Entrevista a Jorge Cavia, musicoterapeuta en adicciones
«En la musicoterapia se trata de expresar sentimientos y darle más importancia a la parte emocional que a la intelectual»
Jorge Cavia empieza trabajando en la prisión de Burgos como profesor de música. La poca atención que recibía por parte de sus alumnos le hizo plantearse que necesitaba algo más allá de enseñar las notas musicales y descubrió en su búsqueda la musicoterapia. A día de hoy trabaja en la Fundación Hugo Pomar, aunque su trayectoria profesional ha estado en diversas ocasiones relacionada con la musicoterapia en las adicciones.
Pregunta. ¿Qué objetivos persigue la musicoterapia?
Respuesta. Los objetivos de la musicoterapia van a depender de la persona, no es lo mismo trabajar con personas que se encuentran en una comunidad terapéutica, que con personas que están en situación de calle. En los primeros se busca una rehabilitación y en los segundos puede que lo que se busque sea una reducción de daños.
P. ¿Cómo se trabaja en grupo?
R. Cuando se trabaja en grupo una de las cosas más importantes que se trabaja es la parte social, cómo se comunican unos con otros, cómo se expresan a través de la improvisación de instrumentos. Esta es una de las partes más interesantes.
Los objetivos de la musicoterapia van a depender de la persona
Los objetivos de la musicoterapia van a depender de la persona
P. ¿Y a nivel individual?
R. Mi experiencia es que suele ser en grupo, a mí me suelen llegar a través de servicios como Cruz Roja por lo tanto siempre hay un equipo detrás, no suelo trabajar a nivel individual. Uno como musicoterapeuta llega hasta ciertos puntos, pero esto es un trabajo en equipo, estamos cada uno aportando sus partes.
P. ¿Para qué sirve la musicoterapia en las adicciones?
R. Es similar a la utilidad con otras enfermedades. Tiene la capacidad de contener, de conseguir relajación, y con eso podemos trabajar con la ansiedad y con la relajación muscular porque suele haber mucha tensión corporal en este caso en concreto. Entonces a través de los instrumentos o de recibir música, o jugando con ella a través de movimientos, pues vamos a poder trabajar esa parte corporal y disminuir esa tensión y esa ansiedad. Y lo que comentaba del trabajo en grupo con los instrumentos, se trata de expresar. Los objetivos no son musicales sino terapéuticos. Entonces ya depende un poco de las habilidades del musicoterapeuta para que no se repitan las frases: ‘ay es que yo no sé tocar’, ‘yo no valgo para esto’. Se trata de expresar sentimientos y darle más importancia a la parte emocional que a la intelectual. Muchas veces sabes que los sentimientos están ahí escondidos y sabes que en ellos está la clave.
P. Supongo que ambas partes están un poco conectadas, ¿no? ¿La parte intelectual también influirá en la emocional y al revés?
R. Sí, claro, por supuesto. Hay una parte que sería más inconsciente que sería trabajar con la música, ya sea improvisándola o recibiéndola, por ejemplo poniendo música clásica y viendo las imágenes que te van viniendo. Esta es una forma de conectar con la parte inconsciente para ver qué hay ahí. Es una parte misteriosa e incomprensible y lo que hacemos es traerla para ver cómo ese subconsciente está presente en nuestra vida y aprender a comprender algo.
Esta disciplina tiene la capacidad de contener y de conseguir relajación
Esta disciplina tiene la capacidad de contener y de conseguir relajación
P. ¿Cómo se enseña o cómo se aprende la musicoterapia?
R. En la escuela, en los diferentes masters. Se aprende tocando, haciendo música, haciendo un trabajo personal como terapeuta y estudiando mucho. Y aprender esa parte musical con la que vamos a ayudar a la persona a que saque todo lo que tiene.
P. ¿Qué aplicaciones prácticas tiene la musicoterapia en el proceso de rehabilitación?
R. A mí una aplicación que me parece una parte muy importante es trabajar con personas muy desarraigadas. Una parte muy bonita de la musicoterapia es que pasándolo bien podemos trabajar cosas profundas.
