sus carreras.
Las cosas se alcanzaron un punto álgido en octubre de 2017 cuando una serie de alegaciones de asalto sexual de personas famosas apareció bajo el hashtag viral #MeToo. El hashtag, utilizado por mujeres para identificarse a sí mismas como víctimas de acoso y/o asalto sexual, circuló por todo Twitter en cuestión de horas y dejó muy claro lo frecuente que son estos incidentes.
Poco tiempo después, la cuenta de la actriz Rose McGower fue suspendida temporalmente tras haber tuiteado una serie de alegaciones en contra del depredador sexual Harvey Weinstein y varios peces gordos de Hollywood que ella afirmaba que se lo permitían. La violación del servicio citó que uno de sus tuits incluía un número de teléfono privado.
Pero con tantos tuits abusivos contra las mujeres que no acaban en cuentas suspendidas, muchas mujeres tuvieron suficiente. La ira resultante dio lugar al hashtag #WomenBoycottTwitter, el cual animaba a las mujeres a boicotear la plataforma durante un día en señal de solidaridad.
Twitter afirma haber mejorado su sistema de tratamiento de informes de abusos, pero el problema sigue existiendo; no obstante, existen medidas que las mujeres pueden tomar para reducir las posibilidades de ser objetivo de acoso.
Rachel no se lo pensó dos veces cuando hizo clic afirmando estar interesada en acudir a un concierto de uno de sus grupos favoritos durante una sesión habitual en Facebook. Se emocionó muchísimo cuando uno de los miembros del grupo le pidió amistad y empezó a enviarle mensajes privados.
La conversación empezó como algo casual, pero pronto él empezó a hablar de su foto de perfil, diciéndole que le gustaba que a ella no le importara que se le viera el pezón.
Espera… ¿Qué?
En su foto de perfil no se le veía el pezón. ¿O sí? Rachel llevaba dos años con esa foto de perfil y nadie nunca le había dicho nada. Rachel examinó cuidadosamente la foto. ¿Tal vez lo que vio fue una sombra de su top?
Le dijo que se equivocaba e intentó explicar la sombra, otorgándole el beneficio de la duda. Pero él seguía insistiendo y pronto comenzó a pedir fotos de desnudos.
Mirando atrás, Rachel sabía que debió haber terminado la conversación ahí y bloquearle, pero en aquel momento sólo parecía un malentendido. Al fin y al cabo era una foto provocativa, ¿no? Tal vez debería haber esperado este tipo de reacción.
Ella intentó dirigir la conversación una vez más hacia el tema musical y del concierto, pero él era como un perro con su hueso y no dejó de pedir más fotos. Finalmente ella dejó de contestar, pero se sintió extraña durante unos días, preguntándose qué habría estado pensando la gente de ella todo ese tiempo.
La historia de Rachel no es tan sorprendente: no es violenta ni se violó a nadie. Más bien suena como un encuentro habitual en redes sociales. No obstante, es la banalidad de la situación lo que hace que sea tan triste. Todos los dias las mujeres sufren peticiones extrañas de desconocidos y acaban preguntándose qué hicieron para ocasionarlo, y tienen que seguir adelante sabiendo que aunque sólo están intentando vivir sus vidas, otros las miran como objetos.
Los estudios muestran que el impacto de este tipo de interacciones es especialmente severo para las mujeres; es más del doble de probable que las mujeres describan su última experiencia de acoso como MUY traumática en comparación con los hombres.
Y pedir fotos subidas de tono sólo es una de las miles de caras del acoso por Facebook. Las mujeres a menudo reciben mensajes abusivos y fotos de penes no solicitadas, y no es poco común ser etiquetadas en fotos degradantes o incluso que se creen perfiles falsos con sus nombres y fotos.
Instagram y SnapChat
Las fotos no fueron lo único que cambió cuando Instagram se lanzó en 2010 y SnapChat en 2012. El acoso en Internet también lo hizo.
Al hacer tus fotos públicas, cualquiera puede comentar en ellas. Aunque es difícil entender por qué dedicaría alguien su tiempo a ser un troll, existen personas que se pasan el día buscando fotos para insultar a otras personas. Comentarios humillantes públicos y DMs (la versión de Instagram de los mensajes privados) con lenguage vulgar y explícito plagan millones de cuentas cada día.
