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Rehabilitados pero olvidados mañana. Informados y preparados hoy

La sociedad les impone el estigma y crea un daño a los adictos y sus familias, porque muchos de nosotros todavía creemos que la adicción es un defecto de carácter o debilidad que, probablemente, no se puede curar. La adicción es una enfermedad crónica del cerebro con recaídas, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de drogas, a pesar de las consecuencias nocivas. Se considera una enfermedad del cerebro porque las drogas cambian al cerebro, modifican su estructura y cómo funciona. Estos cambios pueden durar largo tiempo y llevar a los comportamientos peligrosos que se ven en las personas que abusan de las drogas. Pero eso no quiere decir que no puedan volver a la sociedad completamente recuperados e incluso con una experiencia mucho más positiva para posibles empleos. Vienen del infierno y valoran mucho más la vida

El estigma contra las personas con adicciones está tan profundamente arraigado en la sociedad que continúa incluso en la faz de la evidencia científica de que la adicción es una enfermedad tratable y aun cuando sabemos que las personas en nuestras familias y las diversas comunidades que viven vidas maravillosas de recuperación a largo plazo, porque la adicción es una enfermedad que afecta el cerebro. Es imperdonable que no tengan otra oportunidad. He preparado algunas sugerencias para hablar sobre adicciones desde la infancia.

SUGERENCIAS PARA PREVENIR ADICCIONES DESDE LA INFANCIA

La infancia es el periodo de inicio hacia la libertad 

No es fácil hablar de adicciones cuando hablamos de niños, cuando hablamos de nuestros hijos. Es de suponer que la mayoría de estos niños no tienen aún este problema, pero creo que al menos sí pueden tener el del abuso, que es la antesala de la adicción. Comenzaremos por definir lo que significa la palabra adicción que todos identificamos con la sustancia prohibida, de ingesta de sustancias como el alcohol, el tabaco, y además con la marginalidad de las que están prohibidas, como la marihuana, la cocaína, el éxtasis. Sin embargo si nos atenemos a la definición de adicción, sería el hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna droga pero también hablamos de los componentes fundamentales de los trastornos adictivos  que serían la pérdida de control, la dependencia  y la afectación negativa de la voluntad de las personas que se dejan dominar por sus impulsos,  y estos criterios sí los cumplen otra serie de actividades que pueden llegar a “enganchar “ de forma peligrosa a quienes comienzan a abusar de ellas. Son actividades que han llegado con el progreso, la mayoría de ellas nos facilitan la vida, nos dan información y formación, y son totalmente inocuas siempre que se sepan utilizar. Son básicas, yo diría que imprescindibles en nuestras vidas y además nuestros hijos ya han nacido y crecido con ellas. Hablamos del progreso, de la tecnología, y de la adicción o el abuso de la televisión, de los videojuegos y de internet, por parte de nuestros hijos.

No se pretende con esta información demonizar estas actividades que de por sí, no son peligrosas, pero sí alertar a los padres y sobre todo darles pautas y criterios para llegar a modificar conductas infantiles que pueden derivar en verdaderos problemas.

La comunidad científica, psicólogos, psiquiatras y sociólogos discrepan, discuten y ya existen quienes afirman que son las nuevas drogas del siglo XXI.[1]

Sugerencia número 1: Prestar mucha atención al apego y al vínculo desde el nacimiento.