Haces la primera sesión y los ves que están un poco que no saben muy bien qué están haciendo pero poco a poco ves que van tocando más el instrumento, con mayor intensidad y van aflorando las emociones. Y el musicoterapeuta se va fijando en todo y fijándose y preguntando ‘bueno, qué ha pasado ahí que se te ha soltado una lágrima?’ o ‘mira qué sonrisa están teniendo’. La música mueve emociones, entonces este trabajo es un trabajo de psicoterapia con emoción y música.
P. ¿Cómo se trabaja con música en un reproductor?
R. Yo soy musicoterapeuta GIM y trabajamos con música clásica en estado no ordinario de conciencia. Es una sesión individual en el que se hace un viaje interior. Se entra en un estado no ordinario de conciencia o de la relajación y luego llega la música para trabajar diferentes emociones. Y entonces uno va teniendo imágenes, que pueden ser imágenes corporales, como por ejemplo, que puedes sentir cosas como que la sangre fluya más por un lado que por otro. Todas esas imágenes que nos vienen, nos sirven para trabajar luego.
La terapia con música toca las emociones de una manera que no creo que haya otra cosa que las pueda tocar igual
La terapia con música toca las emociones de una manera que no creo que haya otra cosa que las pueda tocar igual
Yo he trabajado con drogodependencias y sida, en muchas ocasiones junto y suelen haber enfermedades asociadas. Y empezamos a trabajar desde un punto libre de enfermedad, desde antes de ser adicto, cuando la persona era fuerte, llena de vida. Yo trabajaba mucho con canciones de la movida y cuando empezaban a sonar esas canciones de aquellos años, empezaban a tener recuerdos buenos, positivos y agradables. Empezaba a trabajar a partir de ahí. No vale con poner la canción, sino que hay que trabajarlo y elaborarlo y este ya es el trabajo de cualquier musicoterapeuta. La música nos da la opción de acceder a puntos del pasado y del presente. Yo trabajo mucho con esto, con la música que va guiando nuestras imágenes. La imaginación va donde ella necesita, no donde el terapeuta cree que debe dirigirse.
P. ¿Qué se consigue con la música que no consigue otro tipo de terapias?
R. Tocar las emociones de una manera que no creo que haya otra cosa que las pueda tocar igual. Cuando las emociones están vivas, estamos más en contacto con nosotros. Además, tiene el poder de la comunicación, la música es un lenguaje universal. Si me pongo a darle fuerte a un tambor, ya sabemos que estoy enfadado, está clarísimo, no hace falta decir nada.
P. ¿Tiene sentido usar la musicoterapia como método terapéutico para las adicciones?
R. Por supuesto. Son muchas cosas las que hay que trabajar. Es un problema muy complejo. Tenemos que trabajar con muchas pérdidas: a mis padres, a la familia, compañeros, trabajos, etc. Además de la tristeza y el sentimiento de culpa. Lo único que hago es utilizar la música como intermediario de todo esto.
P. Hay que conocer un poco el perfil del paciente, ¿no?
R. Exactamente, primero hay que conocer a esa persona un poco, la edad, el contexto, se trata de un trabajo previo a realizar con el equipo terapéutico.
En adicciones se trabaja con muchas pérdidas, es un problema complejo
En adicciones se trabaja con muchas pérdidas, es un problema complejo
P. ¿La musicoterapia es un complemento?
R. Es un apoyo, es una parte más.
P. ¿La musicoterapia está lo suficientemente reconocida?
R. Para nada. Se conoce entre los musicoterapeutas. Se conoce poco y mal. No se le da el valor que debe. Se sigue pensando que es relajación, que es para pasarlo bien, que es risoterapia, etc. No es solo pasar el rato, yo he trabajado con cosas muy serias con la musicoterapia: en centros de acogida, con mujeres que sufren maltrato, etc. Estamos trabajando con dificultades y problemas. En España la Musicoterapia no está reconocida y está muy complicado. Y los másteres de las universidades con la crisis han perdido calidad, hay algunos que son online, ¿Cómo vas a usar instrumentos online? Si ya es complicado sabiendo música y teniendo un contacto con ella, pues imagínate online.
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