Además de al trolling, muchas mujeres son susceptibles al “porno de venganza”, fotos de penes, y otra fotografía explícita no consentida.
Con diferentes técnicas puedes contraatacar e incluso evitar que se ocurran algunos de estos escenarios. Sí, los trolls y los imbéciles encontrarán un modo de atacarte si son suficientemente persistentes, pero tomando las siguientes medidas puedes hacérselo mucho más difícil.
Acoso en el trabajo
Por desgracia, el acoso también es común en el entorno laboral. Según un estudio, una de cada tres mujeres de edad entre 18-34 ha sufrido acoso en el trabajo. 25% de esas mujeres fueron acosadas por mensajes de texto o emails, y el 71% de ellas no denunció el hecho.
Sólo podemos especular sobre los motivos, pero uno podría ser que el acoso sexual no está claramente definido.
Sin embargo, algunos ejemplos de acoso sexual incluyen:
1.Compartir imágenes o vídeos sexualmente inapropiados.
2.Enviar cartas, textos o emails con contenido sugerente.
3.Contar chistes obscenos o anécdotas sexuales.
Pero ¡hasta estas cosas son ambiguas! Si alguien envía una foto de un pene, eso claramente es acoso sexual, pero en el caso de un comentario podría tratarse de malinterpretación.
Por tanto, ¿cómo saber si podría tratarse de acoso sexual?
Para cuando no estés segura, piensa en cómo te sientes. ¿Te hizo sentir incómoda el comentario? ¿Hay algo raro detrás de él? Si fue así, lo más probable sea que exista una intención subyacente que podría considerarse acoso sexual.
Acoso sexual en el trabajo
El acoso sexual tiene muchas formas, y cuando es en Internet suele ser aún menos obvio – pero ocurre. Si te encuentras en una situación profesional en la que te sientes incómoda, deberías empezar a grabarla inmediatamente. A menudo, los incidentes mayores surgen a raíz de una serie de incidentes menores, los cuales si no se documentan adecuadamente no serán útiles como pruebas.
Incluso si no estás segura de si un encuentro cuenta como acoso o no, es mejor tratarlo como tal por si la situación empeora y eventualmente decides tomar acción.
Acoso sexual cuando trabajas por cuenta propia
Si eres autónoma y sufres un encuentro inapropiado, dado que no hay a quién informar, tienes que gestionar la situación por ti misma.
Esto es exactamente lo que le ocurrió a Ariel, una música que recibió mensajes sexuales de otro profesional de su sector. Tras recibir comentarios sobre cómo se mueve cuando toca, Ariel respondió “no seas un capullo”, a lo que el acosador contestó “Me encanta cómo hablas.”
Aunque Ariel decidió no avergonzarlo públicamente, sí respondió que sus comentarios eran provocativos y agresivos. El acosador discrepó y ahí se quedó el asunto.
Ariel sintió que enfrentarse al acosador de cara fue fortalecedor y motivador. A otras personas podría parecerles que el mejor modo de salir bien paradas es ignorar a los acosadores; no existe una foma correcta o incorrecta de abordar el acoso en este escenario. Es decisión tuya.
Acoso sexual en LinkedIn
LinkedIn, una plataforma online profesional y de negocios, por desgracia también se ha convertido en un medio en el que se da el acoso sexual. Aunque la política de LinkedIn prohibe toda forma de acoso, no hay modo de que la plataforma lo evite; por desgracia, el acoso sexual sigue ocurriendo en ella a diario.
Al ser una web de contactos (profesionales), algunos la tratan como una web de citas. Entre otras quejas, mujeres han denunciado a hombres que les enviaban mensajes inapropiados y hacían comentarios obscenos sobre su apariencia basándose en su foto de perfil.
Otro problema potencial: tu currículum.
Muchas personas suben su currículum sin considerar que su dirección de email y número de teléfono aparecen en la cabecera. A menos que quieras que todo Internet tenga acceso a esa información, elimínala de la versión que publicas en la red.
Para algunos hombres, llamadas de teléfono pidiéndoles una cita podría no parecerles acoso sexual, pero en el caso de mujeres que reciben llamadas de desconocidos, desde luego lo es.
Ese es el problema. Ya que la mayoría del acoso no es tan descarado, es más difícil para las mujeres validarlo y denunciarlo. No obstante, aunque no puedes evitar que hombres pesados te envíen mensajes en LinkedIn, existen formas de protegerte.