El viaje adictivo comienza desde el mismo momento que nacemos y entramos en contacto con nuestra primitiva identidad. Convivimos con los primeros estímulos y el apego y el vínculo empiezan a formar nuestro ser. ¿Qué es el apego y qué es el vínculo en adicciones? El apego se entiende como un vínculo con un lazo afectivo muy fuerte que determinará el desarrollo posterior de la personalidad del niño, su forma de relacionarse con los demás y con todo lo que le rodea. El apego también influirá en cómo se ve a sí mismo. El vínculo significa unión, lazo, atadura, sujeción, relación entre dos cosas, dos personas o animales, o una persona y una cosa o animal. Pueden existir vínculos materiales, como el que une a alguien con sus bienes, vínculos espirituales, o vínculos de sangre que unen a los miembros de una familia entre sí, generando a su vez entre ellos también vínculos afectivos. La vida de todos nosotros se condiciona a múltiples relaciones y al hábitat o entorno en el que desarrollamos nuestras actividades, generando, cuando esas relaciones persisten en el tiempo, vínculos de diversa índole, que pueden ser de amor o también de envidia, celos u odio. Es entonces que el viaje adictivo puede ya prevenirse y debe hacerse. Si prevenimos adecuadamente la adicción desde la infancia conseguiremos que los recuerdos de los vínculos afectivos sean en su mayoría positivos, abiertos, fáciles de conocer, autónomos, con alta autoestima y una imagen positiva de los demás. Carecerán de problemas interpersonales graves y mostrarán confianza en los demás. Disfrutarán de un equilibrio entre las necesidades afectivas y la autonomía personal.[1]

Sugerencia número 2: Prestar mucha atención a los sentidos y a las nuevas tecnologías:

Los niños no tienen capacidad crítica. Un vínculo adictivo en este momento puede ser lo que ven en la televisión, para ellos la realidad. Ellos imitan lo que ven. Películas, series, dibujos animados, tabletas, teléfonos inteligentes, imágenes de informativos, con escenas violentas o de contenido sexual y todo ello en su franja horaria. Los nuevos espacios televisivos han desplazado los programas infantiles que en la actualidad sólo se pueden permitir los que tengan plataformas televisivas contratadas. Las personas cuentan cosas muy íntimas de explícito contenido sexual, por dinero, que evidentemente pueden convertirse en modelos o ejemplos para unos niños que no han desarrollado aún el sentido crítico. Los modelos de éxito que existen hoy pueden ser engañosos. Más de una hora diaria es mucho para los niños y no debe llegar a las dos para los adolescentes. No se debe ver la televisión a oscuras, o con escasa luz. Y los niños no deben verla solos. Es muy importante que los padres sepan siempre lo que los niños ven, que se sienten con ellos y les pregunten acerca de lo que entienden o asimilan de determinados programas.[2]Compartir desde el mundo en evolución de ellos puede ser una experiencia más que edificante. Se pueden escoger, grabar y decidir un horario especial para dedicar ese tiempo interactivo junto a ellos. Se trata de una inversión de futuro.

Sugerencia número 3: Interactúa y dedica tiempo tecnológico con ellos:

Prestando atención a los que sean menos perjudiciales de todo el abanico cotidiano en deportes, concursos, series familiares, documentales, etc. Establece con el niño, horarios, programas de la noche que desea ver si es mayor de 12 años, puede ser como un premio, o ver los viernes, por ejemplo, siempre que el programa sea adecuado, algún episodio especial en familia, pero siempre respetando las horas de sueño (como mínimo ocho para todos, deseable). Incluso que se realice una crítica constructiva ante lo que están viendo, de forma que los niños tengan una directriz sobre lo que sucede en la pequeña pantalla o en la actualidad en las diversas formas de comunicación. Evita que la tecnología, esté constantemente encendida, e intenta que la familia disfrute del silencio de su entorno, en el que se pueda hablar, pensar, escuchar música, leer y sobre todo estudiar. Pero para ello no debemos olvidar la primera premisa de la educación: Dar ejemplo.[3]

Sugerencia número 4: Visualiza y participa del mundo en el que ellos viven:

Son momentos únicos en la vida. Jugar, escuchar, ver cómo ellos perciben el mundo y crecer junto a ellos en la información que reciben es muy importante. No olvides que a medida que el viaje adictivo ha comenzado, desde el mismo momento en el que hemos nacido, obtenemos la información de varias fuentes distintas. Cuesta tiempo desprenderse de nuestras actividades para entrar en un mundo infantil, pero es una inversión de cara al futuro. Cada tiempo y esfuerzo en esto puede significar construir un autoconcepto en el niño que le permita más adelante ser asertivo, es decir, ser libre para decidir amistades, juegos, comportamientos de enorme carga social y construir en las herramientas poderosísimas frente a la adicción. Aprende de sus ídolos, de sus personajes, de sus dramas, de sus experiencias en la calle o en el colegio y hazlo pronto, pero de un modo infantil, junto al niño. Sentirá tu presencia, protección y respeto y además podrás saber cómo cosifica la información.[4]

