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29 DE OCTUBRE COMO DÍA SIN JUEGOS DE AZAR. Apostando por la esperanza

maquinas

31 de Diciembre de 2019, a punto de llegar la medianoche.  Todos con las uvas preparadas.  Van sonando una a una las campanadas que dan comienzo al nuevo año. Brindis, felicitaciones, abrazos y buenos deseos para 2020.

Nadie imagina en esos momentos lo que está por llegar.

La pandemia de COVID-19 puso del revés nuestra forma de trabajar, de salir, de recibir clases, de relacionarnos con nuestros mayores, de socializar, de manifestar nuestro lenguaje corporal de afectos.

De vivir.

El primer estado de alarma, confinó en casa a millones de personas.  Sin deporte. Sin actividades lúdicas o de ocio. Sin posibilidad de relacionarse con amigos. Con miedo. Con ansiedad. Con muchas preguntas. Con pocas respuestas.

En el segundo estado de alarma, llueve sobre mojado. Sigue sin haber respuestas ni soluciones. Se han destruido miles y miles de puestos de trabajo. La situación económica y social padece una crisis descomunal.  Más miedo y más ansiedad. Son millones las personas que demandan tratamiento psiquiátrico o psicológico. Se dispara el uso de ansiolíticos. El olor a alcohol del gel desinfectante imprime nuestras manos y nuestra ropa.

No es de extrañar que en este ambiente, las adicciones hayan encontrado un excelente caldo de cultivo

EL JUEGO, no ha desperdiciado su oportunidad.

Y como EL JUEGO y LA MENTIRA acostumbran a ir de la mano, resulta que:

–          No era verdad cuando esos menores decían que estaban jugando una partida de futbol o parchís on-line con sus amigos.

–          Tampoco era verdad que todo el tiempo que algunos adultos pasaban encerrados en una habitación era para oir  música o reflexionar.

–          No fue una equivocación del Juzgado esa citación que ponía “Desahucio”.

–          Tampoco fue una broma de mal gusto la llamada del Banco diciendo que estaban sin pagar muchas cuotas de la hipoteca y que la casa iba a salir a subasta.

–          Cuando vino la policía y se llevó al familiar, no fue por una multa de tráfico.

–          La pulsera y la medalla de la abuela, no se habían extraviado porque la abuela,  a su edad, no recuerda ya donde guarda las cosas.

–          La pérdida del trabajo no fue por un expediente de regulación de empleo.

–          Y finalmente,  aquella muerte inesperada no se debió a una enfermedad repentina, como repetía la familia.

Mientras esto sucede,  los medios de comunicación anuncian partidas de bingo, juegos de casino varios y apuestas deportivas, donde todo el mundo gana dinero, canta, baila y es muy feliz. Todo ello con el beneplácito del Estado. Eso sí, se hace un llamamiento al “juego responsable”,  ignorando adrede que la adicción patológica al juego de azar es precisamente la incapacidad para tener autocontrol en el juego y  poder reprimir el impulso de  apostar.

No nos dejemos engañar,  la ludopatía es incompatible con el juego responsable.  Aunque lo que esté realmente en juego sea el trabajo, el sustento, la vivienda, la salud, la cárcel o la absoluta ruina económica propia o familiar. A veces, hasta todas estas cosas juntas. Y en el peor de los escenarios, la propia vida.

Y es que La Banca, de un modo u otro, siempre gana.

Y quien pierde irremediablemente, no es solo la persona que juega. Los familiares de los ludópatas son los grandes y doblemente damnificados por esta problemática, incluidos los hijos. Porque los tentáculos del juego, se extienden mucho más allá del recinto del casino o de la pantalla de apuestas. El juego, genera DEUDAS. Y cuando las deudas no se pagan, los acreedores reclaman. Los bancos denuncian.  Llegan las demandas judiciales. Después los embargos, la pérdida de bienes, del domicilio donde vive la unidad familiar. A veces la persona también comete delitos para obtener el dinero que necesita, y  llegan los juicios y la prisión.

Pero ese no es el único escenario. Con la facilidad de  acceso on-line a los juegos de azar, son miles los menores que se convierten en jugadores patológicos, usando a escondidas  las tarjetas de crédito de los padres, hurtando dinero o joyas de casa, pidiendo dinero prestado a terceros que no pueden devolver,  convirtiéndose en delincuentes para poder financiar las apuestas o en esclavos en manos de acreedores sin escrúpulos.  Cuando la verdad se descubre, la deuda ha podido llevar a la familia a una situación económica irreversible.

El juego on-line, durante los últimos años, ya había experimentado un constante crecimiento. Según datos de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), entre 2012 y el 2019 la facturación del juego online en España había aumentado un 387%. Con la crisis sanitaria del corona virus, las cifras se han disparado, con la incorporación de personas cada vez más jóvenes.

La pandemia que agravó aún más la otra pandemia.

Y ahora la gran pregunta:

¿Qué podemos hacer?

El colectivo de enfermos adictos y familiares, sabe perfectamente que el juego es una  fuente suculenta de ingresos para el Estado. Que el juego on-line es el gran monstruo que acecha desde cualquier rincón de la casa. Conocen la soledad del enfermo, la incomprensión  de los familiares, la invisibilidad para las instituciones de los hijos de adictos. Pero también han aprendido que  la fe mueve montañas. Que la unión, hace la fuerza. Que no hay en el mundo barrera que no sea capar de derribar la Ilusión. Y que quien quiere, puede.

El movimiento Asociativo de Enfermos Adictos y Familiares lleva años luchando por la rehabilitación de los enfermos y de los familiares. La rehabilitación diaria, constante, continuada en el día a día, vista no como un conjunto de  prohibiciones, sino como una filosofía de vida fuera de las adicciones que, en el caso de la ludopatía, ya no parte del “No puedo jugar”, sino del “No quiero jugar”.

Y no debe olvidarse el concepto de “Rehabilitación Judicial”. Las consecuencias jurídicas de los actos de un enfermo o enferma adictos, tienen repercusiones en el mundo de la justicia, que deben ser afrontadas, haciendo saber a los jueces y fiscales que se ha iniciado el camino de del afrontamiento responsable de la enfermedad, tomando consciencia del mismo, pidiendo la intervención especializada  a profesionales y a Asociaciones donde los G.A.M hacen una formidable labor de apoyo y ayuda mutua.

Llevo muchos años dentro el movimiento asociativo. Pertenezco a C.A.A.R.F.E (Confederación de Alcohólicos y Adictos en Rehabilitación y Familiares de España), y como técnica jurídica, puedo asegurar que han sido innumerables las veces en que las Asociaciones han jugado un papel primordial en la Rehabilitación personal y judicial de  enfermos adicto. El camino no es fácil, y menos en tiempos de pandemia. Pero merece la pena y aporta muchas alegrías.

Desde la revista IN-DEPENDIENTES invito a todos y todas,  en torno al  29 DE OCTUBRE COMO  DÍA SIN JUEGOS DE AZAR,  a hacer la única apuesta posible contra la ludopatía.

LA APUESTA POR LA REHABILITACIÓN Y LA ESPERANZA.

Carmen Godino Soto. Abogada y asesora técnica de CAARFE

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