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Los atracones de bebida pueden llegar a causar la muerte por sobredosis

cartel dia sin alcohol 2016Cada 15 de noviembre se celebra el Día Sin Alcohol, un día para que las entidades que colaboran en la ayuda de las personas que han desarrollado una adicción recuerden a la sociedad que determinados patrones de consumo de alcohol, como los “atracones” de bebida pueden llegar a producir graves consecuencias negativas inmediatas.

Los expertos muestran una alta preocupación por los “atracones” de bebida (que se definen como la ingesta de más de tres consumiciones (de contenido alcohólico, que incluyen el vino y la cerveza) en poco rato y cuyas consecuencias inmediatas  pueden ser: accidentes, caídas, traumatismos, fracturas y lesiones, a nivel físico. Conflictos, discusiones, peleas y agresiones, a nivel social. Además de otras conductas de riesgo como como las auto-destructivas, suicidios, abusos sexuales, o de la muerte por sobredosis.

Recientemente hemos asistido a la muerte por sobredosis de alcohol de una menor de 12 años y también a la muerte de la actriz llamada  “La Veneno” por traumatismo cráneo-encefálico en estado de intoxicación debida al poliabuso de alcohol y medicamentos tranquilizantes y para dormir.

 “El primer paso es detectar los atracones de bebida», ha explicado Josep Guardia Serecigni, vicepresidente de Socidrogalcohol. Según el estudio EDADES del Ministerio de Sanidad, casi un 30% de los hombres jóvenes (menores de 35 años) hacen “atracones” de bebida. Conforme la edad avanza la proporción disminuye progresivamente, pero entre los 55 y los 65 años -de edad- todavía un 11% de los hombres siguen haciendo “atracones” de bebida (Estudio EDADES, Ministerio de Sanidad 2010).

Guardia Serecigni ha argumentado que los “atracones de bebida pueden ser un primer síntoma de adicción al alcohol, ya que pueden ser la manifestación objetiva de la DIFICULTAD para CONTROLAR el consumo de alcohol, síntoma cardinal de la adicción al alcohol, que puede empezar a aparecer en la adolescencia o la juventud y que tiene un trasfondo neurobiológico, relacionado con un funcionamiento alterado de determinados sistemas de neurotransmisión (opioide, gabaérgico, dopaminérgico, glutamatérgico)”. Cuando a éste se le añade un segundo síntoma ya se puede hacer el diagnóstico de adicción al alcohol, a partir de la nueva clasificación diagnóstica de la Sociedad Americana de Psiquiatría.

La persona que tiene “dificultad para controlar” el consumo de bebidas alcohólicas, puede estar incluso sin beber alcohol a temporadas pero el día que decide tomar una copa no puede parar de beber, acaba haciendo un “atracón” de bebida y vuelve a presentar las consecuencias negativas, debido a las alteraciones de su comportamiento. Estas consecuencias negativas afectan en primer lugar a la persona que ha hecho el “atracón” de bebida, pero indirectamente afectan también y victimizan a las personas de su entorno. Si el 30% de los hombres menores de 35  años hacen con frecuencia “atracones” de bebida, entonces este fenómeno afecta a toda la sociedad, en forma de accidentes de tráfico y laborales, violencia contra la familia y la pareja, abusos sexuales y malos tratos, síndrome alcohólico fetal y otras consecuencias sanitarias y sociales.

El consumo excesivo continuado de alcohol puede derivar en un trastorno por consumo de alcohol, es decir, puede producir una adicción. Esta va a tener consecuencias sobre el propio organismo (consecuencias biológicas: cánceres, cirrosis del hígado y múltiples enfermedades), a nivel psicológico (depresión, ansiedad, trastornos del sueño y otras) y a nivel social (desestructuración familiar, problemas laborales, económicos, legales, de alojamiento y otros).

En España, el alcoholismo es la primera causa de discapacidad y afecta al 16,4% de hombres jóvenes, entre 15 a 29 años de edad. (Catalá-López y cols., Revista de Psiquiatría y Salud Mental 2013; 6:80-85)

Sin embargo, el alcoholismo es la enfermedad adictiva que tiene una mejor respuesta al tratamiento especializado. La derivación a centros especializados ayuda a la recuperación de la enfermedad porque se trabaja con el paciente desde las diferentes dimensiones que posee esta enfermedad. Por un lado reciben un tratamiento médico y psiquiátrico, tanto de la adicción al alcohol como de otros trastornos médicos, psiquiátricos y adictivos asociados. Y además, obtienen una intervención psico-social que les ayuda a resolver sus dificultades familiares, laborales, económicas, legales y de alojamiento precario, en función de las que sufre cada paciente alcohólico y sus respectivos familiares.

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