Sugerencia número 5: Habla cuanto antes de drogas, sexo y tecnología actual con tus hijos:

Hoy en día, no se puede hablar de un solo tipo de familia como la nuclear que la constituyen papá, mamá e hijos, sino, que por distintas circunstancias de vida: legales, socioafectivas y de vínculos o uniones, hay diversidad de ellas. Es así como surge la familia extensa, caracterizada porque viven bajo un mismo techo padres, niños, abuelos, tíos, tías, sobrinos, primos y demás; o la monoparental, en la que hay un padre o una madre con sus herederos; de esta forma se empiezan a delinear estructuras en las familias con coaliciones intergeneracionales en las que uno de los cónyuges se une a un hijo contra el otro (establecimiento de alianzas) o un padre con sus descendientes se une a una madre con otros niños que no son del mismo matrimonio. Pero no de un modo juez, policía o controlador. Trata de adaptarte a su lenguaje, a su mundo cultural, a entender sus conflictos en su mismo código de dificultad. Dedica tiempo a preguntar sin juzgar ni culpar ni avergonzar sus respuestas o pensamientos. Pronto, una información verdadera y temprana es muy eficaz y te permitirá conocer el entorno fuera de la familia en el que se están desarrollando tus hijos. En la actualidad los centros escolares e incluso algunos padres tienen bastante información de calidad en relación con los efectos de las drogas y sus consecuencias, pero se desconoce la realidad de los peligros de posibles adicciones sin sustancia o adicciones a procesos. Hoy el riesgo de una sociedad tecnosférica es real y es aquí donde se precisa informarse mejor de las ventajas y riesgos de una nueva tecnología en la que todos estamos involucrados.[1]

Sugerencia número 6: Juega y plantea hipótesis reales con tus hijos:

A través del tono que emplees y lo divertido que le parezca a tu hijo o hija es cuando más se aprende del mundo que están viviendo. Permite la intimidad y que sienta libertad, pero al mismo tiempo que pueda acudir a ti para sus dudas y planteamientos por muy simples que te parezcan son clave para el futuro asertivo[2]

Sugerencia número 7: Háblales de todas las ofertas de drogas y de la dependencia en las relaciones afectivas.

Del juego y de las apuestas on line y de las ventajas de internet y de sus riesgos. Pon casos reales de su edad.[3]

Sugerencia número 8: Planea por lo menos una vez al mes una película temática o un juego específico relacionado con valores que promuevan herramientas para enfrentar el estrés social que sufrirá inevitablemente en su entorno.

Para prevenir el desarrollo de personalidades dependientes, inmaduras, algunas de ellas potencialmente agresivas o con poca capacidad ante la frustración, es necesario garantizar que los muchachos desde los primeros años de vida puedan contar con la atención eficaz de figuras paternas que den su ejemplo, sepan poner límites, dar independencia, responsabilidades y seguridad personal, según la edad y madurez en la que se encuentran, para una adecuada toma de decisiones que se proyecte en su forma de vida.[4]

Sugerencia número 9: No satisfagas todas las peticiones de tus hijos, pero tampoco olvides las que son útiles en su enseñanza de cara a una posible adicción.