Las citas en Internet y el acoso sexual
Kylie* llevaba un mes chateando con Marco tras haber conectado en OKCupid, pero aún no se habían visto en persona. Una noche, después de una hora de mensajes cada vez más coquetos, Marco sugirió pasar a un contacto más visual – quería tener sexo a través de Skype.
Al día siguiente, Kylie se horrorizó cuando uno de sus amigos la llamó para contarle que había recibido una grabación del encuentro. Una hora después, Kylie recibió un mensaje de Marco: o pagaba o la grabación sería enviada a más personas de su círculo social.
En el mundo de las citas online es donde las mujeres son más vulnerables a acoso cibersexual.
Esto se debe a que, a diferencia de la mayoría de redes sociales, los sitios de citas son donde acudes con el propósito específico de conocer extraños y potencialmente tener contacto íntimo. Mientras que en otras webs ajustes de privacidad estrictos pueden actuar como escudo, en las webs de citas estas formas de mantenerte segura resultarían en otro solitario sábado por la noche.
Aunque se supone que las aplicaciones de citas deben ser divertidas, también son famosas por dar lugar a algunos encuentros bastante incómodos.
Por ejemplo, Esme* conoció a Raphael en la app Happn. Después de chatear en la app, la conversación paso a WhatsApp, pero cuando Esme echó un vistazo a su foto de perfil, se dio cuenta de que Raphael era distinto y su perfil no coincidía con el de la app de citas. Al no querer una confrontación, Esme dijo a Raphael que tenía algunos temas personales que tratar antes de estar lista para quedar en persona. En lugar de aceptar su explicación, él comenzó a bombardearla con preguntas agresivas sobre dónde estaba y con quién.
Al final, Esme terminó bloqueándolo y denunciándolo a Happn. Sabiendo que él la buscaría en redes sociales, Esme también lo bloqueó en Facebook, WhatsApp e Instagram. Y cuando intentó llamarla, también bloqueó su número. Tanto si Raphael finalmente lo entendió (improbable) o simplemente le resultó demasiado difícil mantener el contacto, Esme fue capaz de detener el abuso – pero no todas las mujeres tienen esta suerte.
Lo que le ocurrió a Esme es conocido como catfishing – cuando alguien se hace pasar por otra persona en Internet utilizando fotos y perfiles falsos. Aunque Esme fue capaz de ver que la persona del perfil de Happen era diferente de la persona del perfil de WhatsApp, la mayoría de catfishers son suficientemente listos para ocultar mejor sus huellas.
De forma similar, es bastante fácil convertirse en cómplice de un catfisher sin saberlo.Observemos el caso de Cori*, por ejemplo. Un día recibió una llamada de una amiga diciéndole que su foto de perfil de Facebook estaba siendo usada en el perfil de citas de otra persona. Cori denunció el perfil falso y éste fue borrado, pero ¿quién sabe cuántas personas vieron su cara y la información hasta ese entonces?
Por desgracia, no existe forma de conocer gente en Internet y al mismo tiempo estar segura de que nunca vas a ser víctima. Sin embargo, existen formas de protegerte a ti misma.
Sexting seguro
La mayoría de adultos están familiarizados con el sexo seguro, pero seguro que no dedican el mismo cuidado al tener sexting seguro.
Esto es especialmente importante en la actualidad dado que el sexting es cada vez más popular. De hecho, según un estudio, casi la mitad de los adultos encuestados afirmaron practicar el sexting.
Sin embargo, el hecho de que muchas personas lo hagan no significa que no tenga riesgos. Las historias de “porno de venganza” y de hacks que han expuesto fotos íntimas son muy comunes. No es difícil imaginar cómo podría afectar a tu vida profesional y personal que tus fotos íntimas cayeran en las manos equivocadas.
La respuesta fácil sería decirte que dejaras de hacer sexting, pero no vamos a hacer eso. El sexting puede ser una parte divertida y gratificante de tu relación o vida privada y no estamos aquí para evitarte buenos momentos.
Lo que vamos a hacer es ofrecerte unos consejos sencillos sobre cómo hacerlo de forma segura. Algunos parecerán de sentido común, pero también vamos a profundizar en soluciones más técnicas para que puedas relajarte cuando tu smartphone empiece a calentarse.
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