No me des todo lo que pido. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo coger. Desde pequeño se vive hoy en un mundo adulto-céntrico; aun a partir del momento del nacimiento, se está expuesto a contextos donde impera el adulto, saltándose fases de vida imprescindibles para una niñez sana y, por ende, una juventud plena y madura, hasta el punto de que algunos teóricos han hablado de la desaparición de la infancia. El internet y otros medios de comunicación, fruto de las actuales tecnologías, han abierto a niños y adolescentes las puertas del mundo adulto y global, del planeta reservado, protegido del “sueño” de los pequeños; algunos también han entrado –han “sido entrados”– en un universo incontrolable como es el narcotráfico, la prostitución y la delincuencia, con tal de ser “alguien”, “pertenecer” a algo, “tener” más, propósito que en definitiva se va de sus manos y nunca logra lo que se pretendía. una excesiva protección o falta de límites hacia los hijos, la resolución de los problemas de los jóvenes en lugar de hacerlos responsables de sus propios asuntos, desarrollar poca capacidad ante la frustración y esfuerzo para alcanzar las metas porque no se plantean o hay un gran facilismo ante ellas, además, hay independencia o permisividad en las diligencias que no son propias de una etapa de desarrollo, se dan roles invertidos al creer que son una forma correcta de recuperar tiempo y espacio por parte del progenitor, haciendo que los padres sean los corregidos y los sucesores, sus guías.

Sugerencia número 10: Habla claramente y pronto de drogas, de Bullyng, de sexting y de las mentiras de una sociedad consumista y cómplice.

Facilitarás su pensamiento crítico posterior. Hazlo de manera entendible para tus hijos y utiliza casos reales. No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo. No me des siempre órdenes. Si a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto. Cumple siempre las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo; pero también si es un castigo. No me compares con nadie, especialmente de la familia. Si tú me presentas mejor que a los demás, alguien va a sufrir; y si me presentas peor que los demás, seré yo quien sufra. No cambies de opinión, tan a menudo, sobre lo que debo hacer, decide y mantén esa decisión. Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender. No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que dices. No me exijas que te diga por qué cuando hago algo mal. A veces ni yo mismo lo sé. Admite tus equivocaciones: Crecerá la buena opinión que yo tengo de ti y me enseñarás a admitir las mías. Trátame con la misma amabilidad que a tus amigos: ¿Es que porque seamos familia no podemos tratarnos con la misma cordialidad que si fuéramos amigos? No me digas que haga una cosa si tú no la haces. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas; pero nunca haré lo que tú digas y no lo hagas. No me digas no tengo tiempo, cuando te cuente un problema mío. Trata de comprenderme y ayudarme. Y quiéreme y dímelo: A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.

Bibliografía:

[1] HUANCA, F. Influencia de los juegos de internet en el comportamiento de los adolescentes de la ciudad de Puno. Revista de Investigación en Comunicación y Desarrollo. Vol. 2, Nº. 2. 2011

[2] LEBOVICI S. El conocimiento del niño a través del psicoanálisis. Barcelona. 2017

[3] JIMÉNEZ Alpízar, L. Entorno familiar: factor de riesgo o protección para el desarrollo de conductas adictivas en los hijos. Drugs and Addictive Behavior, 2016

[4] GUTIÉRREZ, ML., Villatoro, J., Gaytán, L., Álamo, A. (2009). Infancia, adicciones y salud mental: Manual del programa de prevención “Dejando huellitas en tu vida”. Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente. México

[1] JARQUE Jesús García. Niños desobedientes y otros problemas de conducta. Problemas habituales. Niños de 3 a 12 años. Ed: Gesfomedia. 2008

[2] PHILLIPS Asha. Decir no. Editorial Plaza y Janes. 2001

[3] MORA Alcívar Alicia, ESPINOZA Benítez Diana. Influencia de adicción a los juegos infantiles cibernéticos en la calidad del desarrollo emocional del niño de 5 a 6 años. Universidad de Guayaquil Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación, 2016.

[4] GARCÍA Rubio. Impacto mediático de los videojuegos infantiles de libre difusión. Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales y Experimentales. Universidad de Córdoba, 2013

[1] Vide MENÉNDEZ Isabel, psicóloga infantil. Cf., BALLENATO Guillermo Prieto. Educar sin gritar. Padres e hijos: ¿convivencia o supervivencia? Ed: La esfera de los libros. 2008

EVENTOS DE ESTE AUTOR

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Diego Calvo
Consejero en adicciones y teólogo -- www.quiero-puedo.com
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